Fernández-Lasquetty destaca que el político y el directivo sanitario deben apostar por una alianza y buscar objetivos comunes

Sanidad en el debate político sí, pero para llegar a acuerdos”, y es que así de rotundo se expresó el ex consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Javier Fernández-Lasquetty sobre la discusión en torno a Sanidad en el ámbito político, “algo que en España no suele ocurrir, debido principalmente a la patrimonialización política de la Sanidad y que, sin embargo, no es imposible”, añadió durante su participación en el cuarto seminario presencial del Máster Universitario en Gestión y Planificación Sanitaria que, organizado por la Fundación de la Sociedad Española de Directivos de la Salud y en colaboración con la Universidad Europea, se celebró este pasado fin de semana bajo el título “Dirección de instituciones sanitarias”.

Durante el seminario y desde su dilatada experiencia en el ámbito de la política sanitaria, Fernández Lasquetty, parafraseando a Max Weber ha indicado las tres cualidades que todo político debe tener: pasión, sentido de la responsabilidad y mesura.

Fernández Lasquetty: “todos los gobiernos autonómicos son conscientes de que Sanidad es un tema importante e inflamable, que provoca grandes controversias”

Lasquetty expuso cómo es el mapa de relaciones de un político en el ámbito sanitario. Así, el papel del consejero en Sanidad y de la propia Sanidad en el Gobierno Autonómico depende mucho de este mapa de relaciones y de cómo todos los agentes interaccionan, tanto interna como externamente. “El primer rasgo a tener en cuenta, es que todo el mundo espera mucho de la figura del consejero de sanidad: los ciudadanos, los medios de comunicación, la industria, el Ministerio, el parlamento, los ayuntamientos, el partido político, la Consejería de Hacienda, el Gobierno y el propio presidente de la comunidad autónoma”. Y continúa: “El presidente tiene dificultad para entender la sanidad y existe mucha variabilidad en cuanto al interés en esta materia. En cualquier caso, todos los gobiernos autonómicos son conscientes de que Sanidad es un tema importante e inflamable, que provoca grandes controversias”.

Sanidad “es la única cartera que cuando termina su presupuesto, continúa gastando y que nunca puede dejar de prestar servicio incluso en lo que no es cartera de servicios obligatoria”

Según fuentes gubernamentales autonómicas, el proyecto de presupuestos del año 2018 coloca a la sanidad a la cabeza de los intereses políticos, suponiendo en Galicia el 42% del presupuesto total autonómico, en Madrid el 41%, en la Comunidad Valenciana el 32%, en Cataluña el 31% (proyecto de presupuestos de 2017) y en Andalucía el 28%. No obstante, Fernández-Lasquetty considera que la sanidad es la “gran incomprendida” de los gobiernos por algunas características peculiares que contiene dado que “es la única cartera que cuando termina su presupuesto, continúa gastando y que nunca puede dejar de prestar servicio incluso en lo que no es cartera de servicios obligatoria”. En esta línea, las relaciones con Hacienda son de suma importancia, de forma que para que no se produzcan consecuencias demoledoras en el gasto, Fernández-Lasquetty apuesta por “una relación fluida, leal y transparente con Hacienda, en la cual se informe de la situación concreta y, de ese modo, que los posibles problemas puedan ser compartidos”.

Respecto a la relación con los ayuntamientos es compleja, puesto que los intereses políticos de cada alcaldía hacen que se produzca una presión continua en cuanto al ámbito de las infraestructuras y, como consecuencia de la descentralización, que los municipios quieran optar a contar con los mejores servicios asistenciales y centros de salud para su población.

“El consejero de Sanidad en el Parlamento se enfrenta a preguntas e interpelaciones que debe contestar con información sólida y agilidad”

Por otra parte, en el ámbito parlamentario, la Sanidad no permite ni muchos matices ni detalles técnicos. Fernández-Lasquetty señala que “el consejero de Sanidad en el Parlamento se enfrenta a preguntas e interpelaciones que debe contestar con información sólida y agilidad, en un ámbito en el que se hace complicado llegar a acuerdos y consenso”.

En el Ministerio de Sanidad, la construcción institucional de la Sanidad en España genera incentivos inadecuados, puesto que “el que hace el marco legal no paga, y el que paga no legisla”.

Alianza entre el político y el directivo sanitario para que “todos los intereses en materia de sanidad sean llevados a la práctica de la mejor, más productiva y eficiente manera posible”

Por último, en el ámbito de los directivos de la salud, Fernández-Lasquetty destaca que el político espera del directivo, en líneas generales y bajo su punto de vista, “lealtad institucional, responsabilidad, integridad, transparencia, que aporte toda la información sobre la materia de debate en cuestión, que pise sobre terreno firme, que sea rápido, entienda cuáles son las prioridades y sea capaz de gestionar las quejas de la población en relación a los servicios sanitarios”. Y, al revés, el directivo espera del político “lealtad, responsabilidad, integridad, transparencia, información, pisar sobre un terreno firme, rapidez y respaldo”.

Como conclusión, el político y el directivo sanitario deben apostar por una alianza que funcione y buscar objetivos comunes, “con el fin de que todos los intereses en materia de sanidad puedan ser llevados a la práctica de la mejor, más productiva y eficiente manera posible”.
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