Redacción
Las fracturas vertebrales suponen un riesgo cinco veces mayor de que una paciente sufra otra fractura vertebral en el plazo de un año, y entre dos y cuatro veces más riesgo de una fractura de cadera en los cuatro años siguientes. En este sentido, una intervención temprana y eficaz es esencial para evitar estas segundas fracturas o refracturas, ya que constituten un problema serio para la salud y calidad de vida de los pacientes que las padecen.
Actualmente, las fracturas y segundas fracturas por fragilidad se posicionan como la cuarta enfermedad crónica de mayor impacto de España. Algunos estudios estiman que en un plazo aproximado de siete años, se incrementará su número en u 30%. Así, con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis, que se conmemora el 20 de octubre, se ha lanzado la campaña ‘Rompe con las (Re)fracturas’. El objetivo de la misma es concienciar sobre la importancia de prevenir las segundas fracturas por fragilidad, un problema grave que afecta a millones de personas en España. Esta iniciativa, impulsada por la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Óseas (FHOEMO), la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM) y la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (Aecosar), cuenta con la colaboración de la compañía biofarmacéutica UCB y la biotecnológica Amgen.
Osteoporosis y refracturas
La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que afecta a más de tres millones de personas en España. El grupo más vulnerable ante testa patología son las mujeres postmenopáusicas y, de hecho, una de cada cuatro mujeres mayores de 50 años sufre osteoporosis, una de las principales causas de fracturas por fragilidad.
Algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer osteoporosis y, por tanto, fracturas por fragilidad, son la longevidad y el envejecimiento acelerado de la población. En datos, en 2019 se registraron 285.000 fracturas por fragilidad, lo que corresponde a 782 fracturas diarias.
En el futuro se espera que estas cifras aumenten. Así, en 2030 se estima que se registrarán alrededor de 420.000 fracturas por fragilidad al año, lo que supone un gran desafío para el sistema sanitario en general y la atención geriátrica en particular.
Por ello, se hace indispensable la implementación de políticas de prevención, educación y tratamiento temprano para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y reducir las complicaciones derivadas de las fracturas y las refracturas.
Implementar políticas de prevención, educación y tratamiento temprano podrían ayudar a mejorar la calidad de vida de los mayores y reducir el riesgo de refracturas
Cabe destacar que las nuevas fracturas pueden limitar la movilidad y la independencia, generando una sensación de vulnerabilidad y miedo que a menudo conduce a problemas psicológicos, como ansiedad y depresión. Además, cada refractura conlleva un riesgo elevado de complicaciones médicas, como infecciones y trombosis, lo que a su vez puede incrementar
los costes de atención médica y la carga para los cuidadores.
El Dr. Santiago Palacios, presidente de FHOEMO, señala que “es fundamental poner el foco en la prevención de refracturas, no solo para mejorar la salud física de los pacientes, sino también para preservar su bienestar emocional y social. Cada nueva fractura puede ser el inicio de un ciclo de deterioro”. “Estas fracturas no son solo un evento aislado, sino el inicio de un posible ciclo de deterioro. Con ‘Rompe con las (Re)fracturas’, nuestro objetivo es poner fin a esta secuencia, promoviendo la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado para evitar que más personas sufran las graves consecuencias de la falta de atención a la osteoporosis“, agrega el experto.
Enfermedad ‘desapercibida’
“El desafío al que nos enfrentamos como doctores es que muchas veces la osteoporosis pasa desapercibida, ya que no presenta síntomas evidentes hasta que ocurre la primera fractura. Por eso, es fundamental que las mujeres sean conscientes del riesgo y que nosotros, como médicos, estemos atentos a los factores de riesgo, como antecedentes familiares o
menopausia temprana”, añade el Dr. Manuel Díaz Curiel, miembro de la SEIOMM.
Por su parte, Raquel Sánchez, paciente con osteoporosis y representante de Aecosar, recalca que “los pacientes con osteoporosis necesitamos más información rigurosa y de calidad sobre lo que conlleva la enfermedad y, sobre todo, saber qué hacer para prevenir las fracturas por fragilidad y los factores de riesgo”. También, considera “saber cuáles son los tratamientos disponibles y conocer cuáles son los mejores hábitos de salud que podemos seguir personalizados a nuestra situación”.
En esta misma línea, el Dr. Josep Vergés, presidente de Aecosar y de OAFI aporta que, entre los retos que enfrentan los pacientes con osteoporosis, uno de estos es que “el diagnóstico suele llegar tarde, lo que genera una sensación de desamparo. Además, no se habla lo suficiente de las refracturas, que tienen un impacto devastador en la calidad de vida de los pacientes”. Siguiendo este hilo precisa que “las mujeres que siguen un tratamiento tras una primera fractura reducen en un 25% el riesgo de sufrir una nueva”.
Unidades de fractura
Con todo esto, las Unidades de Fractura juegan un papel clave en la prevención. Estas se caracterizan por un enfoque multidisciplinar de atención diseñado específicamente para pacientes que han sufrido una fractura por fragilidad. En estas unidades, se llevan a cabo diversas etapas de manejo, que incluyen la identificación de los pacientes, la evaluación diagnóstica, el inicio del tratamiento adecuado y el seguimiento a largo plazo. Este modelo asistencial es ampliamente reconocido como el más eficaz en términos de coste-beneficio para la prevención de fracturas secundarias, lo que lo convierte en una opción preferente en el ámbito de la atención sanitaria. Actualmente, España cuenta con 83 Unidades FLS, entre centros públicos y privados.
Sólo el 15% de los hospitales en España cuenta con Unidades de Fractura
Y es que, según el Dr. Díaz Curiel, “sólo el 15% de los hospitales en España cuenta con estas unidades, lo que subraya la necesidad de incrementar su presencia para reducir la
incidencia de refracturas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Se estima que la implementación de más Unidades de Fractura podría evitar más de 1.200 fracturas al año y generar un ahorro de 18,4 millones de euros”.
Las pacientes que han participado en el lanzamiento de esta campaña coinciden en la importancia de estas unidades. Raquel Sánchez indica que estas “permiten una mejor coordinación en el tratamiento post-fractura y aseguran que recibamos el seguimiento adecuado, aunque lamentablemente, no todos los hospitales cuentan con estas unidades”. Sandra Toril, también paciente con osteoporosis y miembro de la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (Aecosar), concluye que “lo que
más nos cuesta como pacientes con osteoporosis es adaptarnos a los nuevos hábitos, pero siguiendo las indicaciones de los distintos médicos que nos ofrecen un abordaje multidisciplinar seremos capaces de estar atentos a cualquier cambio en nuestra salud para evitar futuras fracturas”.
La campaña ‘Rompe con las (re)fracturas’ cuenta con la difusión de un lazo de yute como imagen de la iniciativa. Con este material se pretende simbolizar la porosidad y la fragilidad que los huesos adquieren a causa de la osteoporosis, una enfermedad ósea que provoca que los huesos sean más propensos a fracturarse.
En España, el 22,5% de las mujeres y el 6,8% de los hombres
mayores de 50 tienen osteoporosis. Al ser asintomática en sus fases iniciales, esta patología ósea es conocida como la ‘enfermedad silenciosa’, llegando incluso a pasar desapercibida
para los propios pacientes incluso en sus fases avanzadas, pues solo 1 de cada 5 pacientes con osteoporosis relaciona su fractura con la enfermedad.