Farmacia comunitaria y autocuidado: un binomio inseparable para la promoción de la salud y la sostenibilidad del sistema

La red de farmacias comunitarias juega un rol clave en términos de autocuidado por su alta disponibilidad y la rigurosidad de la información que aportan sus profesionales

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Nieves Sebastián Mongares
El farmacéutico comunitario juega un papel protagonista en el autocuidado de la salud. Teniendo en cuenta que la red de farmacias comunitarias brinda acceso al 99% del territorio con una alta disponibilidad horaria, su función no se queda en la dispensación de medicamentos y productos sanitarios, sino que también ofrecen información de calidad sobre promoción de la salud y prevención de la enfermedad.

Desde la farmacia se busca que la población tenga un mayor conocimiento sobre su propia salud y bienestar para que tome sus decisiones en base a información veraz y estas sean responsables respecto a su cuidado”, expone Tamara Peiró, responsable del área asistencial del Consejo General del Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof).

Precisamente, para poner en valor el rol de los farmacéuticos en materia de autocuidado, el Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Jaén celebraba el 24 de septiembre la jornada ‘La farmacia en el cuidado de la salud’. A este respecto, Teresa Ramírez-Sáenz García, vocal de Plantas medicinales y autocuidado del COF de Jaén señala que la celebración de esta jornada nació con el fin de “destacar el compromiso de los farmacéuticos y su contribución social, sanitaria y asistencial más allá de la mera dispensación de medicamentos”.

Contribución del autocuidado

Pedro Carrascal, director general de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), recuerda que “el autocuidado no es solo una herramienta, es la vía clave para articular nuestra visión de una sociedad más saludable y enfocada en la prevención”. En este sentido remarca que las asociaciones de pacientes apuestan por el autocuidado ya que una buena información es esencial para afrontar retos como la cronicidad y la multimorbilidad. “El autocuidado no sólo mejora la gestión de la salud, sino que transforma al paciente en un agente activo, capaz de tomar decisiones compartidas junto a sus profesionales de salud”, indica Carrascal.

Y es que, para el portavoz de la POP, el autocuidado tiene un alcance transversal, atravesando desde el impacto que tiene el cambio climático en patologías crónicas hasta retos como la digitalización y la brecha digital, de cara a que los pacientes con menos medios también puedan beneficiarse de estas herramientas en materia de salud.

El autocuidado se erige como vía para articular una sociedad más saludable y enfocada en la prevención

Peiró considera que el rol activo del paciente en autocuidado “va a fomentar que la persona alcance el mejor estado de salud y calidad de vida, lo que a su vez deriva en un menor padecimiento de enfermedades, que finalmente se traduce en un menor consumo de recursos sanitarios ya que visitará menos a otros profesionales”. Aquí, la representante del Cgcof destaca el valor del autocuidado en personas que padecen patologías con factores de riesgo modificables o enfermedades crónicas, en las que la información que brindan los profesionales de la farmacia contribuye a evitar consultas o ingresos. Siguiendo este hilo, Peiró apunta que “el farmacéutico trabaja este autocuidado desde los Servicios Asistenciales que ofrece en su farmacia, siguiendo para ello los procedimientos de Dispensación, Indicación Farmacéutica o Educación Sanitaria entre otros”.

A través de estas funciones, desde la farmacia se puede dar respuesta a determinados problemas de los pacientes, pudiendo dispensarles además productos en los que no es necesaria la prescripción médica. “Se estima que cerca del 90% de las consultas recibidas sobre síntomas menores en la farmacia comunitaria son resueltas por el farmacéutico, contribuyendo así a aliviar la presión asistencial sobre los centros de salud, en colaboración con los médicos”, expresa Peiró.

Se estima que el 90% de las consultas sobre síntomas menores en la farmacia comunitaria, son resueltas por el farmacéutico aliviando así la presión asistencial

En este contexto, la formación es un elemento clave. Ramírez-Sáenz incide en que “la farmacia es el centro clave para el desarrollo del autocuidado, y una formación de calidad sobre medicamentos y productos de autocuidado, es fundamental para que los farmacéuticos podamos seguir ofreciendo el mejor servicio asistencial”. De hecho, la portavoz del colegio jienense señala que este afán por la actualización es una responsabilidad y por ello surge la jornada formativa sobre este tema.

Autocuidado y gestión de recursos

Desde la POP entendemos el autocuidado como una corresponsabilidad entre pacientes y profesionales sanitarios, donde ambos juegan un papel clave en la gestión eficaz de la cronicidad”, explica Carrascal. Y desde el Cgcof, Peiró coincide en esta idea añadiendo quefomentar el autocuidado por todos los profesionales sanitarios va a ayudar a aliviar la presión asistencial y que los recursos se empleen adecuadamente, favoreciendo la eficiencia y sostenibilidad del sistema”.

Así, la perspectiva de la farmacia comunitaria y la de los pacientes está en sintonía. La labor de la farmacia es fundamental en términos de adherencia al tratamiento, no sólo farmacológico, sino de medidas o recomendaciones basadas en las indicaciones del médico para controlar patologías; para informar de posibles interacciones o efectos adversos y, en los casos que sea necesario, derivar al paciente al profesional médico para su diagnóstico y tratamiento.

Los farmacéuticos comunitarios pueden ayudar a los pacientes para mejorar la adherencia, informar de interacciones o efectos adversos de medicamentos y derivar al profesional médico cuando sea necesario

Carrascal determina desde la perspectiva de los pacientes que “el rol de los farmacéuticos comunitarios es vital en esta estrategia, ya que, además de estar cerca de los pacientes, pueden actuar como guías en la administración de medicamentos y en la promoción de prácticas de autocuidado”. Y, desde el prisma de los farmacéuticos Peiró valora que “el futuro del autocuidado pasa por seguir capacitando a los pacientes para que participen en la gestión de su propia salud, pero también en integrar al farmacéutico comunitario en los equipos multidisciplinares que garanticen la mejor gestión del proceso”.

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