Atención Intermedia: un modelo centrado en la persona atendida, con el foco en la funcionalidad, más allá de la enfermedad

Dr. Josep Pifarré, director corporativo del Área Asistencial de San Juan de Dios provincia de España

Josep Pifarré Especial atención intermedia

Dr. Josep Pifarré, director corporativo del Área Asistencial de San Juan de Dios provincia de España
Como explicaba Deleuze, “la filosofía es el arte de inventar conceptos”. Últimamente, se ha popularizado el concepto de atención intermedia como modelo centrado en la persona, un modelo que integra diferentes servicios entre los hospitales de agudos y la atención primaria y siempre en coordinación con ella. A partir de un equipo multidisciplinar, se ofrecen cuidados de transición para personas con fragilidad y condiciones crónicas complejas. Se trata de un modelo centrado en la persona atendida, poniendo el foco en la funcionalidad, más allá de la enfermedad, con el fin de conseguir el mayor grado de autonomía y calidad de vida. 

Pero como mejor se ve es a partir de un ejemplo hipotético: Teresa tiene 80 años. Diabética tipo II. Presenta una fibrilación auricular en tratamiento y discreta insuficiencia cardíaca. A raíz de un cuadro febril, Teresa presenta un cuadro de ahogo y malestar general. Llama al 112, que la envía a urgencias del hospital general de referencia. Allí le detectan un edema agudo de pulmón y la dejan en urgencias. Está sola sin acompañante. El servicio de urgencias está en un espacio sin ventanas y sin luz externa. Al no comer durante unas horas, las curvas de glicemia se descontrolan y al cabo de unas horas presenta un cuadro confusional agudo con agitación, que precisa sedación. Sube a planta de medicina. En ese momento, ha mejorado su insuficiencia cardíaca, pero presenta un deterioro funcional significativo. Le realizan toda una batería de pruebas sin encontrar nada más.  

Por la encamación unida a la sedación presenta una úlcera de decúbito, que se infecta con una bacteria multirresistente, precisando aislamiento y mayor sintomatología confusional. Al cabo de tres semanas, la derivan a un centro sociosanitario. Ya no camina y continúa desorientada. Allí, después de un mes de ingreso, consiguen controlar las complicaciones y proponen el alta hospitalaria. Dado que ha habido un deterioro funcional y que no puede vivir sola en casa, se solicita residencia, pero tarda 3 semanas más en obtener plaza de urgencia, semanas que se pasa en el centro sociosanitario. Es trasladada a una residencia fuera de su ciudad (ya que no había otra plaza libre) de donde no saldrá nunca más, después de dos meses y medio de ingreso. Se realiza un informe para la médica de cabecera y para la residencia, pero no se coordinan entre estos niveles asistenciales. 

Los programas de atención intermedia, con recursos de hospitalización de subagudos incluso en el propio domicilio permite atender a la persona en su conjunto en el proceso de recuperación 

Ahora, imaginemos a la misma Teresa, pero con otro curso de acción. Desde un ingreso previo, está incluida en un programa de atención de atención intermedia para pacientes crónicos complejos con riesgo de descompensaciones. Este programa incluye recursos de hospitalización de subagudos, directamente desde domicilio, unidad de convalecencia, hospital de día, hospitalización a domicilio y un programa de soporte a domicilio en coordinación con atención primaria y el resto de recursos. Teresa, como recordamos, presenta una descompensación de la insuficiencia cardíaca en el contexto de un cuadro febril. Al encontrarse mal llama al teléfono del programa. Acude una enfermera a domicilio, quien, al ver al paciente en insuficiencia cardíaca, la deriva directamente a una unidad de subagudos de atención intermedia, sin pasar por urgencias. Allí, siempre en una habitación con luz natural, realizan tratamiento. Inician fisioterapia desde el primer momento.

A partir de un programa de voluntariado, mantienen a la paciente acompañada la mayor parte del tiempo. Se controla la insuficiencia cardíaca. El equipo asistencial tiene acceso a todo su historial y se coordinada con el equipo domiciliario. A las 48 ya está estable para volver a domicilio, aunque con ayudas. Si hubiera hecho falta, podría haber ingresado en una unidad de convalecencia o acudir a un hospital de día. En el domicilio la espera el equipo ambulatorio para seguir el tratamiento, con visitas diarias que incluyen visita médica, de enfermería y fisioterapia y que, poco a poco, se van espaciando. En 15 días la paciente vuelve a su estado basal. Durante todo el proceso se coordina con el área básica de salud y con los servicios sociales, con quienes mantienen una reunión para valorar opciones en caso de nuevas descompensaciones o empeoramiento de su situación basal y se activa la ayuda a domicilio. 

Haciendo las cosas diferentes se puede mejorar la calidad asistencial, la realización personal e incluso con un coste total inferior 

Una misma paciente, dos cursos de acción. El primero, con peores resultados asistenciales, mayor sufrimiento para la paciente, menor realización profesional de los equipos asistenciales y mucho más caro, tanto en costos directos como indirectos. Como decía Einstein, si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo. Y haciendo las cosas diferentes, podremos conseguir mejorar la calidad asistencial, la realización profesional incluso con un coste total inferior. De acuerdo con el modelo asistencial de San Juan de Dios, poner el centro en la persona atendida y no en los diferentes recursos. 

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