La Compañía Nacional de Danza (CND) y el Teatro Nacional de la Zarzuela, unidos para presentar el Ballet Cascanueces

Cascanueces

..Redacción.
Un feliz acuerdo de estas dos grandes instituciones artísticas. Por un lado, la renacida Compañía Nacional de Danza (CND) y por otro el Teatro Nacional de la Zarzuela. Esto permitirá presentar en doce sesiones, desde el 10 al próximo 22 de diciembre, el conocido ballet en dos actos El Cascanueces de P.I. Chaikovski.

Es un cuento válido para todas las edades en el que parte de su extraordinario atractivo se centra en la belleza de sus danzas. Mezclan por igual la fantasía y la ilusión, el peligro y la ternura, el miedo y la ilusión. Temas que se unen en uno de los ballets más célebres de la historia de esta clásica modalidad artística.

Basado en el libreto de Marius Petipa e inspirado a su vez en el cuento de E.T.A. Hoffmann, adaptado por Alejandro Dumas, su acción se sitúa en la época de 1910, en plena etapa de la conocida Belle Epoque francesa.

Entre su elenco la CND cuenta con figuras como la bailarina María Kochetkova que durante ocho años estudió en la escuela ballet del Bolsoi. Eso fue antes de bailar en el Royal Ballet y el EngleshNational Ballet de Londres hasta 2007. José Carlos Martínez es otro de sus principales bailarines, fue Premio Nacional de Danza 1999 y bailarín estrella de la Ópera de París.

La versión del Cascanueces ha servido para llevar a la Zarzuela un público algo diferente al habitual

El Cascanueces que se ofrece ahora en el Teatro de la Zarzuela lo hace con una producción presentada con claro éxito por la propia CND. Fue en el Baluarte de Pamplona el 26 de octubre de 2018.

En la primera sesión madrileña han intervenido como protagonistas los siguientes miembros de la CND: Cristina Casa (Clara), Angel García Molinero (Cascanueces), Ion Aguirretxe ((Drosselmeyer), María Kochjetkova (Hada Azúcar) y Alessandro Riga (Príncipe), además del resto del cuerpo de baile integrado por cuarenta intérpretes, que irán sucesivamente alternando sus papeles en las próximas sesiones.

Tras un primer acto, algo frío y menos novedoso, se ofrece un segundo mucho más cuidado y centrado plenamente en la danza, lleno de efectos coreográficos como el famoso “vals de las flores” y el conocido como “copitos de nieve”, con una coreografía y dirección escénica sumamente atractivas gracias a la sucesiva intervención de todo el cuerpo de baile dotado de los sugerentes figurines creados por el joven Iñaki Cobos inspirados en el citado estilo “Belle epoque” con el complemento de la sutil iluminación de Olga García Sánchez y una expresiva escenografía de Mónica Boromello, con la destacada intervención de María Kochetkova y José Carlos Martínez, formando una pareja ideal para el sugerente desarrollo de los diversos “paso a dos” con que Chaikovski ha concebido su felícísima partitura.

Manuel Coves, al frente de la Orquesta titular del Teatro de la Zarzuela, Orcam, entregada como siempre a las indicaciones de su director, ha realizado una lectura correcta de la melodiosa partitura de Chaikovski, salvando los momentos en que tuvo que adaptarse al ritmo y velocidad que la danza le marcaba.

Un espectáculo notable que, además de bello, ha servido para llevar a la Zarzuela un público algo diferente al habitual. La ocasión lo merecía.

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