Un riguroso control de la glucemia en adolescentes puede limitar daños cerebrales relacionados con la diabetes tipo 1

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..Redacción.
Un control estricto de la glucemia en los adolescentes con diabetes de tipo 1 (DM1) podría ayudar a reducir los efectos dañinos de la enfermedad en el cerebro, efectos que se han demostrado incluso en niños más pequeños. Así lo ha puesto de relieve un estudio realizado por Nemours Children’s Health, Jacksonville y la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. Los resultados indican que un control riguroso de la glucosa puede mejorar la estructura y la función del cerebro de los jóvenes con DM1. El estudio se publicado en la revista científica Nature Communications.

“El uso de un sistema híbrido automatizado de circuito cerrado (un sistema de administración de insulina vinculado a un monitor continuo de glucosa), se asoció con mejores concentraciones de glucosa en sangre, lo que se tradujo en nuestro estudio en diferencias cuantificables en la estructura cerebral y la cognición”, explica la Dra. Nelly Mauras, autora principal del artículo.

Los expertos realizaron evaluaciones cognitivas e imágenes cerebrales multimodales con todos los participantes antes y después del período de estudio

Los investigadores reclutaron a 42 adolescentes de entre 14 y 17 años a los que se les había diagnosticado diabetes de tipo 1 antes de los ocho años y que recibían tratamiento con insulina. Éstos fueron asignados aleatoriamente en dos grupos: uno que utilizaba un sistema híbrido de administración de insulina de circuito cerrado y otro que recibía la atención estándar para la diabetes. Asimismo, realizaron evaluaciones cognitivas e imágenes cerebrales multimodales con todos los participantes antes y después del período de estudio de seis meses.

Un sistema híbrido de administración de insulina en bucle cerrado, utilizado de forma adecuada y continua, puede aumentar el tiempo en que el azúcar en sangre se encuentra en un rango saludable. En particular, ayuda a estabilizar el azúcar en sangre durante el sueño. Es decir, cuando la detección y el tratamiento de los primeros signos de hipoglucemia son más difíciles. El sistema utiliza un medidor de glucosa cerrado (MCG) para medir la glucemia cada cinco minutos a través de un sensor situado bajo la piel. El MCG se conecta de forma inalámbrica a una bomba de insulina que ajusta la cantidad de insulina en función de la última lectura.

El grupo que utilizó el sistema de control de la glucosa de bucle cerrado mostró resultados cognitivos y actividad cerebral funcional más elevados

Los participantes que utilizaron el sistema de control de la glucosa de bucle cerrado, mostraron una mejora significativamente mayor que el grupo de atención estándar en las métricas cerebrales clave indicativas del desarrollo normal del cerebro de los adolescentes. Esa decir, sus resultados fueron más parecidos a los de los adolescentes sin diabetes. Asimismo, el primer grupo mostró resultados cognitivos (CI) y actividad cerebral funcional más elevados, más acordes con el desarrollo normal del cerebro adolescente.

“Hace tiempo que sabemos que un mejor control de los niveles de glucosa en sangre en las personas con diabetes de tipo 1 puede prevenir o reducir los daños en varios sistemas biológicos. En este sentido, esta investigación se une a otros estudios para destacar que un mejor control de los niveles de glucosa en sangre en los niños con DM1 puede reducir potencialmente las lesiones en el cerebro en proceso de maduración. Además, puede conducir a mejoras medibles en el desarrollo y la función del cerebro también”, apunta el autor principal del estudio, Allan Reiss.

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