La dra.Fuster, ¿a favor de la unidad en el Colegio de Valencia?

La llegada de la dra. Rosa Fuster al Colegio de Valencia para sacar de su cargo al eterno dr. Alapont estuvo rodeada de mucha polémica. Ninguna persona de la junta saliente se esperaba que hubiera una candidatura con la que enfrentarse, de hecho el dr. Alapont parecía no tener ni siquiera programa, esperaba permanecer y seguir manejando los destinos del Colegio.

Pero a la dra. Fuster se le presentó un proyecto que le venía “como anillo al dedo”, perfecto para su intención de notoriedad, para recuperar protagonismo, para salir de nuevo de su Hospital de Gandía, para recuperar la proyección personal que ya tuvo cuando estaba en política. La propuesta para ser candidata a la presidencia del Colegio le gustó mucho. Tenía unos buenos compañeros de viaje, no solo en la composición de la Junta, sino en empresarios. Pero para poder participar en las elecciones con posibilidades de ganar no es suficiente con una buena Junta, hace falta especialistas que apoyen la idea, el proyecto y a las personas. Rosa Fuster tuvo con ella el mejor equipo que podía esperar.

La Junta de la dra. Fuster había estado siempre unida, había mostrado que entraron para trabajar, para sacar adelante su programa y hacer un cambio total en el Colegio. Pero el empuje inicial parece haberse agotado, la dura tarea de la reconstrucción ha comenzado y ya han aparecido los intereses personales de algunos de los que se presentaron. Después de más de un año se ha acabado la novedad, pero no se debería renunciar a los principios que conformaron la candidatura. Tanto los consejeros como los empresarios que apoyaron a la dra Fuster se merecen que se cumplan los compromisos adquiridos y lo contratos firmados. En ocasiones parece que se atiende más a los amigos que dejó en el Colegio el dr. Alapont que a los que llegaron con la dra. Fuster. Es fácil caer en la tentación de tomar partido por nuevas empresas y empresarios que llegan con la intención de aprovecharse de la debilidad de la rutina, pero la credibilidad se gana con la continuidad.

Los datos actuales hacen ver que el Colegio de Valencia parece caminar hacia el lugar equivocado. La Junta ya no es una piña, la unidad y el diálogo inicial se está perdiendo, la Permanente quiere tener un protagonismo injustificado. El prestigio de algunos consejeros, ganado poco a poco con muchos años de trabajo, le dio fuerza a la candidatura y fueron elegidos para llevar ese prestigio a la Junta del Colegio.

Aunque la situación original ha cambiado todavía se puede reconducir. Si los consejeros deciden tomar el protagonismo que el Pleno de la Junta les otorga no perderán su prestigio y no dejarán el Colegio en manos de 4 ó 5 personas, como sucedía en épocas pasadas. El Colegio necesita un cambio en las formas de los miembros del Pleno de la Junta.

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