Dra. Ballesteros: “Los hematólogos deberíamos identificar la fragilidad para que nuestros pacientes de edad avanzada reciban el mejor tratamiento”

La hematóloga preside el Grupo Español de Hematogeriatría, que organiza el IX Workshop de Hematogeriatría este jueves y viernes en Bilbao

Dra. Mónica Ballesteros, hematóloga, habla para iSanidad sobre el tratamiento para el cáncer de la sangre en personas de edad avanzada

Redacción
La edad avanzada ha limitado tradicionalmente el tratamiento que podía administrarse a los pacientes de edad avanzada con cáncer hematológico. Muchas de estas neoplasias aumentan su incidencia en pacientes mayores, para los que “hasta hace poco sólo teníamos la quimioterapia y, en algunos casos, la radioterapia”, explica a iSanidad la Dra. Mónica Ballesteros, hematóloga en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y presidenta del Grupo Español de Hematogeriatría (Geheg) que organiza el IX Workshop de Hematogeriatría este jueves y viernes en Bilbao.

Hematólogos geriatras compartirán conocimientos y valorarán los tratamientos disponibles y las opciones terapéuticas que están por llegar en pacientes de edad avanzada. Tal y como indica la especialista, es “fundamental evitar el sobretratamiento y la toxicidad inaceptable”, pero también “el infratratamiento”.

“Este año queremos dar visibilidad a la clínica hematológica, centrándonos en los fármacos diana, y a la hemostasia con los nuevos anticoagulantes orales”

En unos días comenzará el IX Workshop de Hematogeriatría, ¿qué temas de los que se van a tratar considera que tienen más interés para los hematólogos y para los geriatras?
Tanto el programa del Workshop, como la base de trabajo del Grupo de Hematogeriatría, es transversal, de tal manera que los mismos temas tengan interés para el hematólogo interesado en la geriatría como para el geriatra interesado en la hematología. Este año hemos querido dar visibilidad tanto a la clínica hematológica, centrándonos en los fármacos diana, como a la hemostasia, centrándonos en los nuevos anticoagulantes orales, enfocado siempre al paciente de edad avanzada. No sólo se trata de revisar los diferentes fármacos en las diferentes patologías, sino también las valoraciones necesarias de estos pacientes y las diferentes intervenciones para mejorar su calidad de vida y su supervivencia.

¿Qué tipo de tumores hematológicos son los más frecuentes en pacientes de edad avanzada?
Es una realidad que el cáncer se asocia con el envejecimiento, y con los tumores hematológicos ocurre lo mismo, salvo con el linfoma de Hodgkin y la leucemia linfoblástica aguda que tienen una incidencia mayor en pacientes jóvenes que en pacientes de edad avanzada. El resto de tumores hematológicos tienen una incidencia más elevada conforme avanza la edad.

“La mayor incidencia a más edad de la mayoría de las neoplasias hematológicas nos ha limitado durante mucho tiempo los tratamientos que podíamos emplear”

La mayor incidencia a más edad de la mayoría de las neoplasias hematológicas nos ha limitado durante mucho tiempo los tratamientos que podíamos emplear. Hasta hace poco sólo teníamos la quimioterapia y en algunos casos la radioterapia. Los fármacos diana, modalidad terapéutica en expansión, tienen unos efectos secundarios diferentes según cada fármaco, que varían en función de su diana, pero ya no tienen como factor limitante la edad como puede ocurrir con la quimioterapia con intención curativa.

¿Por qué es importante establecer una medicina personalizada para estos pacientes?
El paciente de edad avanzada tiene una serie de condiciones asociadas con el envejecimiento, lo que llamamos fragilidad, que además se puede incrementar por la patología hematológica subyacente. Los hematólogos deberíamos poder identificar esta fragilidad para que nuestros pacientes de edad avanzada reciban el mejor tratamiento con impacto en su calidad de vida siempre y, si es posible, en su supervivencia.

