Más del 31% de médicos de atención primaria se planteó abandonar la profesión ante la pandemia de Covid-19

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..Redacción.
La actual crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19 siguen haciendo mella entre los profesionales sanitarios. Así, hasta el 42% de los médicos, aseguran que afrontan con más pesimismo los próximos meses en el contexto de pandemia. Este es uno de los resultados preliminares del estudio Impacto de la Covid-19 sobre la salud de los profesionales sanitarios, realizado por la Fundación Galatea, el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (CoMB) y las profesoras Nuria Mas (IESE) y Judit Vall (Instituto de Economía de Barcelona IEB-UB).

Los datos constatan que la crisis sanitaria no solo ha empeorado considerablemente la salud física y mental de los sanitarios. También se ha producido un impacto entre los médicos que les afecta a la hora de enfrentarse a esta segunda ola de coronavirus. Entre los meses de julio y agosto 1.648 médicos de Cataluña contestaron a esta encuesta que refleja el agotamiento al que están sometidos.

De hecho, un 24% aseguran que, en los últimos meses, se han cuestionado si seguían ejerciendo la profesión. Sin embargo, el grueso del colectivo mantiene un firme compromiso con la profesión y con los pacientes, a pesar de las duras experiencias vividas en la pandemia.

Un 31,7% de los médicos de atención primaria se planteó abandonar la profesión ante la situación de pandemia por Covid-19

Entre los profesionales de atención primaria (AP), que representan un 25,7% de la muestra, ha sido más frecuente el planteamiento de abandonar la profesión. Así, un 31,7% lo han considerado en algún momento, muy por encima del 21,3% los compañeros del ámbito hospitalario y del 22,2% de otros ámbitos. La encuesta también indica que el 48,4% de los médicos de AP se sienten menos preparados para afrontar lo que queda de pandemia. Mientras que la misma sensación es reportada por el 44,5% de los profesionales de hospitales y el 34,8% de otros ámbitos.

Sobre los médicos que trabajaron en UCI y servicios de urgencias, hasta el 68% declararon que durante el pico de la pandemia se sentían cansados, siempre o muy a menudo. La cifra se sitúa por encima del 57,6% de la muestra total, un porcentaje que antes de la crisis era del 27,7%.

Empeoramiento físico y mental
La encuesta constata el empeoramiento de la salud física y mental de los médicos a partir de varios indicadores. Por un lado, la frecuencia con la que experimentan agotamiento físico y emocional, cefaleas, dolor de estómago y dolor de espalda; por otro, la capacidad para hacer frente a los problemas.

Hay determinados colectivos que muestran peores indicadores de salud: los médicos de AP, aquellos que trabajaron en UCI y servicios de urgencias y los que decidieron autoconfinarse

Los valores de estos indicadores se comparan en tres momentos diferentes: antes de la pandemia, durante el estallido de la primera ola y durante el verano. Los peores valores se obtienen en el periodo de marzo y abril, mientras que en verano, a pesar de experimentar una mejora, no se recupera el nivel de partida anterior a la pandemia.

Por otro lado, el estudio detecta que hay determinados colectivos que muestran peores indicadores de salud. Por ejemplo, los médicos de AP, aquellos que trabajaron en UCI y servicios de urgencias y los que decidieron autoconfinarse durante los meses más duros de la pandemia para proteger a sus familiares. Estos grupos también muestran una recuperación más lenta que el resto de compañeros.

Recomendaciones generales
Ante los resultados preliminares del estudio, desde el CoMB buscan mejorar la salud de estos profesionales sanitarios a partir de unas recomendaciones generales. En primer lugar, señalan la necesidad de “cuidar de aquellos que nos cuidan”, para garantizar una buena asistencia al ciudadano.

Desde el CoMB aseguran que “la salud de los profesionales de la salud debe ser una prioridad de las autoridades sanitarias”

En este sentido, es fundamental reformar el actual actual sistema de salud mediante recursos humanos y económicos más suficientes. También consideran conveniente dotar de mayor autonomía a los profesionales, así como establecer una formación para la gestión del estrés y de la toma de decisiones complejas.

La salud de los profesionales de la salud debe ser una prioridad de las autoridades sanitarias. Estas deben ofrecer la atención adecuada, tanto a nivel asistencial como de prevención y promoción de la salud”, añaden desde el CoMB. Por último, insisten en promover y apoyar a los equipos, así como facilitar su funcionamiento saludable. Aseguran que “son uno de los principales elementos protectores que puede ofrecer el propio sistema”.

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