Humanismo e Inteligencia Artificial

Este es el título de un editorial publicado en Diciembre en Jama Network por miembros del departamento de Medicina de la Universidad de Stanford, sobre los efectos de lo que fue la implementación a nivel nacional de las historias clínicas electrónicas y la prometedora Inteligencia Artificial, y que sigue el hilo argumental del post de ayer sobre tecnología punta humana.

Sobre miles de datos compartidos y accesibles, redundantes, que obligan a los médicos a vivir pegados al ordenador contribuyendo así a su burnout. Lo que parecía una solución administrativa efectiva y una herramienta potente, al final parece tener unas consecuencias no previstas: la pérdida de las relaciones sociales entre profesionales y pacientes.

“Lo que este ordenador necesita es un médico” 

Los autores sugieren que estas lecciones aprendidas deberían servir como guía en la implementación de la Inteligencia Artificial y el desarrollo de procesos creativos para el uso de la ingente cantidad de datos que genera el sistema, que no siempre son necesarios. Las máquinas al aprender, no presentan interfaces humanas que puedan corregir errores.

La pieza que falta en la dialéctica alrededor de la inteligencia artificial y el aprendizaje de máquinas en el cuidado de la salud es entender el paso clave de la separación de lo que es predicción y lo que supone una acción y una recomendación. Los clínicos debemos buscar máquinas que predigan con exactitud, pero donde el ser humano explique y decida sobre la acción propuesta.

Los clínicos debemos buscar máquinas que predigan con exactitud, pero donde el ser humano explique y decida sobre la acción propuesta

Máquinas y humanos hemos de convivir, pero teniendo claro que es fundamental mantener la inteligencia humana en el bucle, dentro del contexto social, clínico y personal. Los ordenadores no saben conectar tecnología con Humanidades y Ciencias Sociales.

Por supuesto, la capacidad de la inteligencia artificial para automatizar y ayudar es bienvenida, incluso puede ayudar a recuperar la conexión cara a cara entre el profesional y el paciente, lo que a su vez mejoraría las historias clínicas y la calidad de los datos aportados al sistema.

Deberíamos guiar y supervisar la inteligencia artificial como un socio en la atención al paciente

Por lo tanto, deberíamos guiar y supervisar la inteligencia artificial como un socio en la atención al paciente, sin miedo, es decir, que la inteligencia humana trabaje con la inteligencia artificial.

Todo ello, junto, mejorará el cuidado de los pacientes.
..Gabriel Heras. Humanizando los cuidados intensivos

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