La receta médica, clave para garantizar la seguridad en la dispensación de las vacunas no financiadas

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Los profesionales de Pediatría y Enfermería de Atención Primaria son, en la mayoría de los casos, las principales fuentes de información de las familias sobre el calendario vacunal y las vacunas no financiadas en el Sistema Nacional de Salud; y en muchas ocasiones son ellos también quienes tienen que resolver las dudas más habituales en torno a la vacunación infantil. Por todo ello, su papel es fundamental, como se ha puesto de manifiesto en la jornada Protegiendo Juntos. Trabajando en equipo en vacunas que el laboratorio GSK ha organizado conjuntamente con la APERMAP en Murcia.

Bajo el epígrafe Vacunas: Qué podemos y qué no podemos hacer desde un punto de vista legal, la jornada ha permitido poner sobre la mesa el punto de vista de pediatras, enfermería y también de los profesionales del ámbito jurídico sobre los aspectos legales que rodean a la prescripción de vacunas, sobre todo en el caso de aquellas no incluidas en el calendario vacunal.

La jornada ha permitido reunir a más de 140 profesionales sanitarios relacionados con la vacunación infantil; en ella han intervenido como ponentes Dr. Antonio Iofrío de Arce, presidente de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria de la Región de Murcia (APERMAP), Rita Martínez Torres, especialista en Enfermería Pediátrica del Centro de Salud de San Pedro del Pinatar (Murcia) y el abogado Javier Moreno Alemán, especialista en Derecho Sanitario y Consultor del Comité Asesor de Vacunas de la AEP.

En el caso de las vacunas no financiadas es preciso además informar de los posibles riesgos graves e infrecuentes, de las pequeñas molestias y efectos secundarios menores que puede provocar la vacunación

La información sobre vacunas es responsabilidad de todo el equipo pediátrico
La jornada organizada por GSK ha servido para poner de manifiesto el papel de los profesionales sanitarios, pediatras, enfermeros y farmacéuticos comunitarios, a la hora de informar a las familias sobre las vacunas. Un punto especialmente importante en el caso de las vacunas no financiadas, en las que es preciso además informar de los posibles riesgos graves e infrecuentes, no sólo de las pequeñas molestias y efectos secundarios menores que puede provocar la vacunación.

Los profesionales de Pediatría y Enfermería de Atención Primaria son las principales fuentes de información de las familias sobre el calendario vacunal y las vacunas no financiadas en el Sistema Nacional de Salud; y en muchas ocasiones son ellos también quienes tienen que resolver las dudas más habituales en torno a la vacunación infantil. Por todo ello, su papel es fundamental, como se ha puesto de manifiesto en la jornada. Martínez Torres ha señalado además que “son muchas y variadas la dudas que tiene los padres en relación con la vacunación de sus hijos, entre las más habituales, la eficacia de éstas y, en segundo lugar, la preocupación de las reacciones y efectos secundarios. Es en momentos como estos me doy cuenta de la importancia que tiene la educación para la salud desde todos los ámbitos”.

“Son muchas y variadas la dudas que tiene los padres en relación con la vacunación de sus hijos, entre las más habituales, la eficacia de éstas y, en segundo lugar, la preocupación de las reacciones y efectos secundarios”

El Dr. Iofrío ha añadido además que las dudas legales más habituales en las consultas se refieren a la obligatoriedad de las vacunas y a la administración de vacunas fuera de calendario (no financiadas) por parte del personal de enfermería.

“Muchas veces la información de vacunas no financiadas se comenta entre familiares y amigos o medios de comunicación”

Los padres disponen de la información sobre la existencia de vacunas no financiadas en la mayoría de los casos. Dicha información se suele suministrar en la primera visita que realizan al centro de salud, aunque otras muchas veces la información de vacunas no financiadas se comenta entre familiares y amigos o medios de comunicación”, ha añadido la especialista en Enfermería pediátrica para concluir. “Los padres tienen confianza ciega en los profesionales y vacunan a sus hijos realmente porque así lo indica el Ministerio de Sanidad, pero no porque dispongan de una correcta información sobre las vacunas  y lo que suponen a nivel individual y colectivo”.

En este sentido, Javier Moreno ha aclarado que, aunque la normativa en materia de receta médica no distingue entre vacunas financiadas y no financiadas, las últimas recomendaciones del Ministerio de Sanidad de orientan a que las vacunas de calendario no precisan receta médica, “porque no se requiere un diagnóstico previo y cuentan con una indicación previa de la autoridad sanitaria”. En cambio, en vacunas no financiadas, no hay dudas de que la prescripción médica por denominación comercial es inexcusable; “esto no se está haciendo así en todos los casos, y en algunas ocasiones se sustituye la receta por una hoja de recomendaciones para los padres”.

En este sentido, Javier Moreno ha recordado que “las vacunas son medicamentos biológicos (como las insulinas, hemoderivados u otros tratamientos biotecnológicos), y como tales no es posible su intercambiabilidad por otro producto“, es decir, su sustitución en el momento de la dispensación sin autorización expresa del médico prescriptor.

Una idea en la que ha coincidido otro de los ponentes, el Dr. Iofrío: “Cuando hay dos o más vacunas contra la misma enfermedad inmunoprevenible, en general no deben ser intercambiables, es decir, se debe terminar la pauta de vacunación con el mismo preparado (marca de la vacuna) con el que se empezó”.

Un punto en el que ha ahondado también Rita Martínez Torres, especialista en Enfermería Pediátrica del Centro de Salud de San Pedro del Pinatar (Murcia): “No se deben cambiar los preparados vacunales de diferentes laboratorios ya que no existen datos sobre la inmunogenicidad y eficacia, y sobre todo la seguridad” en caso de mezclar o cambiar marcas.

La receta médica como garantía del niño en la vacunación
La receta médica de la vacuna es el instrumento idóneo para mejorar la seguridad del niño y vincula al resto de los profesionales de esta cadena: el farmacéutico, que no puede sustituir la prescripción sin el concurso del médico por tratarse de un medicamento biológico; y enfermería, que tiene la obligación de administrar la vacuna prescrita por el médico, como medio de garantizar la instauración del tratamiento prescrito”, concluye Moreno.

Moreno ha señalado que todos estos mecanismos legales en torno a las vacunas, “desde la prescripción por parte del médico por su denominación comercial (“como el resto de los medicamentos biológicos”), la dispensación con receta por parte del farmacéutico y su administración por parte del personal de Enfermería, garantiza en todo momento la seguridad del niño y “evita posibles fallos o mezclas indeseables de diferentes vacunas en las pautas”.

 

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