El mundo busca 4 millones de médicos, enfermeras y personal sanitario

Alfonso González
La Dra. Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud ha señalado, durante la 29ª Conferencia Internacional de la Sociedad Internacional para la Calidad en la Atención de la Salud, que el mundo necesita hasta 4 millones de médicos, enfermeras y otro personal sanitario para que no sea vea directamente afectada la calidad y seguridad de la atención del paciente. 

Así lo ha señalado este lunes durante su discurso de apertura de la 29ª Conferencia Internacional de la Sociedad Internacional para la Calidad en la Atención de la Salud que se está celebrando en Ginebra (Suiza), y donde se ha comprometido a “con el avance seguro y de alta calidad de la atención clínica de todos los pacientes, ricos y pobres, ahora y en el futuro”.

Para ella la atención clínica del paciente “está alcanzando nuevas alturas”, y “al igual que cualquier otra disciplina joven, la seguridad del paciente se enfrenta a desafíos. Estos incluyen la necesidad de cambiar los comportamientos humanos, y la renuencia de los médicos a reconocer los errores, de su parte o la de otros”, ha señalado Chan, no sin antes recordar “, auque “errar es humano”, hay que recudir el número y la gravedad de los que se producen.

En este sentido ha comentado que hay errores “atroces e imperdonables”, que pueden ser equivocarse en una cirugía o asignación mal al padre a un recién nacido porque “manchan la imagen de la salud”; y aquellos, “menos sensacional, mucho más comunes” como las prácticas de prescripción errónea. Para ella “lo desconcertante es que los mismos errores siguen ocurriendo una y otra vez. Esto dice mucho acerca de la imperiosa necesidad de hacer de la seguridad del paciente una prioridad para cualquier sistema de salud que funcione bien”.

Para ella documentar los costes muestra la magnitud de los problemas, como ha sucedido en varios estados de EEUU y para ejemplarizarlo ha destacado el brote de meningitis que está afectando a varios estados de los EE.UU., vinculado a fármacos contaminados con esteroides, que ha puesto en riesgo a 14.000 pacientes. Un problema, que más allá de las muertes ya causadas, tiene un efecto económico sobre los pacientes y los proveedores, a corto y a largo plazo,  por posibles discapacidades, retirada del mercado de productos contaminados, demandas por negligencia, etc.

“Los pacientes, en los países ricos como en los pobres, necesitan y esperan la atención clínica de calidad”, ha explicado, para cerrar su discurso afirmando que “en la atención clínica, las cosas van a salir mal. Errar es humano. Algunos de los errores médicos son imperdonables; otros son más comprensibles”, pero “todos ellos pueden ser tratados”. Buscando soluciones mundiales su recomendación pasa por avanzar aprendiendo “unos de otros, con los ojos claramente en los pacientes”; buscando “enfoques de arriba hacia abajo y de abajo arriba”, donde se trate también el papel de la educación profesional en la reducción de errores, y la importancia de las expectativas y experiencia de los pacientes.Por encima de todo, añade, hay que normalizar e institucionalizar medidas de protección y prevención, ya sea a través de políticas, de la acreditación y la regulación, o prácticas en hospitales, consultas médicas, farmacias y hogares

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