“Si la tecnología no viene a apoyar la labor clínica, a lo mejor nos estamos equivocando”

La tecnología aplicada a la seguridad del paciente es un tema complejo y variopinto a la vez. De ahí que sea preciso delimitar el concepto y arrojar algo de luz y reflexiones sobre este ámbito. Este ha sido el objetivo del coloquio Tecnología para favorecer la seguridad del paciente, que ha moderado Antonio Burgueño, director del Proyecto Impulso y gran experto en este tema, con la participación del Dr. Jesús Mª Aranaz, jefe de servicio de medicina Preventiva y Salud Pública en el Hospital Ramón y Cajal; y del Dr. Carlos Zarco, director médico y de Calidad del Hospital Universitario Moncloa.

Tecnología aplicada al diagnóstico: ¿en qué medida afecta a la seguridad del paciente?
El empleo de la tecnología aplicada al diagnóstico afecta a la seguridad del paciente porque el clínico puede basar en ella su proceso de toma de decisiones y elegir cuál es la mejor prueba a realizar para alcanzar el mejor diagnóstico. “Porque tenemos el riesgo de quedarme corto o de pasarme, y eso es un poco dificultoso”, afirma Antonio Burgueño. De hecho, “es una oportunidad y un riesgo. Buena parte de los errores médicos que suponen los últimos datos es que son un 1 o 2 por ciento del total, el 60 o 70 por ciento están ocasionados por factores humanos”, aclaró el Dr. Zarco, y añadió que: “Yo creo que hay mucha tecnología que aporta seguridad, pero a la vez pone de manifiesto unos nuevos riesgos que antes teníamos más o menos controlados”.

Dr. Carlos Zarco: “Yo creo que hay mucha tecnología que aporta seguridad, pero a la vez pone de manifiesto unos nuevos riesgos que antes teníamos más o menos controlados”

La tecnología puede tanto aumentar como disminuir la seguridad del paciente, depende el momento y la ocasión de que se trate, ya que a veces “nos hace a todos ser mucho más inseguros, porque no sabemos si la trazabilidad de los resultados es la adecuada, son equipos cada vez más complicados para asegurar que están debidamente calibrados o monitorizados, por no hablar de otros factores como son lo que se llama ahora la ingeniería de los factores humanos, que ya es mucho más complicado”, agregó el Dr. Zarco.El ejemplo es claro cuando un médico se encuentra en un quirófano inteligente “que yo me niego a llamar inteligente a un quirófano, creo que será integrado o muy listo, pero inteligente va a ser difícil”, explicó el Dr. Zarco. En dicho escenario, es tal la cantidad de tecnología que el médico ha de tener bajo control con la información que desprende el robot quirúrgico Da Vinci, que implica que el personal médico y de enfermería interactúen con varios sistemas. La conclusión es clara: el profesional médico se enfrenta a retos que antes nunca había tenido con tanta información.

El profesional médico se enfrenta a retos que antes nunca había tenido con tanta información

Tecnología sanitaria: amplio espectro que comprende desde el Da Vinci hasta la propia jeringuilla
De la interpretación del concepto tecnología sanitaria derivan ciertos riesgos, tanto a nivel profesional como en la población civil, a la hora de cometer determinados sesgos de apreciación del texto y del contexto. “Cuando oímos el término tecnología sanitaria se nos va la mente al Da Vinci, se nos va la mente a la resonancia magnética, pero una aguja y una jeringa también son tecnologías sanitarias”, sentenció el Dr. Aranaz. De hecho, “es tecnología hasta el embalaje”; agrega Burgueño.

Dr. Jesús María Aranaz: “Tecnología sanitaria es todo aquello que es susceptible de ser usado para el diagnóstico, para el tratamiento, para la rehabilitación, para, en definitiva, tras el uso de los profesionales sanitarios, cambiar una situación hacia mejor salud, hacia eliminación de la enfermedad, o hacia mitigación de las consecuencias de la enfermedad

Por lo tanto, “tecnología sanitaria es todo aquello que es susceptible de ser usado para el diagnóstico, para el tratamiento, para la rehabilitación, para, en definitiva, tras el uso de los profesionales sanitarios, cambiar una situación hacia mejor salud, hacia eliminación de la enfermedad, o hacia mitigación de las consecuencias de la enfermedad”, expuso el Dr. Aranaz. La adecuada realización de una anamnesis también puede derivar en una mayor seguridad para el paciente, y así lo matizó el Dr. Aranaz: “Podemos hablar de tecnología dura, que sería esa a la que nos hemos referido hasta ahora, pero la anamnesis, ¿no es una tecnología? Los sistemas de información, ¿no son una tecnología?”.

