Los médicos obligados a dar la cara y los colegios ¿dispuestos a ayudar?

Alfonso González
Una vez que la reforma sanitaria decidida por los políticos, que tienen que dar solución a una galopante crisis, está en marcha son los médicos los que tienen que dar la cara ante los pacientes. El próximo 1 de septiembre entran en vigor medidas como las de la desatenció a los inmigrantes sin papeles o la desfinanciación de 423 fármacos.

La situación no puede ser más rocambolesca porque se ha gestado una reforma importante sin contar con los profesionales y se ha llegado a una nueva concepción del sistema sanitario en la que los principales actores, los médicos, tienen que estar al frente de una reforma que ha creado un sistema en el que no creen.

Las continuas iniciativas de los colegios de médicos, de sociedades científicas y de diferentes organizaciones profesionales de toda índole no han logrado que haya una inteligente búsqueda de consenso por parte de los políticos, que no han movido su posición, para que la reforma sea lo más adecuada para todos los estamentos implicados. Tanto es así que hasta se ha llegado a crear la “Plataforma de Acción” formada por las principales organizaciones que defienden los intereses científicos, profesionales y laborales de los médicos (FACME, OMC y CESM), pero eso no ha sido suficiente para avanzar en un camino común.

El problema no es la necesidad de ahorro, en la que sí hay una sensibilidad porque los políticos nos han convencido de que verdaderamente no hay dinero, el problema es que una parte de la reforma va en contra de la ética del propio Código Deontológico Médico.

Y ahora, ¿qué tiene que hacer un médico cuando un inmigrante sin derecho a tarjeta sanitaria, paciente habitual, se acerque de nuevo a la consulta?, ¿quién le dice al paciente que se vaya o traiga dinero “contante y sonante”?, ¿quién le va a negar una prueba o una cura a un accidentado?, ¿se borrarán las historias clínicas?.

Los Colegios de Médicos ya han mostrado su sensibilidad y se han puesto de lado de los médicos, y ahora tienen una nueva oportunidad de apoyar a sus colegiados. ¿Cómo?, las opciones son muchas, pero solo con las declaraciones y registro de objeciones parece poco y la unidad de acción se está mostrando tan importante como inútil. Cada colegio tiene que dar una respuesta completa a sus colegiados, ¿o es que ningún médico va a exigirle esto a su Colegio?

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