Luis de Haro. Director general de iSanidad
La investigación enfermera tiene mucho valor. No es un lujo, sino una necesidad para garantizar un sistema sanitario más eficiente, humano y basado en evidencia científica. Realizar investigación requiere tiempo, formación específica y recursos económicos, tres aspectos que suelen ser limitados en el entorno laboral de las enfermeras. La carga asistencial, los horarios exigentes y la escasez de financiación dificultan que las enfermeras puedan dedicarse a investigar. Por ello, es fundamental que las instituciones sanitarias y las administraciones adopten políticas que faciliten la formación en investigación. Becas, subvenciones y jornadas laborales adaptadas para fomentar esta actividad son cada vez más necesarias. Dar a conocer esta actividad y proporcionar recursos necesarios para su desarrollo es una inversión que redunda directamente en beneficio de pacientes, profesionales e instituciones. Ya es hora de valorar plenamente la aportación de las enfermeras, no solo como cuidadoras, sino también como investigadoras comprometidas con la salud.
Proporcionar recursos necesarios para la investigación enfermera es una inversión de valor que redunda directamente en beneficio de pacientes, profesionales e instituciones
La investigación enfermera es una de las actividades de más valor y menos reconocidas dentro del sistema sanitario. Aunque su impacto es fundamental para mejorar la calidad asistencial y optimizar recursos, esta faceta sigue siendo desconocida, incluso dentro del propio sector sanitario. Para garantizar un futuro en el que los cuidados de enfermería sean cada vez más eficaces y personalizados, es esencial dar visibilidad a esta labor. Se debe proporcionar a las enfermeras el apoyo económico y temporal que necesitan. La enfermería es la columna vertebral del sistema sanitario. Las enfermeras no solo están en contacto directo y continuo con los pacientes, sino que también son quienes mejor comprenden sus necesidades físicas, emocionales y sociales. Este conocimiento único las coloca en una posición privilegiada para investigar y desarrollar estrategias que mejoren los cuidados.
Algunos estudios liderados por enfermeras han permitido reducir infecciones hospitalarias mediante protocolos de higiene, mejorar el manejo del dolor en pacientes crónicos o diseñar programas educativos que promueven la adherencia al tratamiento. Sin estas aportaciones, el sistema sanitario perdería una valiosa fuente de innovación basada en la experiencia práctica. A pesar de su importancia, la investigación enfermera es una actividad de valor poco conocida. Una razón clave es la falta de difusión: los resultados de estas investigaciones rara vez llegan a publicarse o a salir del ámbito más cercano, incluso dentro del ámbito sanitario. Normalmente no se les otorga la relevancia que merecen. Esto perpetúa la falsa percepción de que la enfermería es solo una profesión asistencial, dejando de lado su papel como agente clave en el avance del conocimiento.
Promover la visibilidad de estos estudios, por un lado, aumentaría el reconocimiento de la labor enfermera. Por otro, inspiraría a más profesionales a involucrarse en la investigación, fortaleciendo así el impacto colectivo de la profesión.