..Elena Santa María.
Los gobiernos deben tratar la epidemia de opioides como una crisis de salud pública y mejorar, cuidar y apoyar a las personas que hacen un mal uso de los opioides. Las muertes por sobredosis siguen aumentando, alimentadas por el aumento de las prescripciones y de opioides para el manejo del dolor y el tráfico ilícito de drogas, según un informe de la OCDE.
El informe ‘Afrontar el problema del uso de opioides en los países de la OCDE’, examina como, en los últimos años, la crisis ha devastado familias y comunidades, especialmente en Norte América. Aunque las muertes por esta causa también están creciendo en Suecia, Noruega, Irlanda e Inglaterra y Gales.
Las muertes por sobredosis siguen aumentando, alimentadas por el aumento de las prescripciones
Entre 2011 y 2016, en los 25 países de la OCDE en los que hay datos disponibles, las muertes relacionadas con los opioides crecieron más de un 20%. En Canadá, por ejemplo, hubo más de 10.000 muertes relacionadas con los opioides entre enero de 2016 y septiembre de 2018, pasando de 8,4 por cada 100.000 personas a 11,8 en este periodo. El abuso de opioides también ha supuesto una carga creciente para los servicios de salud, especialmente por hospitalizaciones y visitas a urgencias.
“La epidemia de opioides ha golpeado a los más vulnerables”, señaló Gabriela Ramos, jefe de personal de la OCDE y G20 Sherpa, en la presentación del informe en París. “Los gobiernos tienen que tomar medidas decisivas para frenar la trágica pérdida de vidas y afrontar los terribles costes sociales, emocionales, y económicos de la adicción con mejores tratamientos y políticas de salud. Pero la medida más efectiva sigue siendo la prevención”.
3 de cada 4 muertes que se registran en Europa son de hombres. Sin embargo, en Estados Unidos, el uso de opioides ha crecido entre las mujeres embarazadas, especialmente entre aquellas con ingresos más bajos. Tener trastornos de salud mental también se asocia a un uso mayor de prescripción de opioides en Estados Unidos.
Los gobiernos tienen que tomar medidas decisivas para frenar la trágica pérdida de vidas y afrontar los terribles costes sociales
Los presos también son vulnerables. La prevalencia de trastornos por el uso de opioides en Europa fue de menos del 1% entre la población general y del 30% entre la población reclusa. Las condiciones sociales y económicas, como el desempleo, también han contribuido a la epidemia.
Un incremento en la prescripción de opioides para el manejo del dolor es otro de los factores de la crisis. Los gobiernos deben revisar la regulación de la industria para asegurarse de proteger a la población del daño ya que, desde finales de los noventa, los fabricantes han minimizado los efectos de los opioides.
Los médicos deben mejorar sus prácticas prescriptoras, por ejemplo, con guías basadas en la evidencia clínica o aumentando la vigilancia de las prescripciones. Los gobiernos también pueden regular las relaciones financieras y el marketing de los fabricantes de opioides.
