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Diferentes fuentes internacionales han asegurado que Pfizer solicitará a la FDA la autorización de emergencia de una tercera dosis. Esta tercera dosis de Pfizer habría que inocularla en un plazo de 12 meses. Los estudios determinan que odría aumentar drásticamente la inmunidad y daría mayor protección frente a las variantes del coronavirus que son más contagiosas.
Son los datos de una investigación de la propia Pfizer que analizó los títulos de neutralización de un eventual refuerzo de la vacuna. En pocas semanas se podrán publicar datos más definitivos para presentarlos a la propia FDA. Dado que los anticuerpos disminuyen naturalmente con el tiempo, Pfizer está estudiando si serán necesarios estos refuerzos y cuándo es el mejor momento.
El Dr. Mikael Dolsten, presidente de Investigación y Desarrollo Mundial de Pfizer, explicó esta semana los primeros datos a The Associated Press. El estudio de refuerzo realizado indica que los anticuerpos de una persona aumentan de cinco a 10 veces después de una tercera dosis. Unos datos muy superiores a los que se tienen tras la segunda inyección meses antes.
El estudio de Pfizer indica que los anticuerpos de una tercera dosis aumentan de cinco a 10 veces después de una tercera dosis
Dolsten señaló que los datos de Gran Bretaña e Israel que muestran que la vacuna de Pfizer “neutraliza muy bien” la variante Delta. El problema, indicó, es que esta variante podría causar una infección leve antes de que el sistema inmunológico vuelva a activarse cuando los anticuerpos bajan.
El problema de la equidad
Por otro lado, insistió en el problema de la equidad. Administrar otra dosis sería “un gran esfuerzo mientras aún estamos tratando de lograr que la gente reciba la primera dosis”. Además, recuerda que “las vacunas fueron diseñadas para mantenernos fuera del hospital”.
A estas alturas todavía hay países sin ningún tipo de vacunas, ni siquiera para los médicos y las enfermeras. Los retrasos y la escasez de suministros de vacunas están llevando a los países africanos a quedarse atrás del resto del mundo en la vacunación. De hecho, “el continente ahora representa solo el 1% de las dosis administradas en todo el mundo”, advertía la OMS hace pocos días. En lugares donde no se están distribuyendo vacunas es más fácil que surjan nuevas y preocupantes variantes según Gian Gandhi, coordinador de Covax de Unicef.
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