“La idea fundamental es la valoración adecuada mediante diferentes herramientas geriátricas, que pongan de manifiesto esta fragilidad”

La idea fundamental es la valoración adecuada mediante diferentes herramientas geriátricas, que pongan de manifiesto esta fragilidad del paciente en alguna de las diferentes esferas, sobre las que se pueda intervenir para evitar ya no sólo el sobretratamiento y la toxicidad inaceptable, sino también el infratratamiento, la limitación de las terapias sólo y exclusivamente por la edad o el estado de fragilidad.

La hematogeriatría intenta aunar conocimientos de ambas especialidades para que los hematólogos aprendamos de la mano de los geriatras a identificar a aquellos pacientes en los que ellos puedan intervenir para conseguir el fin último: el mejor tratamiento con impacto en la calidad de vida y en la supervivencia de estos pacientes. El mejor tratamiento no sólo se debe de decidir en función del riesgo de la enfermedad sino también en función del estado del paciente.

“Intentamos aunar conocimiento de ambas especialidades para que los hematólogos aprendamos de los geriatras a identificar los pacientes de edad avanzada en los que ellos puedan intervenir para conseguir el mejor tratamiento”

¿Cambia mucho el abordaje de los pacientes oncológicos de edad avanzada en comparación con los de menor edad? ¿Cómo debería ser ese abordaje?
En hematología, estamos viviendo una era de nuevas modalidades terapéuticas, entre ellas los fármacos diana, uno de los temas de este IX Workshop, o la inmunoterapia, tema central del VIII Workshop del año pasado, modalidades terapéuticas posibles en los pacientes de mayor edad. Aunque es de esperar que desplacen en gran parte a la quimioterapia, ésta sigue siendo una modalidad terapéutica muy utilizada en hematología.

Aún seguimos utilizando la edad en muchas patologías para decidir qué paciente es candidato a un esquema u otro de quimioterapia, pero el que cada vez tengamos más pacientes de edad avanzada por el envejecimiento poblacional y éstos envejezcan mejor, conlleva que se utilicen las terminologías fit y unfit para decidir este tratamiento en estos pacientes. Los pacientes fit serían subsidiarios a recibir esquemas similares a los pacientes jóvenes. Cada vez tenemos, en las diferentes patologías hematológicas, más algoritmos terapéuticos decidiendo el tratamiento en función de la fragilidad. Pero prácticamente ninguno detalla cómo medir esta fragilidad.

“Cada vez tenemos más algoritmos terapéuticos decidiendo el tratamiento en función de la fragilidad. Pero prácticamente ninguno detalla cómo medir esta fragilidad”

¿Cuáles son las principales dianas terapéuticas que se utilizan en el área de la hematogeriatría?
Los fármacos diana son tratamientos posibles en los pacientes de edad avanzada. Las diferencias se encuentran en las diferentes patologías. En patologías como la leucemia linfática crónica, los IBTK en monoterapia y el venetoclax (inhibidores BCL-2) con anti-CD20 han desplazado a la quimioterapia para prácticamente todos los pacientes, incluidos los jóvenes y ya vienen las asociaciones de ambos.

Para otras patologías como la leucemia mieloide aguda, la azacitidina, en combinación con venetoclax, que ya tenemos aprobado, consigue incrementar la supervivencia de los pacientes de edad avanzada, aunque la quimioterapia intensiva sigue siendo la modalidad terapéutica de los pacientes jóvenes. En el caso de los linfomas no Hodgkin, en especial los de alto grado, aún no han demostrado mayor eficacia frente al tratamiento convencional.

“Los fármacos diana son tratamientos posibles en los pacientes de edad avanzada”

Uno de los temas que se abordan en este encuentro es la telemedicina. ¿Qué ventajas presenta el uso de estas herramientas de cara a mejorar la calidad de vida de los pacientes y la práctica clínica de los profesionales sanitarios?
La telemedicina se ha implementado por la vía rápida, ante la necesidad debido a la pandemia tan desoladora que hemos vivido (que aún estamos viviendo), y que tanto ha afectado a nuestros pacientes de edad avanzada, especialmente a los pacientes hematológicos. Ahora estamos en la fase de quedarnos y mejorar lo bueno y desechar lo malo. Tenemos que encontrar un equilibrio entre la telemedicina, que realmente durante la pandemia ha sido casi exclusivamente el teléfono, y la presencialidad, que no puede ser desplazada en su totalidad.

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en