Antonio Burgueño: “Todo proceso de decisión clínica es susceptible de ser apoyado por tecnología”

La tecnología vista como apoyo a la labor clínica
Si la tecnología no viene a apoyar la labor clínica, a lo mejor nos estamos equivocando”. Así de claro lo manifestó Antonio Burgueño, ya que todo proceso de decisión clínica es susceptible de ser apoyado por tecnología. Hoy se habla de los algoritmos de toma de decisiones que apoyan al clínico a saber cuál es la anamnesis, a llegar a la mejor terapia, al diagnóstico más certero, etc. “Yo oigo hablar incluso de la nueva medicina, y la nueva medicina por la tecnología. Parece que en el quirófano está uno más pendiente o dedica mucho tiempo a estar pendiente de la máquina, restando tiempo al paciente”, explicó Burgueño.

El enfoque desde el que se aprecia la tecnología es como herramienta. De ahí que los expertos insistan en la anamnesis: “aunque no se pueda calificar como una tecnología, hacer una buena anamnesis yo creo que forma parte del buen hacer y del proceso para que eso tenga sentido y se utilice de una manera eficiente y eficaz”, afirmó el Dr. Zarco, y añadió que: “Nunca olvidaré una de las definiciones de eficiencia que me la he quedado y la he hecho mía, que es la eficacia con decencia”. Por lo tanto, la tecnología debe intentar facilitar la realización del trabajo de los profesionales médicos “intentando disminuir los riesgos, en la medida de lo posible”, añadió el Dr. Zarco. “Pero lo que está claro es que va a generar otros, sin duda”, dijo. Y mencionó la historia clínica como una de las mayores vulnerabilidades que tiene el sistema. “Todos hablamos del ciberterrorismo, el ciberataque, pero si no hacemos lo que tenemos que hacer nosotros mismos metiendo pendrive y haciendo cosas rarísimas donde no debemos”, sentenció.

Introducir la tecnología en el día a día de la práctica clínica requiere que no se pierda la esencia

La evolución de la tecnología, como el caso del robot Da Vinci para operar, requiere saber integrarla, porque “introducirla es que la práctica clínica no pierda la esencia, que en la práctica clínica se introduzca en el día a día. Yo creo que ese es otro reto”, afirmó Burgueño.

Dr. Aranaz: “El mayor avance en estos últimos 50 años y probablemente avance para el que no estamos suficientemente preparados los clínicos, es el cambio que tenemos que hacer en la comunicación con el paciente

El mayor avance en estos últimos 50 años y probablemente avance para el que no estamos suficientemente preparados los clínicos, es el cambio que tenemos que hacer en la comunicación con el paciente”, afirmó el Dr. Aranaz, aludiendo a la necesidad de modificar el lenguaje hombre-máquina, al haber introducido máquinas en el proceso. “Pero ese lenguaje hombre-máquina tiene otro elemento y es: insertemos en la ecuación al paciente”, añadió refiriéndose a la necesidad de innovar nuevos modos de comunicación “para que las decisiones puedan ser realmente operativas y contribuyan a la seguridad del paciente”, expuso.

El desfibrilador, a debate
En el marco de la seguridad del paciente, hay un debate que gira en torno a los desfibriladores, que se están instalando en todas partes. “Hablando de riesgos, yo que cualquiera pueda coger uno, por mucho que te digan que la máquina lo hace todo, ¿es que la máquina es tan perfecta que nunca falla? Es que, uno que le pone el cacharro al paciente y se muere. A lo mejor se tenía que morir, pero dices: ¿he sido yo?”, afirmó Burgueño. Efectivamente, “son aparatos eléctricos, que transmiten electricidad, que tienen corriente alterna y que pueden dar problemas”, añadió el Dr. Zarco.

