Dr. Miguel Álvarez de Mon: “El efecto hikikomori de aislamiento social no se relaciona con el confinamiento en España”

Psiquiatra en el Hospital Infanta Leonor de Madrid

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..Cristina Cebrián.
El término japonés hikikomori se refiere al aislamiento social. Ante la situación de confinamiento que estamos viviendo en España podría parecer que nos encaminamos hacia ese estado de aislamiento social. Sin embargo, el Dr. Miguel Álvarez de Mon, psiquiatra en el hospital de día de adolescentes del Hospital Infanta Leonor de Madrid, explica que ese confinamiento no se asocia con hikikomori.

En esta video entrevista con iSanidad el Dr. Álvarez de Mon detalla las características de este fenómeno que surgió en Japón, relativamente hace poco tiempo, unos 25 años. Además, comenta el aumento de casos en países occidentales. De hecho, en España ya hay una amplia cohorte de pacientes detectados en Barcelona.

¿Qué es el hikikomori o aislamiento social?
El significado etimológico de hikikomori hace referencia al aislamiento, a recluirse. Se empezó a popularizar en la década de los 90 del siglo XX. Se trata de un fenómeno complejo de aislamiento social durante al menos seis meses. Durante ese periodo de aislamiento el individuo afectado apenas sale de su propio domicilio y, en los casos más graves, permanece recluido en su habitación.

Lo más importante es que este aislamiento se acompaña de sufrimiento por parte de la persona afectada y de un grave deterioro del funcionamiento en todos los ámbitos, desde el social y familiar hasta el laboral. 

¿Cuáles son las causas que lo provocan?
Comenzó en Japón y a día de hoy se ha convertido en un problema de salud pública y afecta a más del 1% de la población. Inicialmente se pensaba que podía tener un componente cultural e incluso se llegó a pensar que podía ser un síndrome cultural. Al final, se está extendiendo por todo el mundo y cada vez hay más países que han descrito que hay población afectada por hikikomori. Ahora mismo se desconocen los factores causales, al descartarse la posibilidad de que sea cultural.

Lo más llamativo, desde fuera, del hikikomori es el aislamiento del individuo ya que pasa la mayor parte del tiempo recluido en su casa y en su habitación

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¿Qué síntomas presenta y cómo se detectan?
Lo más llamativo, desde fuera, es el aislamiento del individuo ya que pasa la mayor parte del tiempo recluido en su casa y en su habitación. Si se trata de un paciente, familiar o amigo nuestro, lo vamos a detectar porque cada vez se desconecta más de los demás.

No solo es un aislamiento físico sino que también es un aislamiento de las relaciones. Es decir, esta persona deja de relacionarse por ejemplo por Whatsapp o Facetime y se va aislando. Al mismo tiempo, a nivel laboral o académico, empieza a funcionar peor. De manera que su rendimiento disminuye drásticamente e incluso puede llegar a salir del sistema educativo, porque deja de participar de las normas sociales. Esto lo detectamos, sobre todo en la adolescencia, por el absentismo. En una etapa más avanzada de la vida se detecta por el absentismo laboral y una ausencia de deseo de ponerse a trabajar y de participar de la sociedad.

¿A qué edad suele aparecer este trastorno?
La edad de debut varía mucho según el país y es un fenómeno relativamente nuevo. De hecho, en una de las cohortes de pacientes más grandes fuera de Japón se ha descrito en España, concretamente en Cataluña. En los países de occidente lo que se ve es que la edad media de aparición es en torno a los 20 años.   

No creo que el actual confinamiento en España cause hikikomori. Ahora la gente está más conectada unos con otros por vía telemática 

¿El actual estado de alarma en el que nos encontramos y las medidas de confinamiento pueden generar este síndrome en España?
Esta misma pregunta nos la hemos hecho en el Hospital de Día de adolescentes donde trabajo. A las dos semanas de que empezase el estado de alarma, en una de nuestras sesiones clínicas nos propusimos la evaluación sobre cómo nos está afectando el confinamiento. En cambio, el hikikomori no es solo aislamiento sino también conlleva la falta de socialización por otras vías. También presenta la ausencia de apoyo emocional.

Por tanto, el confinamiento actual que estamos viviendo en España para combatir el Covid-19 nos va a provocar problemas de salud mental el día de mañana. Pero no creo que cause hikikomori. Además, la gente está ahora más conectada unos con otros por vía telemática. Al final, este fenómeno no es solo un aislamiento físico sino social, ya que no se interactúa con los demás. 

