La profesión sanitaria como actividad de riesgo

Los últimos datos facilitados en un informe realizado por la OMC sobre las agresiones a los profesionales de la medicina, está llevando a la conclusión de que el ejercicio de esta actividad se está convirtiendo en una profesión de riesgo.

Razones hay para ello y de hecho basta con echarle una simple ojeada a los datos que da a conocer el informe. Solo en 2010 se han registrado 500 casos de agresión. Según otro estudio realizado por la Universidad de Zaragoza, publicado en el International Journal of Occupational and Eurometal Health se calcula que el 64% de los médicos españoles –unos 200.0000- han sufrido amenazas, coacciones o insultos, mientras que el 11 % han sido víctimas de agresiones, de ellos más del 5% en más de una ocasión.

Aún cuando dichos datos no son directamente comparables, si demuestran en cambio su aumento. La CESM, Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, calcula que el número de agresiones podía haber llegado a un 4%. El silencio de los médicos impide una mayor exactitud en la información.

La Secretaría de Salud de dicha Confederación, Beatriz Ogando, asegura que estas cifras son solo la punta del problema, porque la realidad puede superarla con creces. “No hay datos exactos porque hay demasiado silencio profesional”.

El mayor porcentaje de actos violentos contra el personal médico se da en Atención Primaria, concretamente el 65%. No hay un censo global. Se sabe solo aquello que se denuncia pero no se puede conocer lo que no se denuncia, puntualiza el director de seguridad y Presidente de la ANSICH, Asociación Nacional para la Seguridad Integral de Centros Hospitalarios, Pedro Gómez de Quirós.

¿Motivo? Las causas tienen un matiz muy variado. La relación clínica médico-paciente ha variado en los últimos 25 años, más que en todo el último siglo debido a que sus actores –médicos, pacientes y organizaciones sanitarias- no han encontrado todavía la forma de adaptarse, manifiesta también Beatriz Ogando, tal vez debido al entorno que le rodea, la sociedad es hoy mucho más agresiva que antes -el paro, los conflictos laborales y familiares- matiza Gómez de Quirós. Todo ello hace que los profesionales de la salud, al sentirse saturados por tener que atender a demasiados pacientes y no poder ver lo que ocurre en la sala de espera, se sientan intranquilos y vulnerables Y, lo más importante, saben  que la agresión la pueden sufrir en cualquier momento y a cualquiera de ellos.

Pedro Cañones, Secretario General de la SEMG, Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia apostilla “Yo creo que se ha perdido el sentido común”.

Por su parte, los médicos opinan que todas estas conductas no se producen porque los pacientes no sean bien atendidos sino porque los agresores se quejan de forma general contra la situación de la Sanidad, conducta que inicialmente se traduce en insultos o en situaciones de otra índole que hacen cada vez más  duro el día a día. Las cuestiones suelen ser muy variadas y se ponen más difíciles debido a la circunstancia de que si se requiere la presencia de la Policía, esta solo acude cuando se trata de casos graves.

El tema de las agresiones a los médicos acaba de subir al primer plano de la actualidad debido a que el miércoles 23 de mayo los tribunales de justicia dieron a conocer dos sentencias que acaban de dictar a favor de Médicos de Madrid, con penas de prisión por agresiones a los facultativos. En ambos casos se aplicó el convenio firmado entre la Fiscalía de Madrid y el Colegio de Médicos de Madrid en mayo de 2008 para calificar las agresiones a médicos de la Administración Pública como delito de atentado.

En la primera de ellas, el magistrado condenó al acusado a seis meses y un día de prisión por agredir a un ginecólogo de uno de los centros sanitarios del Ayuntamiento de Madrid, con la accesoria de inhabilitación especial del derecho al sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y sumisión a tratamiento externo por un tiempo que no exceda los dos años. El fallo determinó también, un mes  de multa con una cuota diaria de dos euros con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago.

Los hechos probados que declaró la magistrada del Juzgado de lo Penal nº 26 de Madrid, consideran que, “el culpable escupió al facultativo para después propinarle dos puñetazos y cuando le iba a dar un tercero, el médico le sujetó por el cuello hasta la llegada de otros compañeros que, tras agarrarle, consiguieron calmarle.”

