Problemas en las reclamaciones por asesoramiento erróneo en el seguro

Lo más recomendable en todos los aspectos de la vida es acudir a profesionales con experiencia en el sector y con buenos equipos para podernos sentir protegidos y saber que lo que van a hacer se va a realizar con solvencia.

En estos días que vivimos con sus prisas habituales, suficiente tenemos con levantarnos cada mañana, llevar los niños al colegio, tratar de ser los mejores en nuestro trabajo, cuidar de nuestra familia, atender a los pormenores del hogar, para encima tener que estar pendiente de aspectos tangenciales a nuestra vida en los que no somos especialistas.

De la misma manera que un paciente que quiera tener una buena atención debe buscar a los mejores especialistas y equipos para dar solución a una patología médica, o el dueño de una casa que quiera hacer una reforma debe de buscar a buenos constructores o arquitectos, así deberíamos de hacer nosotros para cubrir nuestra responsabilidad civil profesional.

Quienes nos pueden ayudar en este sentido son o bien entidades aseguradoras expertas o, mejor si cabe, corredurías líderes en el sector.

La ventaja fundamental de la correduría frente al contrato directo con la aseguradora es que el corredor mirará todas las posibilidades para cubrir lo que realmente quiere el cliente y en caso de que exista un conflicto con el contrato defenderá al asegurado frente a la aseguradora. Además en caso de que se sufra un siniestro, la correduría se caracteriza por su agilidad en la tramitación de estos y su seguimiento como si fueran nuestros asesores personales.

Son muchos clientes los que han acudido a nuestro despacho por el descontento que sienten al sufrir el primer siniestro relacionado con la responsabilidad civil profesional. Normalmente las causas que más se repiten son:

  1. La falta de cobertura del siniestro: la aseguradora con la que han contratado o el buscador, han primado el precio, pero no han informado de la letra pequeña que tiene ese precio bajo y han dejado al cliente sin cobertura en aspectos tan importante como la delimitación temporal, la falta del consentimiento informado, la responsabilidad patronal o la falta de garantía de inhabilitación.Resultado: lo hemos dicho ya muchas veces, lo barato sale muy caro. No se ha informado al cliente del tipo de coberturas dando prioridad exclusivamente a “hacer el seguro”.
  2.  La falta de información o de agilidad en el siniestro: la queja viene no ya de los tiempos judiciales -que por desgracia son muy lentos- sino de una falta de cercanía o empatía con el cliente al cual no se le informa sobre las fechas de la declaración, el despacho de abogados no se pone en contacto con él o no sabe ni cómo hacer las gestiones con el seguro.Resultado: falta de información y de personalización del caso. Nos convertimos en números en lugar de personas.
  3. Conflicto de intereses: en los casos en los que exista un conflicto de intereses con la aseguradora no tenemos a ningún mediador que pueda proteger nuestros derechos y que pueda presionar a la aseguradora, además de asesorarnos en nuestros derechos frente al seguro. Nos quedamos solos ante la negativa del seguro a dar una citada cobertura o a determinados pagos.Resultado: nos quedamos solos ante el seguro y sus decisiones. Somos “esclavos” de las decisiones de la entidad aseguradora.

..Lex Sanitaria

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