“El 30% de los pacientes de ictus no reciben el tratamiento adecuado ni en la forma ni en el tiempo”

Alberto Giménez Ramón-Borja asegura que es necesario trabajar en una atención más temprana de la patología

tratamiento-ictus

Anuario iSanidad 2022
Redacción
Grupo Casaverde es una de las compañías líderes en el mercado español en rehabilitación neurológica y en el cuidado, bienestar y atención de personas en situación de dependencia. Durante toda su trayectoria, Casaverde ha estado desarrollando y perfeccionando todo tipo de protocolos y procedimientos capaces de ofrecer la máxima calidad en sus líneas de trabajo, diferenciándose así con su Método Casaverde. Alberto Giménez Ramón-Borja, CEO del grupo, es consciente de la importancia de esta patología, dado que el ictus es la primera causa de muerte en España en mujeres y la segunda en hombres. Por ello, asegura que es “necesario trabajar en una atención más temprana de la patología”.

 

¿Cuál es la tasa de incidencia total del ictus y que mortalidad se le atribuye?
En España, se producen actualmente alrededor de 120.000 ictus y la incidencia sigue aumentando. Se espera que para el año 2035 se incremente en más de un 20%. En cuanto a la mortalidad, el 30% de las personas que lo sufren fallecen. De hecho, es la primera causa de muerte en España en mujeres y la segunda en hombres.

¿La sociedad está sensibilizada con el ictus y sus factores de riesgo? ¿Cómo se puede mejorar esa sensibilización?
No lo está suficientemente. No hay que olvidar que el 80% de los factores de riesgo son evitables o controlables. Necesitamos campañas de sensibilización que impulsen a todos y cada uno de nosotros a mejorar nuestros hábitos de vida saludables, seguir una buena alimentación, realizar ejercicio físico, controlar el peso, evitar el tabaco y no abusar del alcohol, así como controlar nuestro estrés y nuestra tensión arterial, entre otras cuestiones. Esas campañas de fomento del autocuidado deben potenciarse desde las administraciones públicas, destinando más fondos a esas fases de prevención de la enfermedad y promoción de la salud. España necesita incrementar sus presupuestos en esas partidas.

“Las consecuencias de retrasar el inicio del tratamiento rehabilitador son graves ya que estas personas se quedan con secuelas crónicas que podían haberse evitado”

¿Cuáles son las fases del tratamiento del ictus?
En primer lugar, el ictus debe tratarse desde sus primeras fases de aparición de síntomas con la activación del Código Ictus. Este Código nos dice que, ante la aparición de síntomas como dolores intensos y anormales de cabeza, rigidices en una parte del cuerpo, dificultades en el habla o pérdida de visión repentina, debemos llamar a los servicios de emergencia en lugar de acudir directamente al hospital. Estos servicios nos trasladarán, tras la comprobación correspondiente, al hospital que tenga la Unidad de Ictus activada. Allí nos esperan los servicios de urgencias con el neurólogo de guardia, quien realizará el diagnóstico y, en su caso, se practicará, entre otras, terapias como la trombólisis o la trombectomía.

Una vez salvada la vida, en el 60% de los casos es necesario iniciar cuanto antes un tratamiento rehabilitador para eliminar o reducir las secuelas físicas, emocionales y psicológicas que haya dejado el ictus. En España, no se atiende adecuadamente esta fase, siendo el ictus una de las primeras causas de discapacidad. En la Fundación Casaverde hemos realizado un estudio que establece que una rehabilitación intensiva y temprana permite que el 68% de los pacientes, que tras un ictus presentaban una grave o severa discapacidad, recuperaban en noventa días de estancia media la independencia o cuidados mínimos.

Una vez eliminadas o estabilizadas las secuelas, entramos en la fase crónica donde debe llevarse a cabo un buen seguimiento para mantener en la medida de lo posible la estabilidad de la persona, evitando deterioros funcionales o reagudizaciones.

¿Qué novedades ha habido en el tratamiento del accidente cerebro vascular, especialmente, en cuanto a la calidad de vida?
La implementación y generalización del Código Ictus supone ganar tiempo en el tratamiento del ictus, lo que salva vidas y elimina o disminuye déficits funcionales. Por otro lado, las nuevas técnicas de trombólisis o trombectomía salvan igualmente vidas y eliminan déficits al reducir el tiempo durante el cual está afectada la zona del cerebro. Por otra parte, la tecnología permite grandes avances en el tratamiento rehabilitador que consigue muy buenos resultados siempre que se establezcan buenos planes individualizados de tratamiento intensivo y temprano.

“Es necesaria una adecuada atención sociosanitaria con la consiguiente coordinación entre las administraciones sanitaria y social”

¿El retraso en el inicio del tratamiento rehabilitador es un problema mayúsculo? ¿Suele suceder?
No solo no hay retraso, sino que un porcentaje alto, más del 30%, no reciben el tratamiento adecuado ni en la forma ni en el tiempo. Las consecuencias son graves ya que estas personas, pudiendo recuperarse o reducir sus déficits, se quedan con secuelas crónicas que podían haberse evitado.

¿El buen tratamiento se refleja en el buen envejecimiento de personas que han sufrido un ictus?
Sin duda alguna. No solo en aquellos que han recuperado la independencia o necesitan cuidados mínimos, pudiendo abandonar la silla de ruedas o pudiendo comunicarse mejor con sus familiares o amigos, sino, en general, en todos los que, gracias a un buen tratamiento, han reducido o eliminado alguno de los déficits que presentaban.

¿Se están implantando estrategias sociosanitarias que ayuden a disminuir la prevalencia de la enfermedad?
Estamos ante otra asignatura pendiente. Es necesaria una adecuada atención sociosanitaria con la necesaria coordinación entre las dos administraciones implicadas, la sanitaria y la social. Existen muchos pacientes que necesitan, por ejemplo, una rehabilitación ambulatoria que no reciben ya que, al mismo tiempo, necesitan y no reciben una ayuda social que les permita estar en su casa y trasladarse a un centro ambulatorio para su tratamiento o tenerlo en casa. Existen programas en diferentes CCAA para trabajar en ese sentido dignos de resaltar, pero es necesario su implantación generalizada.

Noticias complementarias

Opinión

Multimedia

Economía

Accede a iSanidad

Síguenos en