Visibilidad enfermera

Florentino Pérez, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE)

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Anuario iSanidad 2022
Florentino Pérez, p
residente del Consejo General de Enfermería (CGE)
En el año 2022 hemos visto cómo la asistencia sanitaria volvía poco a poco a la normalidad. Todo el mundo -ciudadanos, responsables sanitarios, políticos…- han dado por finalizado el Covid-19, aunque las enfermeras hayamos tenido que seguir atendiendo pacientes con Covid-19 y hayamos tenido que seguir viendo cómo fallecían. Para la mayoría, la pandemia ya es historia, como también son historia los aplausos, los reconocimientos, las palmaditas en la espalda por el trabajo realizado, pero sin entrar a resolver los graves problemas que aquejan a nuestro sistema sanitario y que la pandemia ha puesto todavía más en evidencia.

Uno de los problemas en los que llevamos insistiendo desde hace años es en el grave déficit de enfermeras que sufre nuestro país. Una escasez que se ha visto exacerbada con la pandemia. Aunque haya muchos que quieran negarlo, nuestro sistema sanitario colapsó en los peores momentos del Covid-19. La falta de enfermeras obligó a contratar a estudiantes de enfermería o jubilados, y compañeros que no estaban en la atención directa tuvieron que ponerse nuevamente al pie del cañón. Se cerraron consultas, se trasladó a todo el personal posible a ámbitos tan específicos como hospitalización o cuidados críticos, etc. Parches para resolver la crítica situación que vivíamos. Parches de los que ya parece que se han olvidado. Y no olvidemos que el hecho de centrar todos los esfuerzos en el coronavirus ha dejado un reguero de diagnósticos los pacientes crónicos y ha mermado la salud física y mental de la sociedad lo que, sin duda, acarreará nefastas consecuencias.

La dejadez de los políticos, el hastío de los profesionales y, en definitiva, el negro futuro que le espera a los ciudadanos sin los cuidados expertos de las enfermeras nos ha llevado a elaborar un plan de visibilidad para que todos, políticos, profesionales y toda la sociedad, sean conscientes de lo que es una enfermera y de los riesgos de no contar con los cuidados necesarios.

Nuestra primera acción fue la manifestación que convocamos el pasado 18 de junio, en el seno de Unidad Enfermera, en la que más de 8.000 enfermeras llegadas de toda España clamaron contra la indiferencia de nuestros políticos, de todos aquellos que niegan el progreso de nuestra profesión y en la que, precisamente, la escasez de enfermeras fue una de las reivindicaciones más destacadas.

Pero ese plan de visibilidad va mucho más allá. Otro de sus grandes hitos es una campaña en medios de comunicación, en televisión, cine y redes sociales, que ha podido verse durante el mes de octubre, con el objetivo de comunicar a la sociedad y a las autoridades de forma eficaz algo que parece que no tienen claro del todo, ni siquiera con la pandemia de por medio: cuán esenciales son las enfermeras para el sistema sanitario, qué competencias tienen y qué consecuencias implica no cuidar a los que cuidan.

Uno de los problemas en los que llevamos insistiendo desde hace años es en el grave déficit de enfermeras que sufre nuestro país

Para diseñar una campaña de tal calibre, hemos trabajado intensamente en el rodaje de un anuncio que debía mostrar una realidad irrefutable, que sin las enfermeras la sanidad se paraliza, porque somos imprescindibles.

En la elección, tanto de la agencia de publicidad que lo ha ejecutado junto a nuestro departamento de comunicación, como en el enfoque, han trabajado los colegios provinciales de enfermería.

Este es un anuncio de toda la Organización Colegial, de todas las enfermeras, con el que esperamos que se sientan identificadas. Un golpe de realidad sobre lo que es un profesional de enfermería en pleno siglo XXI, una película que transmite tanto profesionalidad como humanidad y en la que hemos trabajado intensamente porque entendíamos que no podíamos esperar más. Hay que dar continuidad a nuestras luchas, que no se olviden de nuestras reivindicaciones, que se ponga fin a la burla de las palmaditas en la espalda y la condescendencia de las palabras vacías.

Los problemas de la profesión enfermera siguen sin importar al Ministerio de Sanidad y a las diferentes CCAA, pero nosotros vamos a seguir luchando por el desarrollo de la profesión y el reconocimiento de las enfermeras/os españoles: conseguir ya el nivel A; el desarrollo de las especialidades de enfermería y los diplomas de acreditación; la reorganización del sistema sanitario, potenciando la atención primaria y la atención a pacientes crónicos o mejorar los ratios de enfermeras por población seguirán siendo, entre otras líneas de trabajo, nuestra bandera en defensa de las enfermeras.

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