La tiamina puede ser clave para tratar a pacientes con enfermedad de Huntington

Así lo han detectado investigadores del CSIC y el Ciberned, su investigación se ha publicado en Nature y ya preparan un ensayo en pacientes humanos

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Redacción
Como otras enfermedades neurodegenerativas, la enfermedad de Huntington no tiene cura actualmente, pero son numerosas las líneas de investigación abiertas sobre esta patología neurológica de origen genético y, una de ellas, ha llevado a un equipo del CSIC y del Ciberned a descubrir que el tratamiento con tiamina (vitamina B1), puede mejorar el estado de modelos animales con enfermedad de Huntington.

Las personas afectadas nacen con una mutación genética localizada en el cromosoma 4, pero sus síntomas no suelen aparecer hasta pasados los 30 o 40 años y pueden evolucionar de formas muy diferentes, incluso entre familiares. Incluyen alteraciones del movimiento, del pensamiento y del comportamiento que llegan a ser muy invalidantes. Hay tratamientos para alguno de sus síntomas, pero la enfermedad no tiene cura.

Han detectado un mecansimo molecular causante de la enfermedad de Huntington que haría que los niveles de tiamina no llegasen bien al cerebro

En la búscqueda de terapias, un equipo liderado por José Javier Lucas, investigador del CSIC y del Ciberned en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO, CSIC-UAM), ha identificado una diana terapéutica que podría orientar nuevos tratamientos. La investigación, publicada en la revista Science Translational Medicine, sugiere un nuevo mecanismo molecular que ha detectado el equipo, causante de la enfermedad de Huntington, que haría que los niveles de tiamina o vitamina B1, esencial en varias reacciones químicas del cuerpo, no llegasen bien al cerebro, lo que podría estar jugando un papel en la enfermedad.

En concreto, los investigadores señalan que un proceso implicado en la correcta producción de determinadas proteínas en el interior de las células, denominado poliadenilación del ARN mensajero (ARNm), sufre cambios en las enfermedades neurodegenerativas, lo que vincula directamente este mecanismo con estas patologías.

Dr. Luca: “Uno de los genes más afectados por la alteración de las CPEB es el SLC19A3, que contiene la información para generar una proteína que es el transportador de la tiamina”

Se trata de las proteínas de unión a elementos de poliadenilación citoplasmática (CPEB, por sus siglas en inglés), que regulan la expresión de algunos genes. Como observa Lucas, uno de los genes más afectados por la alteración de las CPEB es el SLC19A3, que contiene la información para generar una proteína que es el transportador de la tiamina”, lo que reduce los niveles de esta vitamina en el cerebro de las personas enfermas.

“La tiamina es esencial para el funcionamiento del cerebro. Cuando falta, se desarrollan cuadros neurológicos como el síndrome de Wernicke-Korsakoff o la Enfermedad de los Ganglios Basales que responde a Tiamina y Biotina (BTBGD, por sus siglas en inglés), que afecta a la misma estructura cerebral que la enfermedad de Huntington: el núcleo estriado detalla Sara Picó, investigadora en el CBMSO y primera firmante de esta investigación, que ha configurado su tesis doctoral.

Dr. Parras: “Hemos ensayado el tratamiento con tiamina y biotina en modelos animales de la enfermedad de Huntington y hemos observado mejoras en varios aspectos”

Así, el equipo de Lucas ha estudiado este proceso en la enfermedad de Huntington y ha demostrado que estas alteraciones reducen los niveles de tiamina en el líquido cefalorraquídeo de los pacientes, al igual que ocurre en los individuos con BTBGD. Por ello mismo, su estudio sugiere una nueva posibilidad terapéutica.

Alberto Parras, investigador del CBMSO y otro de los autores del artículo, subraya que, teniendo en cuenta que los pacientes con BTBGD “se recuperan con la administración de altas dosis de dos vitaminas, tiamina para compensar su menor transporte, y biotina, que aumenta la expresión del transportador de tiamina, hemos ensayado el tratamiento en modelos animales de la enfermedad de Huntington y hemos observado mejoras en varios aspectos”.

Confían en comenzar el ensayo con un número reducido de pacientes el próximo enero

El equipo liderado por Lucas está diseñando un ensayo clínico, que coordina Pablo Mir, del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS-CSIC-US-Junta de Andalucía). Quieren analizar si las altas dosis de tiamina y biotina requeridas para el efecto terapéutico ya observado en ratones son seguras y tolerables por los pacientes con enfermedad de Huntington. Lucas confía en comenzar el ensayo con un número reducido de pacientes el próximo enero, aunque explica que serán necesarias fases posteriores con más individuos para evaluar su posible eficacia terapéutica. Y no es fácil reclutar a estos pacientes.

“Es muy importante que esas personas estén en contacto con las asociaciones porque sería muy triste que en un futuro hubiera un ensayo clínico y que no tuviéramos voluntarios para reclutar, afirma Ruth Blanco, presidenta de la Asociación Corea de Huntington Española (ACHE). Su padre falleció por esta enfermedad, que también presentan otros familiares.

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