Prescripción enfermera: la guerra de nunca acabar

..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
En poco más de tres años se han aprobado dos reales decretos de indicación enfermera. Ambos han acabado igual, con el enfrentamiento entre las dos principales profesiones del Sistema Nacional de Salud. Esta última vez parecía que el malestar se había superado. Un Serafín Romero recién llegado a la presidencia de la OMC y un Máximo González Jurado a punto de dejar el Consejo General de Enfermería alcanzaron hace poco más de un año un acuerdo con la entonces ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, de testigo.

Solo había que seguir el guión, pero las modificaciones incluidas a última hora por el Ministerio de María Luisa Carcedo han hecho saltar por los aires la paz que existía entre médicos y enfermeros. La situación recuerda a la de hace tres años, solo que ha cambiado de bando el malestar. En 2015 el Consejo General de Enfermería se indignó ante los cambios de última hora que había sufrido la normativa en el Consejo de Ministros. No era el mismo texto que el Ministerio de Sanidad había llevado al Consejo Interterritorial y que había recibido el visto bueno de las comunidades autónomas. Hoy son los médicos los que han expresado su enfado después de que se incluyeran una serie de modificaciones en el texto final sin previo aviso. Los médicos han conocido los cambios una vez que se ha publicado el real decreto en el BOE.

La situación recuerda a la de hace tres años, solo que ha cambiado de bando el malestar

Es la guerra de nunca acabar. Una vez más la gestión desde el Ministerio, da igual el color político, ha sido nefasta. No tengo claro hasta qué punto este tipo de conflictos llega al profesional, si afecta al día a día de los hospitales y de los centros de salud, pero es una muy mala noticia esta vuelta al enfrentamiento entre la Organización Médica Colegial y el Consejo General de Enfermería.

Era importante materializar el acuerdo con una normativa, especialmente ahora que viene la campaña de vacunación contra la gripe. Al final nos encontramos en el laberinto de siempre. Si esto al final enrarece la relación entre profesionales supone un problema grave y bastante problemas existen ya en los hospitales. La legislación debería ser clara y consensuada para que tanto los médicos como los enfermeros puedan dedicarse en cuerpo y alma al paciente, el centro y la razón de la existencia del sistema sanitario.

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