La llegada de los nuevos MIR. ¿Qué se espera de un especialista en formación? Dr. Juan Antonio Vargas

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..Dr. Juan Antonio Vargas. Decano de Medicina de la UAM. Jefe de Sección de Medicina Interna y Jefe de Estudios del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda.
Tras la elección de la plaza MIR para iniciar vuestra formación especializada, llega el momento tan esperado de comenzar la residencia. Después de haber realizado un análisis exhaustivo de hospitales y servicios para escoger la mejor elección, ahora os corresponde dar lo mejor de vosotros mismos durante la residencia. A partir de ahora está en vuestra mano, con esfuerzo y dedicación, la oportunidad de convertiros en aquello que quisisteis ser y que habéis ido madurando a lo largo de la carrera.

La parte más importante durante la residencia será tu actitud y tu compromiso con el hospital elegido, con los profesionales de tu servicio y, principalmente, con los pacientes a los que vas a tratar y cuidar. Sin olvidar, tal y como indica el Dr. Javier Barbado, que el sistema MIR no tiene como misión exclusiva la preparación técnica de profesionales especialistas, sino la formación de un pensamiento crítico imprescindible para continuar la formación durante toda la vida.

Es necesario que residente y tutor se cojan el aire, se respeten y sean un estímulo mutuo

El Dr. José Luis Agud publicó en 2010 un artículo titulado Brújula para médicos noveles (Rev Clin Esp 2010; 210: 237-42). Todos los años, recomiendo su lectura a los residentes que se incorporan a mi hospital. Coincido con el Dr. Agud en que el residente necesita orientación, buenas fuentes, trabajar y pedir ayuda cuando se atasca. Es necesario que residente y tutor se cojan el aire, se respeten y sean un estímulo mutuo. Nada hay más refrescante que un residente que pone en entredicho, con datos, lo que estás haciendo.

En estos próximos años tendréis que demostrar una gran capacidad de adaptación frente a los retos, confianza en vosotros mismos, humildad, capacidad de planificación y de comunicación, autocontrol y saber ser y estar. Estas características se traducen en la práctica en que el auténtico profesional de la salud considera que su actuación puede modificar y mejorar la situación en que se encuentra, que el esfuerzo persistente merece la pena y que las situaciones conflictivas y los sinsabores son superables con una actitud positiva y enfrentando directamente el problema. Por otra parte, el médico no solo tiene el deber de informar sobre actitudes y modos de vida saludables, sino servir él también de ejemplo para estas.

No hay que olvidar que el ruedo donde se lidia la práctica clínica es en la cabecera del enfermo. Aquí es fundamental desarrollar la empatía

Así mismo, deberéis mostrar otros valores como respeto, puntualidad, persistencia, prudencia, compromiso y adaptabilidad para la mejora del sistema y de la atención al paciente, sin olvidar nunca que el ruedo donde se lidia la práctica clínica es en la cabecera del enfermo. Aquí es fundamental desarrollar la empatía o, en otras palabras, meterse en la piel del otro”. William Osler, médico internista, inventor del sistema MIR en Johns Hopkins, y del que celebramos en 2019 el centenario de su muerte, gustaba decir: “Estudiar los fenómenos de la enfermedad sin libros es como navegar sin cartas marinas, mientras que estudiar los libros sin enfermos equivale a no zarpar tan siquiera”. Y añadía, “La práctica de la medicina es un arte, no un comercio; una vocación, no un negocio; una vocación en la que hay que emplear el corazón igual que la cabeza.

Creo que la llegada a los hospitales de una nueva hornada de residentes nos da la posibilidad de reflexionar y analizar el trabajo diario. También de mirar el futuro con determinación y, a través del ejemplo, intentar servir de referentes morales y profesionales para nuestros nuevos compañeros.

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