Especial RSC & Sostenibilidad 2024
Redacción
En un contexto donde los determinantes sociales de la salud cobran cada vez más relevancia, la profesión farmacéutica se posiciona como un aliado fundamental para los más vulnerables. Conscientes de que, en muchos casos, detrás de un problema de salud hay un importante componente social, los farmacéuticos se comprometen a reducir esta brecha y garantizar un acceso equitativo a la atención sanitaria. Así lo cuenta Rita de la Plaza, tesorera del Consejo General de Colegios Oficiales Farmacéuticos (Cgcof).
Un ejemplo de este compromiso es la colaboración del Cgcof y el Centro Nacional de Desaparecidos, por la que el pasado mes de mayo presentaron una campaña con el objetivo de informar y sensibilizar sobre la importancia de denunciar de forma inmediata cuando se produce una desaparición. Así, cuando el farmacéutico sospeche de un intento de desaparición, podrá aconsejar al paciente y a su familia y cuidadores para aumentar las medidas preventivas.
La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de prestar una mejor asistencia sanitaria al paciente vulnerable, ¿qué puede aportar la red de farmacia en la mejora de la atención a este colectivo?
En primer lugar, algo que la pandemia confirmó y que ya era patente: la farmacia y el farmacéutico son el establecimiento y el profesional sanitario más cercano y accesible. Por ello, acuñamos aquello de “la cruz de la farmacia no se apaga, está donde otros no están y cuentan con la confianza de los pacientes”.
Una red sanitaria, de conocimiento y aliada fundamental por su arraigo territorial, desde la que cada día se asiste a 2,3 millones de personas, lo que representa un potencial asistencial y social de valor incalculable.
También supone un activo social especialmente valioso para los colectivos más vulnerables, motivo por el que nos hemos puesto a disposición de los más mayores, las víctimas de la violencia de género o los desaparecidos.
Ahora que se habla tanto de determinantes sociales de la salud, la profesión farmacéutica estará siempre al lado de los más débiles, conscientes de que, en muchas ocasiones, detrás de un problema de salud hay un importante componente social. Queremos reducir esta brecha.
Ahora que se habla tanto de determinantes sociales de la salud, la profesión farmacéutica estará siempre al lado de los más débiles, conscientes de que, en muchas ocasiones, detrás de un problema de salud hay un importante componente social
A finales del mes de mayo presentaron una campaña junto al Centro Nacional de Desaparecidos, ¿qué papel va a jugar la oficina de farmacia?
El primer objetivo de esta campaña es ponernos a disposición de esta causa para sensibilizar e informar a la población en general y, a los farmacéuticos en particular, sobre la importancia de denunciar de inmediato cuando se produce una desaparición. Las farmacias, en esta primera fase, se sumarán a la campaña que presentamos el pasado 28 de mayo con el fin de sensibilizar y dar la pauta básica de actuación ante un caso.
Una vez que la farmacia detecte un paciente en riesgo por una evolución degenerativa o por un problema de salud mental, ¿cómo debe actuar el farmacéutico dentro de esa red de alerta temprana?
En esta primera fase nos hemos enfocado en la población mayor, dado su alto riesgo de verse afectada por esta problemática, como consecuencia de las afecciones, enfermedades y deterioro cognitivo propios del envejecimiento. Desde el Centro Nacional de Desaparecidos han querido contar con nosotros por la relación directa y constante que este grupo de población mantiene con las farmacias y sus farmacéuticos, al ser también, en muchas ocasiones, pacientes polimedicados.
En caso de sospecha, el farmacéutico puede aconsejar al propio paciente o a familiares y cuidadores para aumentar las medidas preventivas. Pero el objetivo principal, por ahora, es dar a conocer el problema e insistir en la necesidad de comunicar de inmediato una posible desaparición a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
Queremos desarrollar un protocolo de prevención y detección desde la farmacia, en estrecha colaboración con el Centro Nacional de Desaparecidos, que indique al farmacéutico los pasos claros a seguir cuando tenga conocimiento de un caso concreto
En una segunda fase, queremos desarrollar un protocolo de prevención y detección desde la farmacia, en estrecha colaboración con el Centro Nacional de Desaparecidos, que indique al farmacéutico los pasos claros a seguir cuando tenga conocimiento de un caso concreto.
¿Cómo se va a enfocar la estrategia de prevención desde la farmacia?
El principal objetivo es formar a los farmacéuticos en la detección de indicadores que puedan llevar a una situación de desaparición como, por ejemplo, enfermedades o medicamentos asociados a deterioro cognitivo, situaciones concretas de vulnerabilidad, cambios en el comportamiento o en los hábitos diarios, que permitan poner en alerta y derivar a los servicios que correspondan.
Asimismo, también se quiere profundizar en la actuación en red de las farmacias cuando ya se ha producido una desaparición ya que, en estos casos, la actuación comunitaria es crucial, al ser la farmacia un eslabón esencial.
