Dr. Álvaro Pinto: “Contamos con las herramientas necesarias para proteger frente a infecciones a pacientes oncológicos con inmunosupresión”

Las consecuencias derivadas de una enfermedad infecciosa pueden llegar a provocar suspensiones prolongadas del tratamiento oncológico, mayores intervalos entre sesiones o la necesidad de disminuir las dosis pautadas

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J.P.R.
El oncólogo debe estar pendiente ante un posible riesgo de enfermedades infecciosas asociadas a un tratamiento contra el cáncer, de igual manera que con otros aspectos como el estreñimiento o las náuseas.  Durante la mesa de expertos, “Envejecimiento poblacional y la vacunación del adulto: el valor de la prevención”, organizada en la redacción de iSanidad con la colaboración de GSK, el Dr. Álvaro Pinto, especialista del Servicio de Oncología del Hospital Universitario de La Paz, subraya: “Si un tratamiento de quimioterapia o de otro tipo, puede provocar al paciente en un estado de inmunodepresión o puede hacerlo más vulnerable a contraer infecciones, tenemos herramientas a nuestro alcance para prevenirlas”.

El estado emocional del paciente también podría verse alterado al tener que interrumpir o modificar su tratamiento oncológico, “el paciente por lo general quiere cumplir con el tratamiento, siente que se está haciendo algo importante para controlar su enfermedad y ya solo el hecho de tener que interrumpirlo, retrasarlo o bajar dosis, obviamente le preocupa porque piensa que a lo mejor no se está haciendo todo de la forma adecuada”.  Estas complicaciones derivadas de una infección, según el tipo de tumor, la fase de la enfermedad o el tipo de tratamiento pueden suponer demoras largas que, a según el Dr. Pinto, “pueden influir en el pronóstico o en la eficacia de ese tratamiento quimioterápico, aparte de las complicaciones de la misma infección”. A menudo las complicaciones son imprevisibles, pero todas aquellas que se puedan prevenir deberían tenerse en consideración para intentar que haya las menores posibilidades de interrumpir el tratamiento.

Dra. Jimeno: “Tras una recomendación, el paciente oncológico suele ser más receptivo a la vacunación que el adulto sano”

En la responsabilidad de vacunar al paciente frente a patógenos infecciosos cuando está siendo tratado con medicamentos inmunosupresores, el oncólogo cuenta con el apoyo del médico de atención primaria y del servicio de medicina preventiva de su hospital. “Si encontramos un paciente oncológico que no tiene completo su calendario vacunal, lo vacunamos desde Atención Primaria en lugar de mandarle otra vez al hospital. Aprovechamos las consultas y le mandamos una nota a su oncólogo y al servicio de preventiva. Tras una recomendación, el paciente oncológico suele ser más receptivo a la vacunación que el adulto sano” destaca la Dra. Isabel Jimeno, responsable del grupo de vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

Dr. Pinto: “Es importante, primero, porque el paciente siente que el tratamiento se está administrando en tiempo y forma y porque suspensiones largas del tratamiento también pueden impactar en que este tratamiento no dé un rendimiento óptimo’’.

“Las vacunas son una herramienta para mejorar la calidad de vida de los pacientes”, afirma la Dra. Carmen Román, especialista en Medicina Preventiva del Hospital Mancha Centro. Una de las claves para convencer a un paciente de riesgo de que se vacune es la de despejar cualquier miedo o duda al respecto. “Le hacemos ver que existen estudios que demuestran que como consecuencia de una enfermedad o un tratamiento determinado puede existir mayor riesgo de sufrir determinadas infecciones. Cuando les informas y les haces ver el valor de la vacunación, lo entienden, por eso es tan importante que tengan toda la información”, añade la Dra. Román.

El médico juega un papel clave a la hora de ayudar al paciente a tomar una decisión. “Diferentes estudios muestran que el primer motivo por el que un paciente no se vacuna es porque su profesional sanitario o su médico no se lo ha recomendado. El segundo es la no percepción del riesgo”, advierte la Dra. Jimeno. Ante esta realidad, la Dra. Román incide en la necesidad de aumentar la formación del médico en vacunación. “El médico que no recomienda la vacunación es porque desconoce la existencia de un calendario a lo largo de toda la vida o un calendario específico para las personas con factores de riesgo. Por este motivo es muy importante, que en todos los congresos o reuniones científicas de cualquier especialidad, se aborde la temática de la vacunación”, añade.

Dra. Román: “Las vacunas son una herramienta para mejorar la calidad de vida de los pacientes”

Ante el posible desconocimiento sobre la importancia de la vacunación, el Dr. Pinto recomienda que todos los servicios tengan un médico experto en esta área. “Es importante que exista, sobre todo en servicios grandes, una persona de referencia en vacunas. Se puede empezar a vacunar con muchas ganas y luego decaer u olvidarlo. Después, resulta muy difícil retomarlo”, advierte.

A juicio del oncólogo de La Paz, existen una serie de vacunas clave para el paciente crónico y oncológico como son las vacunas frente a la gripe, el neumococo y el herpes zóster, así como, hepatitis B y la triple vírica. “Tenemos que asegurarnos además de que en su infancia o adolescencia les fueran administradas las vacunas del calendario vacunal recomendado”.

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