Castilla y León indemnizará con 142.000 euros a la familia de un paciente que falleció por un infarto no diagnosticado

El día 10 de mayo 2018 se personó en el Hospital Río Hortega de Valladolid, en cuyo Servicio de Urgencias no le realizaron ninguna prueba

Castilla-León-infarto

Redacción
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha condenado al Sacyl a indemnizar con un total de 142.787 euros a los familiares de un paciente fallecido por infarto no diagnosticado. La víctima, de 65 años, había sido remitida en dos ocasiones por su médico de cabecera al hospital al presentar un cuadro de disnea (sensación de falta de aire), a fin de que se realizaran las oportunas pruebas para descubrir la causa.

El día 10 de mayo 2018 se personó en el Hospital Río Hortega de Valladolid, en cuyo Servicio de Urgencias no le realizaron ninguna prueba para llegar a averiguar la causa de esa sensación de asfixia que refería. Se le dio de alta igual que llegó, sin averiguar qué motivaba ese cuadro clínico, según la información de la asociación El Defensor del Paciente recogida por Europa Press.

Al día siguiente, su médico de cabecera le remitió de nuevo al hospital, dado que el paciente seguía igual. En esta ocasión, en el Hospital Río Hortega se le diagnosticó de ansiedad, pautándole medicación para ello. Ese día, si bien se realizaron algunas pruebas, éstas no fueron suficientes para averiguar la causa. No se solicitó la realización de más pruebas hasta dar con la causa que provocaba el cuadro.

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León considera que con dos pruebas rutinarias se podría haber diagnosticado el infarto

Así pues, no se estudiaron ni investigaron las causas que provocaban esa sensación de falta de aire, que era el motivo por el que su médico le había derivado al Hospital, ya que no encontraba una causa que justificase sus síntomas.

Las pruebas realizadas, analítica y Rx simple, descartaban una posible causa respiratoria. Se tenía que haber buscado entonces una causa cardiaca, pues es el motivo más frecuente de las disneas en urgencias. Y en este caso, no existió una correcta valoración tanto de las causas cardiacas como respiratorias.

Reprocha la sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJCyL el hecho de que el paciente había sido derivado al hospital por su médico de cabecera precisamente para realizar un estudio de las causas de su disnea. Y ese estudio no se hizo.

Dos simples pruebas

Dos simples pruebas rutinarias en el Servicio de Urgencias del hospital, como son la gasometría y determinación analítica de Pro-BNT, sirven para diagnosticar de forma rápida y sencilla una insuficiencia cardiaca y su causa. Estas pruebas no se realizaron al paciente, a quien se dio de alta en dos ocasiones, sin conocerse la causa de su disnea.

Finalmente, el paciente sufrió un infarto y murió el día 14 de mayo de 2018. Este fallecimiento se hubiera podido evitar con la realización de esas sencillas pruebas o aquellas que hubieran resultado necesarias y útiles para conocer la causa de su sensación de asfixia.

A pesar de que la Inspección Médica había emitido informe favorable a la reclamación inicial formulada por la familia del paciente, la Consejería de Sanidad y su Aseguradora se opusieron a una resolución favorable. Y ha tenido que ser la Justicia la que, finalmente, dicte una sentencia que reconoce lo que informó Inspección Médica: que no se pusieron a disposición del paciente los medios necesarios para averiguar la causa de su cuadro clínico.

Opinión

Multimedia

Especiales

Atención primaria

Sanidad privada

iSanidadental

Anuario

Accede a iSanidad

Síguenos en