La tecnología: en el momento oportuno, en el sitio oportuno y de la manera oportuna
La tecnología, en el momento oportuno, en el sitio oportuno y de la manera oportuna”, el Dr. Zarco no dudó en afirmar, y continuó diciendo que: “Tú no puedes poner un equipo si no das formación suficiente y eficaz a la gente que lo va a utilizar. Porque entonces, o mal utilizas el equipo o buscas caminos alternativos, o sufres riesgos que no deberías de sufrir, y en este caso puede pagarlo la seguridad del paciente”. De hecho, “el prueba y error no es el mejor sistema para aprender nada con la seguridad del paciente”, continuó. “La cirugía robótica, que yo creo que se llama mal cirugía robótica, es cirugía robotizada, aquí hay todavía un cirujano que es quien decide cómo lo hace”.

Dr. Zarco: Hay situaciones inesperadas en las que las máquinas no van a ser capaces de dar respuesta

En definitiva, con el transcurso del tiempo el trabajo de los médicos se verá cada vez más influenciado por las máquinas, hasta el punto de que: “habrá tareas en las que seguramente seamos sustituidos”, vaticinó el Dr. Zarco. Si bien alertó que: “hay una buena parte de esa manera de proceder y de enfrentarse a situaciones inesperadas en las que las máquinas no van a ser capaces de dar respuesta”.

El Dr. Google: cambio del paradigma de la relación médico-paciente
El tan nombrado Dr. Google es un ejemplo del cambio de paradigma que afronta el sistema: “Estamos viviendo con el Dr. Google un buen cambio del paradigma de la relación médico-paciente”, afirmó el Dr. Zarco. “Está cambiando mucho la relación médico-paciente y mucho la información, y hay muchos pacientes mejor informados que muchos médicos de su patología, aunque parezca una barbaridad”, sentenció el Dr. Zarco. “No sé dónde leí hace poco que todo lo que se publica en el mundo en un día, no tendríamos vida un ser humano para leernos lo de nuestra especialidad”, añadió.

“Hay muchos pacientes mejor informados que muchos médicos de su patología, aunque parezca una barbaridad”

Componente humano y componente sistémico
En lo que respecta a los dos grandes componentes que los expertos distinguen dentro de la práctica clínica, el componente humano y el sistémico: “los sistemas fallan; las personas nos equivocamos”, explicó el Dr. Aranaz. Y añadió que: “En última instancia, las decisiones las toman las personas. El conjunto de posibles errores de las personas y fallos de los sistemas es lo que pone en riesgo la seguridad del paciente. Ha habido grandes errores médicos que han supuesto extraordinarios avances para la Ciencia. Pero de la combinación de algunos errores de profesionales junto con fallos de sistemas es de donde surge el verdadero riesgo para el paciente”.

La importancia del lenguaje hombre-máquina
Puede fallar el hombre, puede fallar la máquina, pero puede fallar esa interacción”, explicó Burgueño, y añadió que: “El mero hecho de tener los sistemas no de por sí nos va a garantizar nada. Nos ayudan, son herramientas”. El Dr. Zarco reforzó esta afirmación: “Los sistemas hacen realmente lo que tu quieres que hagan, luego está el riesgo de que le busques entradas indebidas, los contamines, la seguridad de la información, la trazabilidad de la información, la vulnerabilidad del sistema, etc.”. Y añadió que: “Todos hablamos de las máquinas, pero seguramente se equivocan menos que los humanos. Muchas veces nosotros somos el primer factor de riesgo. Uno está pensando en un ataque ciberterrorista y resulta que a lo mejor el ciberterrorista es alguien que está metiendo un chascarrillo con un pendrive, y está metiendo un virus en el sistema cuando no lo debía de hacer”. Y concluyó que: “Todo esto lo que va a hacer es revisar un poco las relaciones, el lenguaje y la comunicación hombre-máquina, máquina-médico, por no hablar ya del Big Data, de la extracción de datos”.