También se quiere profundizar en la actuación en red de las farmacias cuando ya se ha producido una desaparición ya que, en estos casos, la actuación comunitaria es crucial, al ser la farmacia un eslabón esencial
En los últimos años se ha puesto el foco en la soledad no deseada. De hecho, hace justo un año firmaron un protocolo general de actuación con el Imserso, ¿qué papel está desempeñando la farmacia?
Con el protocolo que suscribimos con el Imserso, la red de 22.220 farmacias respondía, de nuevo, a una de las mayores problemáticas sociales, como es la soledad no deseada, que afecta en la actualidad al 13,4%.
En este caso, el farmacéutico comunitario representa un sensor social que conoce de cerca a todos sus pacientes y, en especial, aquellos que están en estas situaciones. Además, las farmacias comunitarias son espacios de encuentro y acompañamiento, donde muchas veces la gente acude solo a que le escuchen, y es ahí donde podemos actuar.
Por último, el Consejo Asesor Social de la Profesión Farmacéutica abordará la soledad no deseada en su informe anual 2024.
¿Cómo están funcionando los cursos de formación y las guías de actuación para farmacéuticos ante el problema de la soledad no deseada?
Por el momento, solo hemos iniciado la primera actividad contemplada en la colaboración con el Imserso, centrada en la formación a farmacéuticos, ya que consideramos necesario, de forma previa a actuaciones más concretas, proporcionar a estos una visión holística e integral sobre la soledad.
De ahí la organización de tres webinarios, abiertos a todos los farmacéuticos que quisieran participar, en los que se han abordado aspectos como las distintas tipologías de la soledad, los factores de riesgo o los indicadores indirectos que pueden ayudar a los profesionales en su detección, así como la influencia de los aspectos demográficos y territoriales en la soledad. En una segunda y tercera fase, tenemos también previsto el desarrollo de una campaña de sensibilización y de un protocolo de actuación desde la farmacia.
¿Está implantado ya este protocolo en todas las farmacias del territorio nacional? ¿Cómo ha sido esta implementación?
Actualmente, existen varias iniciativas puestas en práctica por varios colegios de farmacéuticos para apoyar a nivel autonómico, provincial y local el abordaje de la soledad.
En Cantabria, mi tierra, colaboramos con el gobierno en el desarrollo del “Programa Viernes” para la prevención del aislamiento social y la soledad no deseada. En esta iniciativa las farmacias, entre otros, indican hábitos saludables a los usuarios, les ayudan a controlar su medicación y derivan a los trabajadores sociales en los casos necesarios.
Un convenio entre el Consejo Andaluz de Farmacéuticos y la Junta ha permitido el desarrollo de un protocolo de detección de situaciones de soledad, maltrato o desamparo hacia los mayores
En Andalucía, un convenio entre el Consejo Andaluz de Farmacéuticos y la Junta ha permitido el desarrollo de un protocolo de detección de situaciones de soledad, maltrato o desamparo hacia los mayores. El Programa Farmacia Lagunkoia (o farmacia amigable) del País Vasco, incluye a las farmacias como agentes activos del entorno comunitario para hacer en- tornos y barrios más accesibles para las personas mayores.
El “Proyecto Radars”, de acción comunitaria en la ciudad de Barcelona, contempla diferentes actividades con la intervención de las farmacias dirigidas a identificar a personas mayores con ries- go de aislamiento y exclusión social.
Otro ejemplo es el “Plan Mayor de Seguridad de la Guardia Civil”, en el que participan los colegios de Cantabria, León, Málaga, Murcia, Palencia, Segovia y Zamora. Este ofrece formación a las farmacias sobre los distintos tipos de delito y las situaciones de vulnerabilidad más habituales en los mayores, indicando al farmacéutico cómo actúar y a quién dirigirse ante un caso.
En Madrid, el programa “Madrid te acompaña” permite a través de una sencilla aplicación móvil que cualquier mayor pueda solicitar la compañía de una persona voluntaria, en cuya difusión participan el Colegio de Farmacéuticos y más de cien farmacias. Por último, el Colegio de Farmacéuticos de La Rioja ha anunciado la instalación de unos buzones en las farmacias con el objetivo de detectar la falta de compañía en los ciudadanos mayores de sesenta años y que se encuadra en el programa Logroño Acompaña del Ayuntamiento.
El programa “Madrid te acompaña” permite a través de una sencilla aplicación móvil que cualquier mayor pueda solicitar la compañía de una persona voluntaria
Todas estas iniciativas muestran la total implicación y predisposición de la profesión farmacéutica para atajar esta enorme problemática social. Ahora el reto está en la creación de ese protocolo a nivel nacional, como un marco que aglutine y facilite el desarrollo de estos proyectos en todas las comunidades autónomas.
