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“La ventaja que la cirugía customizada otorga al cirujano es que puede planificar la cirugía de forma muy precisa y, además, ser capaz de aplicar esa precisión al quirófano. De esta manera, se están evitando errores que vienen de la mano del hombre”, explica el Dr. Eduardo Sánchez-Jáuregui, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Por ello, en la siguiente entrevista subraya el gran poder de la cirugía customizada para resolver problemas de los pacientes de manera precisa.
¿Cuáles son los casos más complejos a los que se enfrenta como cirujano maxilofacial especializado en traumatología?
Los casos más complejos a los que me enfrento son varios, En primer lugar, las reintervenciones. Es decir, aquellos pacientes que han necesitado varias intervenciones debido a que son grandes traumatismo y tienen diversas secuelas. También son complejas malformaciones congénitas severas, malformaciones de cabeza y cuello que se producen durante el desarrollo embrionario y que tenemos que operar.
Y, también, aquellos pacientes sanos a los que se les va a hacer una cirugía con un componente de estética muy importante y con quienes se debe ser muy preciso para obtener un buen resultado. Poe todo ello, los casos más complejos son, básicamente, las reintervenciones, las grandes secuelas, las malformaciones congénitas severas y el paciente de estética que requiere mucha precisión.
En nuestra profesión cada vez se planifica más con software específicos
¿Qué limitaciones se encuentran principalmente cuando interviene?
En nuestra profesión cada vez que se planifican más las cosas con softwares específicos que permiten planificaciones muy precisas, milimétricas. Por ello, las limitaciones vienen cuando se va a operar al paciente y toda esa información que se ha planificado se tiene que trasladar a la mesa de quirófano. Y la customización resuelve muy bien este problema al poder transmitir los datos de la planificación virtual en el ordenador a la mesa de quirófano.
Otras limitaciones pueden venir por factores anatómicos, ya que hay pacientes que por su anatomía pueden ser más difíciles de operar, o por las condiciones médicas que presenta debido a las patologías base.
¿Qué es lo que realmente está condicionando los progresos de la cirugía desde el punto de vista de material de sustitución? ¿Cómo condicionan estos cambios al cirujano?
Todo el desarrollo en materiales que se está viviendo, sobre todo desde principios de este siglo y en los últimos diez años, ofrece la gran ventaja de ahorrar o evita tener que coger tejidos de otra parte del paciente para sustituir lo que se quiere solucionar. Es decir, hoy en día los materiales de sustitución como el medpor o el titanio, permiten solventar problemas sin tener que recurrir, por ejemplo, a un injerto de hueso de otra zona del paciente como de la cresta ilíaca, la calota craneal o la tibia.
Si el cirujano se puede ahorrar coger el hueso de la cresta y puede utilizar algún material de sustitución que haga la función, se está ahorrando morbilidad y posibles complicaciones en el paciente. Con lo cual, lo que aporta es facilidad, comodidad y, sobre todo, menos riesgo para el paciente. Cuantas menos incisiones, menos campos quirúrgicos y menos problemas tendrá el paciente.
Dr. Eduardo Sánchez-Jáuregui: “El titanio es el material por excelencia que utilizamos”
¿Qué alternativas tiene el cirujano maxilofacial en cuanto a materiales?
En cirugía maxilofacial se utilizan distintos materiales. El medpor es un material que se ha usado clásicamente y que se sigue usando todavía hoy en día; el titanio, sin duda, es el material por excelencia que usamos los cirujanos orales y maxilofaciales y tiene muchas ventajas. La primera es que se integra y se fusiona con el hueso sin producir problemas. Además, a veces se pone en zonas en contacto con la vía aérea, la fosa nasal o en el seno maxilar, y es un material que rara vez se infecta o da problemas por sobreinfección.
También estamos utilizando mucho, ya que también es muy versátil y permite customizar, el PEEK, que significa poliéter éter cetona, un material plástico más ligero que el titanio y que no se sobrecalienta. Por último, para cosas más puntuales como los injertos óseos, se usa la hidroxiapatita, membranas de colágeno que son reabsorbibles para guiar la regeneración ósea en pacientes que necesitan cirugía de implantes.
La cirugía customizada permite planificar de forma muy precisa
¿Cuáles son las principales posibilidades que se ofrecen al realizar cirugías customizadas?
La ventaja que le da el cirujano es que puede planificar la cirugía de forma muy precisa y, además, ser capaz de aplicar esa precisión al quirófano. Porque se ha imprimido una prótesis customizada del material que sabe que va a encajar. Esto implica un ahorro de tiempo en el quirófano ya que la pieza tiene un ajuste perfecto porque está hecho sobre el TAC del paciente. Entonces, todas estas prótesis ahorran tiempo, complicaciones y otorgan precisión.
Todo esto se ha conseguido con la tecnología CAD-CAM, una tecnología que ha supuesto mucho impulso en este campo. Y es que, hace años, las cirugías se planificaban con radiografías, a mano, haciendo un perfil del paciente. Y luego, en el quirófano no existía nada que guiara con precisión lo que se había planificado. Hoy en día, con esta tecnología, se diseña en el ordenador y una impresora 3D imprime la guía de corte, la prótesis o lo que se quiera utilizar. De tal manera que se están evitando errores que vienen de la mano del hombre.
La cirugía customizada incrementa la precisión, disminuye el tiempo quirúrgico, reduce la tasa de reintervención y mejora los resultados del paciente
Por ello, las ventajas de la cirugía customizada son múltiples: incrementa la precisión, disminuye el tiempo quirúrgico y las posibles complicaciones, reduce la tasa de reintervención y mejora los resultados en el paciente. Se puede tener un software muy potente de planificación y se puede planificar todo al milímetro en los tres ejes del espacio, incluso con dos decimales, pero, a veces, si no se tienen las herramientas mediante las cuales se pueda transferir toda esa precisión en la planificación del paciente, tanta precisión no sirve de nada.
Yo empecé la residencia en el año 2001, y en estos 20 años, la evolución ha sido muy importante. Hoy en día, el cirujano oral y maxilofacial debe aprender a manejar algunos softwares de planificación porque al final ésta tiene que ser concebida y supervisada por el cirujano. Además, antes no había la necesidad de ponernos a hablar con ningún ingeniero, pero ahora hay muchos casos en los que la customización obliga a reunirse con el ingeniero para poder transmitirle cómo se quiere la planificación. Esto obliga a que el tiempo que se invierte en planificar la cirugía sea mayor que antes, pero, en contraprestación, se tienen resultados mucho más precisos y predictibles.
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