La aceleración de los tiempos políticos no ayuda

..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
Hace solo dos semanas Carmen Montón aparecía orgullosa en el Congreso de los Diputados con la convalidación del real decreto de universalidad. Solo cinco días después se veía obligada a dimitir después de una serie de informaciones que ponían de relieve que había recibido trato en la Universidad Rey Juan Carlos, donde cursó un máster sobre igualdad de género. Un caso muy parecido al que obligó a Cristina Cifuentes a dimitir como presidenta de la Comunidad de Madrid y por el que podía imputar también al líder del PP, Pablo Casado. Los dos grandes partidos andan revueltos por estos temas. El caso ha salpicado a la tesis del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Es evidente que defenderse de estas acusaciones requiere de una energía que el Gobierno no puede utilizar para otras tareas necesarias. Queda la sensación además de que los tiempos en política se han acelerado y que es imposible acometer reformas estructurales. La moción de censura de hace poco más de tres meses, dos Gobiernos de diferente signo político en una legislatura, la dimisión de dos ministros en apenas 100 días y las dudas sobre Sánchez hacen pensar en que podríamos tener unas elecciones generales en breve. No quiero decir que Sánchez deba dimitir por este asunto de la tesis, sino que la debilidad del PSOE en el Congreso es tal que hace muy difícil sostener al Gobierno.

Queda la sensación además de que los tiempos en política se han acelerado y que es imposible acometer reformas estructurales

Son muchos los especialistas que vienen diciendo que los tiempos en política son diferentes a los que la sanidad requiere. Que en una legislatura se pueden abordar reformas y que los beneficios es posible que no se vean hasta la siguiente. Es tentador entonces quedarse quieto no vaya a ser que se beneficie al rival. En el contexto actual de cambios tan rápidos este problema se agrava.

En un contexto como el actual se hace más imprescindible que nunca que los partidos saquen la sanidad del juego político y que las reformas se aborden de manera conjunta para que sean sostenibles en el tiempo. Es difícil entender porque el consenso que existe en la Comisión de Sanidad tanto del Congreso como del Senado no se puede trasladar al día a día. Un análisis muy por encima de las proposiciones no de ley votadas ponen de manifiesto que la mayoría salen adelante. ¿Por qué los Gobierno no escuchan al Parlamento entonces? ¿Acaso las medidas pactadas en las comisiones  no sirven para nada?

Artículos relacionados:

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en