Cien niños se convierten en doctores por un día para perder el miedo a la medicina

La Unidad Docente del Hospital Universitario de Basurto ha acogido el ‘Hospital de Ositos’, una iniciativa europea en la que un total de cien niños de entre 5 y 6 años ha aprendido, de manos de los estudiantes de Medicina de la Universidad del País Vasco, a ver, prevenir, y curar enfermedades con sus ositos de peluche.

Con la realización de esta actividad, el Osakidetza-Servicio vasco de salud pretende educar a los niños para que desde muy pequeños normalicen la relación médico-paciente, pierdan el miedo a los profesionales de la Medicina, y aprendan hábitos saludables.

El evento está promovido por la Asociación Vasca de Intercambios de Estudiantes de Medicina (AVIEM), y está organizado, supervisado y respaldado en su desarrollo e implementación por Osakidetza, la Facultad de Medicina y Odontología del País Vasco (UPV/EHU), en colaboración con el Departamento de Pediatría del Hospital Universitario de Basurto (HUB).

El “Hospital de los Ositos”, actividad que en otros países europeos se conoce con el nombre de ‘Teddy Bear Hospital’, consiste en un juego de roles en el que los niños, por un día, se convierten en doctores de sus peluches (ositos) bajo la tutela de los estudiantes de Medicina de 2º ciclo que desarrollan su formación en la Unidad Docente del HUB, todo ello supervisado y implementado por el Servicio de Pediatría del HUB.
Ante esta iniciativa, el jefe Clínico del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Basurto y coordinador de la Unidad Docente del centro sanitario, el doctor Javier Arístegui, ha explicado que el objetivo principal “es disminuir el temor a los médicos y a las consultas, exploraciones y hospitales por parte de los pacientes pediátricos”.

En este sentido, ha indicado que “se les muestra que las enfermedades y la lucha contra ellas son parte del día a día y que no tiene por qué ser una experiencia negativa, de forma que la próxima vez que acudan a la consulta muestren menos miedo y más colaboración con el profesional sanitario”.

De esta forma, los niños se familiarizan también con los diferentes aparatos de radiología, la sala de curas y el quirófano, obviamente todo ello adaptado para curar a sus peluches. Además, se fomentan entre otros conocimientos básicos médicos, la alimentación equilibrada, la vacunación y la higiene dental, ya que es imprescindible que los niños comiencen a tener hábitos saludables y preventivos desde pequeños.

Funcionamiento
Cada niño trae su osito o peluche, afecto de alguna enfermedad. Nada más entrar, los niños reciben una acreditación con su nombre (y alergia si la tienen). Mientras el grupo 1 comienza el circuito, el grupo 2 permanece en la sala de espera pintando dibujos de la pirámide alimenticia (previa explicación).
 
Además, conocerán la relación de las heridas con sus tratamientos curativos.  El grupo 3, por su parte, va a la Sala del Mercado donde se les dará un dinero que tendrá que emplear correctamente comprando los alimentos adecuados.
El niño tendrá que explicar cómo se siente el osito, donde le duele, cómo es ese dolor, desde cuándo, cómo duerme, si come bien… Así, como si de un paciente real se tratara, se hará la historia clínica (rellenando un formulario) y la exploración física (auscultación arterial y pulmonar, toma de tensión, exploración de la garganta con el depresor…)  Ya con un posible diagnóstico en mente, el peluche paciente pasará a la sala de radiografías / TAC, y el resto de salas (quirófano, sala de curas, y farmacias).

En este contexto, el Departamento de Salud subraya que esta actividad “ayuda a los niños a conocer fielmente el trabajo del médico, que no se basa sólo en el diagnóstico y tratamiento, sino también en construir una sólida base de confianza y tranquilidad entre el médico y el paciente para futuras consultas y su desarrollo físico y psíquico”.

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