Y continúan, “a consecuencia de los golpes, el médico resultó con contusión en dorso nasal y en pómulo derecho, para cuya sanidad precisó de una primera asistencia facultativa, habiendo invertido en su curación ocho días, uno de ellos incapacitado para sus ocupaciones habituales”.

Por su parte, “el acusado resultó con policontusiones y contusión en hombro y zona cervical, para cuya sanidad solo necesitó una primera asistencia facultativa, habiendo invertido en su curación 43 días no impeditivos”. El médico fue absuelto de la falta de lesiones, al considerar la magistrada que se encontraba éste en situación de legítima defensa.

En la segunda sentencia, que supone la número catorce desde la firma del citado convenio, el magistrado del Juzgado de lo Penal nº 8 de Madrid condenó al acusado por su agresión a un facultativo y a un paciente en un centro de atención primaria de la Comunidad de Madrid,  a  “un año y seis meses de prisión y treinta días de multa con una cuota diaria de 10 euros de multa con un día de arresto por cada dos cuotas no pagadas, con las accesorias legales de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, así como la indemnización correspondiente tanto al facultativo como al paciente agredidos”.

El magistrado consideró que “el imputado se encontraba en la sala de espera, perdió la paciencia y exigió ser atendido de inmediato, por lo que el facultativo llamó al personal de seguridad. A su regreso a la sala, se encontró al acusado, que  visiblemente alterado,  comenzó a vocear y propinó al facultativo, a sabiendas de su condición, un puñetazo en el rostro. A continuación, el acusado se dirigió a un paciente, abalanzándose sobre él y golpeándole levemente en un costado. Ante esta acción el paciente temeroso de  ser agredido, retrocedió y tropezó cayendo al suelo”. Como consecuencia del golpe, “el médico sufrió contusión malar izquierda y erosión en surco nasogeniano izquierdo, requiriendo de un tratamiento sintomático de siete días, todos ellos de incapacidad.

Por su parte, “el paciente, como consecuencia de la caída, sufrió contusión en hombro derecho, para cuya sanidad precisó tratamiento sintomático no precisado, cabestrillo y terapia de rehabilitación, sanando en 90 días, 14 de ellos de incapacidad”.

En 2011, las agresiones al colectivo médico se incrementaron en un 9,2% respecto de 2010, según datos del Observatorio de Agresiones  de la OMC que recoge los hechos de violencia que los médicos sufren en el ejercicio de su profesión en toda España, recopilados a través de los 52 Colegios Oficiales de Médicos.

Según este Observatorio, pionero en recoger en España las agresiones al personal médico a través de un registro común de los Colegios de Médicos en el que se inscriben tanto las comunicaciones de agresiones como las denuncias por vía judicial de las mismas, en 2011 se registraron un total de 496 agresiones, 45 casos más que en 2010.

“Si tenemos en cuenta los últimos datos publicados por la Organización Médica Colegial (OMC) que cifraron en 500 los casos de violencia a nivel nacional en 2010, vemos que este problema es especialmente acuciante en la Comunidad de Madrid que en ese mismo año aglutinó casi una quinta parte de las agresiones”, según lo servicios informativos del ICOMEM, 

“Todavía estamos muy lejos de la situación ideal que sería un 100% de denuncias tras una agresión y desde la organización colegial se reclama una mayor concienciación por parte del colectivo médico ya que solo 3 de cada 10 médicos la formaliza. Por eso, se vuelve a insistir en la necesidad de denunciar tras una agresión ya que es la única solución para resolver el conflicto”.

El Colegio de Médicos de Madrid apoya a todos los médicos agredidos y para ello ofrece un servicio de asistencia integral ocupándose tanto de los servicios administrativos, judiciales y psicológicos del agredido.

Desde el colegio se pide una mayor concienciación por parte del colectivo médico y señala que denunciar es la única solución para empezar a  resolver este conflicto.

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