El complejo de anticuerpos locastuximab tesirina muestra resultados prometedores en el linfoma difuso de células B grandes

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..Redacción.
La revista Lancet Oncology ha publicado los resultados prometedores de locastuximab tesirina en el tratamiento del linfoma agresivo de células B, en un ensayo en fase dos que han llevado a cabo investigadores del Centro Oncológico Hollings de la Universidad Médica de Carolina del Sur.

Un tercio de los pacientes con linfoma difuso de células B grandes recae o es refractario al tratamiento y suele tener mal pronóstico

Este tipo de cáncer de la sangre, denominado linfoma difuso de células B grandes (LDCB) es el subtipo más común de linfoma no Hodgkin. Comienza en los ganglios linfáticos, el bazo o la médula ósea y las nuevas opciones de tratamiento son vitales para estos pacientes. Casi dos tercios de ellos tienen una respuesta duradera al tratamiento de primera línea. Pero el tercio restante recae o es refractario al tratamiento y suele tener un mal pronóstico.

El ensayo abierto contó con pacientes de 18 años o más con este tipo de linfoma recidivante o refractario tras dos o más líneas de tratamiento. En estos casos, “es muy poco probable que la quimioterapia tradicional produzca una respuesta sostenida”, detallan los expertos en declaraciones que recoge Europa Press. “La terapia con células CAR-T CD19 está ahora aprobada, y ofrece la esperanza de una respuesta duradera y la curación para la mayoría de estos pacientes. Sin embargo, no todos son candidatos a la terapia con células CAR-T. Además, la mayoría de los pacientes que reciben terapia con células CAR-T CD19 acaban recayendo y necesitan nuevas terapias como el loncastuximab”, han detallado los expertos.

Loncastuximab tesirina es un complejo de anticuerpos y fármacos dirigido a CD19, la misma molécula a la que se dirige la terapia CAR-T en las células B del linfoma

En el ensayo se probó la eficacia de loncastuximab tesirina, un complejo de anticuerpos y fármacos dirigido a CD19, la misma molécula a la que se dirige la terapia CAR-T en las células B del linfoma. El complejo farmacológico se adhiere a la CD19, ampliamente expresada en las células B del linfoma, y hace llegar la carga del fármaco al interior de la célula, minimizando así la toxicidad sistémica. Una vez internalizado, el fármaco daña el ADN de las células del linfoma, provocando su muerte.

“Se trata de un mecanismo de acción novedoso que ofrece un beneficio potencial a los pacientes que, de otro modo, no tienen muchas opciones. Para los pacientes que no son candidatos, no están interesados o recaen después de la CAR-T, ésta podría ser una opción terapéutica prometedora. Además, el fármaco se administra por vía intravenosa cada tres semanas, por lo que la proximidad del paciente a los centros de tratamiento es menos crítica para esta terapia”, concluyen los investigadores.

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