Alberto Giménez, presidente de la Fundación Economía y Salud
Afirmar que un sistema de salud debe estar centrado en la persona y en sus concretas necesidades es una obviedad. La cuestión se complica cuando queremos llevar a la práctica esa afirmación debido a los recursos de los que disponemos y a la puesta en funcionamiento de las diferentes políticas de gestión.
Una política excesivamente centrada en la fase aguda deja de afrontar cuestiones que no solamente son necesarias y convenientes para la salud de la persona concreta sino para el futuro del propio sistema que puede llegar a ser insostenible. El foco debe ampliarse necesariamente a las fases de prevención y promoción de la salud, a lo postagudo y al seguimiento de la cronicidad sin olvidar un nuevo tratamiento de diferentes formas de gestionar la fase aguda.
La atención intermedia forma parte de ese foco amplio en el que buscamos mejorar nuestro Sistema Nacional de Salud. Un sistema con buenos resultados en el campo de los agudos, pero con un importante camino que recorrer en los otros campos. Potenciar el trabajo en esas áreas resulta necesario si queremos lograr la sostenibilidad, amenazada por el constante envejecimiento de la población y la prevalencia de las enfermedades crónicas, buscando ese círculo virtuoso que podemos conseguir entre eficiencia y resultados en salud. Una política eficiente que ajuste los recursos a las necesidades generará mejores resultados en salud con el consiguiente ahorro de costes que permitirán nuevos recursos que a su vez incrementarán la eficiencia y nuevos resultados en salud.
“Una política eficiente que ajuste los recursos a las necesidades generará mejores resultados en salud”
Una adecuada política de prevención y promoción de la salud destinando recursos a campañas y profesionales de salud comunitaria generará mayor conciencia de autocuidado previniendo la enfermedad. Cuestión imprescindible cuando vamos a un progresivo envejecimiento de la población. De los 84 años de esperanza de vida actuales, once son de mala calidad de vida. No podemos olvidar que el 75% del gasto en Sanidad lo originan las personas mayores de 65 años. Sin embargo, a pesar de estas evidencias, destinamos del total del gasto en Sanidad alrededor de un 3 % a estas políticas, porcentaje claramente insuficiente.
Tampoco tratamos adecuadamente las fases postagudas. En España contamos con 12.000 camas aproximadamente de camas de larga estancia en hospitales públicos cuando en Europa la media es de seis veces más. Estos recursos junto con los tratamientos ambulatorios y una buena coordinación social y sanitaria para que las personas puedan permanecer en sus casas recibiendo tratamiento resultan necesarios para continuar las convalecencias y rehabilitaciones que necesiten los pacientes que han superado la fase aguda.
“No podemos olvidar que el 75% del gasto en sanidad lo originan las personas mayores de 65 años”
Una eficiente política de continuidad asistencial permitirá, además, adelantar altas en hospitales de agudos. Actualmente más del 20% de las camas en los hospitales de agudos están ocupados por crónicos o postagudos que esperan su alta que se demora por falta de recursos. En el campo de la cronicidad necesitamos un mejor seguimiento de las personas que nos conduzca a evitar reagudizaciones, actualmente cerca de un 8% de las personas dadas de alta. Otra de las ventajas que podríamos encontrar en ese mejor seguimiento es el de una mayor adherencia al medicamento cuya falta origina un gasto cercano a los once mil millones de euros.
Por último, en la propia fase aguda necesitamos reducir los ingresos hospitalarios indebidos y los tiempos de estancia media hospitalaria, fomentado la atención ambulatoria y la hospitalización a domicilio. En ambos casos estaremos reduciendo gasto y mejorando los resultados en salud. Estas propuestas, entre otras, se enmarcan en lo que conocemos como Atención Intermedia. Son muchos los campos en los que podemos actuar para mejorar la gestión y resultados de nuestro SNS, véase el Informe FES 2024 que publicó nuestra Fundación Economía y Salud en el Senado el pasado Junio, pero sin duda alguna, potenciar y dotar de recursos y profesionales a la actividad intermedia con una buena gestión de la misma es prioritario.