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¿El médico conoce esta patología?
A día de hoy creo que se conoce poco, al ser un fenómeno relativamente nuevo. Varios comités de expertos han hecho propuestas con los criterios diagnósticos para incluirlas en las siguientes ediciones de los sistemas de clasificación de enfermedades, tanto europeo como americano. La propuesta se ha hecho y, en principio, se va a incluir hikikomori en la siguiente edición de estos dos sistemas de clasificación de enfermedades. Pero a día de hoy no está incluida de manera oficial.

Los criterios diagnósticos se han validado en los distintos países y se les ha aplicado a poblaciones sospechosas

En cuanto a los criterios diagnósticos, se han validado en los distintos países y se les ha aplicado a poblaciones sospechosas de hikikomori. Por ejemplo, se ha hecho en países asiáticos como Japón, Corea del Sur, China. En Europa se han descrito poblaciones en Italia y en Francia y se ha comprobado que esos criterios diagnósticos son válidos.

¿Qué tratamientos se pueden utilizar?
En los casos más graves, los afectados no salen de casa ni siquiera para acudir a citas médicas. Por tanto, una alternativa que se ha aplicado en la cohorte de pacientes de Barcelona es la visita domiciliaria. Así, un equipo de psiquiatras, psicólogos y enfermeras va de dos en dos a ver al paciente a su casa.

aislamiento-socialAl final hay muchas causas de hikikomori y hay que individualizar cada caso. El objetivo es intentar que el paciente coja confianza con el equipo clínico y se sienta cómodo. Una de las fidicultades que presentan estos pacientes es su dificultad para pedir ayuda. Se debe ir despacio y poniendo las cosas lo más fáciles posible.

Los familiares también sufren mucho porque los pacientes afectados no son capaces de interaccionar adecuadamente con ellos

¿En qué situación se encuentran los familiares de los afectados?
Los familiares también sufren mucho porque los pacientes afectados no funcionan bien a ningún nivel, tampoco en el familiar. No son capaces de interaccionar adecuadamente con sus familiares y, en los casos más graves, ni siquiera hay interacción cara a cara.

Por otro lado, como su funcionamiento está muy afectado, no logran una independencia económica y dependen de la familia de origen. El mejor consejo que se le puede dar a los familiares es tener paciencia y, sobre todo, pedir ayuda a profesionales sanitarios. El enfrentamiento con el paciente solo va a llevar a la crispación y a un mayor distanciamiento. En los casos más graves va a ser muy difícil que el paciente acuda a una consulta médica debido al ajetreo que conlleva. Por lo que deben pedir ayuda y solicitar la asistencia a domicilio.

¿El paciente es consciente de su trastorno?
Habitualmente hay conciencia de enfermedad porque el paciente sufre y tiene un deseo de volver al mundo, pero por muchas causas no ha sido capaz e incluso se ha salido de la sociedad. Esa salida le provoca sufrimiento. Habitualmente hay una falta de conocimiento sobre cómo volver a insertarse en la sociedad. Esto se consigue poco a poco, por ejemplo simulando que se trata de un juego.

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El paciente sufre y tiene un deseo de volver al mundo, pero por muchas causas no ha sido capaz

Si lo que más echa de menos es el mundo laboral, se puede intentar realizar trabajos en los que se pueda compaginar el trabajo telemático con el presencial. Se trata de facilitar al paciente la reinserción social a través del ámbito que prefiera, familiar, laboral, mediante sus aficiones, etc.

¿Este fenómeno se asocia a otras patologías?
Para poder diagnosticar hikikomori una cuestión fundamental es descartar que haya otras enfermedades psiquiátricas que puedan justificar ese cuadro clínico. Por tanto, se trata de una entidad clínica propia y no aparece asociada a otra enfermedad. Si un paciente acaba aislándose por un tema de fobia, eso sería solo una fobia. Lo mismo ocurre si se aísla por un trastorno psicótico o delirante.

Lo que si que puede aparecer es como secundario a una situación. Por ejemplo, uno de los primeros casos descritos en Madrid fue que apareció el aislamiento social a raíz de problemas estéticos graves. El paciente no sabía como pedir ayuda, esto le llevó a aislarse y al final desarrolló un hikikomori. Por tanto, muchas veces hay factores precipitantes que son fácilmente identificables.

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