Las moléculas derivadas de Omega-3 pueden reparar el tejido dañado por la enfermedad periodontal, según un estudio

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..Redacción.
La maresina y la resolvina, moléculas producidas por el cuerpo a partir de los ácidos grasos Omega-3, pueden ayudar a reparar el tejido dañado por la enfermedad periodontal. Esta es la conclusión de una investigación de Emmanuel Albuquerque de Souza en la Facultad de Odontología de la Universidad de São Paulo (FO-USP) en Brasil y que se realizó en el Instituto Forsyth, una filial de la Facultad de Medicina Dental de Harvard en los Estados Unidos, y publicado en la revista ‘Frontiers in Immunology‘.

La maresina y la resolvina pueden ayudar a reparar el tejido dañado por la enfermedad periodontal, según esta investigación

El experto ha estudiado durante mucho tiempo los mecanismos que conducen a una resolución de la inflamación en los tejidos periodontales. Uno de los enfoques de la asociación es lo que se denomina mediadores lipídicos pro-resolutivos, como maresina y resolvina. “Estas moléculas entran en juego en la segunda etapa del proceso inflamatorio, hoy conocida como etapa de resolución, pero algunas personas aparentemente no producen suficientes, mientras que en otros casos sus funciones parecen estar alteradas de alguna manera“, señaló.

Estimular la liberación de estos mediadores podría ser una forma de mejorar la tasa de éxito de la llamada terapia regenerativa. “El estudio muestra por primera vez que estos dos mediadores mejoran la capacidad de regeneración de las células madre, incluso en presencia de inflamación“, indicó Marinella Holzhausen Caldeira, profesora del Departamento de Periodoncia de la FO-USP.

La maresina y la resolvina sintetizadas a partir de ácidos grasos estimulan las células madre del ligamento periodontal incluso en presencia de inflamación

Basándose en investigaciones previas que demostraron la acción de maresina y resolvina en la regeneración periodontal, se crearon dos ambientes in vitro para células madre. Uno que representa tejido inflamado lleno de citocinas proinflamatorias y el otro simulando la etapa de resolución de la inflamación.

Descubrimos que la proinflamación reducía la actividad de las células madre, mientras que la presencia de maresina y resolvina aumentaba su capacidad para proliferar, migrar y adquirir rápidamente las funciones de las células en el tejido perdido. Cuando se estimulan estas células madre, pueden adquirir propiedades similares a las de los cementoblastos, fibroblastos y osteoblastos periodontales”, explicó Emmanuel Albuquerque.

El hallazgo muestra la importancia de crear un entorno favorable para que las células madre funcionen correctamente. El siguiente paso es comprender cómo utilizar maresina y resolvina de forma terapéutica. “No sabemos cuánto podemos alterar la capacidad del organismo para sintetizar estos mediadores“, concluyó.

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