Nuevas corrientes en seguridad del paciente
Al hablar de la seguridad del paciente, surgen nuevas corrientes: “Ahora hay una corriente muy interesante a mi modo de ver, que empieza a trasladar el factor humano en la seguridad del paciente a componente sistémico, a uno más de los componentes sistémicos, en tanto en cuando el abordaje del factor humano puede ser algo más que el mero hecho de conseguir que el profesional cometa menos errores”, expuso el Dr. Aranaz, aludiendo a la que para él es una línea muy interesante de investigación.

Antonio Burgueño: “La tecnología tiene que trabajar en la facilitación de la labor clínica y, en materia de seguridad del paciente, en la reducción del error humano”

Y es que la tecnología ha de ser vista como un elemento facilitador: “La tecnología tiene que trabajar en la facilitación de la labor clínica y, en materia de seguridad del paciente, en la reducción del error humano”, razonó Antonio Burgueño.

¿Cuál es el verdadero “negocio” del profesional médico?
Un punto muy interesante del debate surge al hablar de cuál es el verdadero negocio del profesional médico y sanitario: “No es nuestro negocio la seguridad del paciente: nuestro negocio es la ecuación salud-enfermedad”, sentenció el Dr. Aranaz, y continuó: “Por lo tanto, lo que debe prevalecer es todo aquello que podemos poner en marcha para conseguir que ese binomio cargue hacia el lado de la salud o la disminución de la enfermedad. Pero la seguridad no entra de lleno a formar parte del negocio “duro” del sector sanitario”. Y aclaró que, si las cosas van mal, es entonces cuando la seguridad tiene que ocupar el primero de los escenarios y estar por encima de esos otros objetivos. “Nuestro núcleo de atención es el enfermo, o el ciudadano sano que no queremos que enferme. Si diseñamos la atención pensando en la seguridad el paciente nunca pasará a primer plano”.

”Si diseñamos la atención pensando en la seguridad el paciente nunca pasará a primer plano

En esa línea, el Dr. Zarco reforzó este argumento: “Obviamente, la primera misión del médico no es otra que intentar curar a su paciente con la mayor seguridad posible y en el menor tiempo posible y, seguramente, en estos tiempos siendo a un coste eficiente, porque esto tiene que ser sostenible para que podamos seguir avanzando”. Eso sí, no es tarea fácil y para demostrarlo, el Dr. Zarco puso un claro ejemplo: “El presidente de la Asociación Americana de Pacientes decía que investigar en seguridad del paciente era como pelar una cebolla: cuantas más capas quitabas, más llorabas”.

Para las siguientes generaciones de médicos, buena parte de su labor va a ser gestionar bases de datos

La inteligencia pasa por ir de la información al dato y convertirlo en algo útil
Pasar de la información al dato, y cuando ya lo conviertes en algo que te es útil y lo aplicas, es inteligencia. Pero primero tienes un montón de información que trabajar”, así describió Burgueño el procedimiento que debería regir actualmente en la práctica médica. “Cuando hablamos del Big Data, los médicos que vengan, las generaciones siguientes, buena parte de su labor van a ser gestores de bases de datos. Porque la medicina puede que se haga mucho más personalizada, pero la información que van a tener que manejar va a ser imposible de manejarla de otra forma que no sea con bases de datos”, explicó el Dr. Zarco. “En los 21 siglos que conocemos con cierta precisión, han variad poco nuestros objetivos: curar, cuidar, comprender, consolar”, argumentó el Dr. Aranaz y añadió que: “Tenemos ahora mismo tal cantidad de información que no somos capaces de digerirla”. Y el Dr. Zarco lo reforzó: “Estoy absolutamente de acuerdo que la cantidad de datos que te inundan llega a la parálisis por el análisis. Cuando tienes un gran número de alertas, empiezas a no hacer caso a ninguna de ellas. Tienes que definir cuáles son aquellas que te pueden servir claramente y en las que todos los profesionales vamos a estar absolutamente de acuerdo”. Burgueño acompañó: “Al final es exceso de información como riesgo”. Y concluyó que: “La tecnología a disposición de la relación médico-paciente y del eje, y no al revés”. El Dr. Zarco añadió: “Son puras herramientas, muy sofisticadas, pero herramientas”.
..Texto y vídeo: Redacción

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