De cribados que fallan más en mujeres a mayor toxicidad por tratamientos: cómo sexo y género impactan en el cáncer colorrectal

Un reciente estudio de investigadores de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) muestras las diferencias de sexo y género en el cribado, diagnóstico y tratamiento del cáncer colorrectal en la actualidad

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Gema Maldonado Cantero
Las diferencias de sexo y género influyen en el cribado, el diagnóstico y el tratamiento del cáncer colorrectal (CCR). Y lo hace en los propios factores de riesgo, en la forma en la que se manifiesta el tumor, en la interpretación de las pruebas de cribado y en la eficacia y toxicidad de los tratamientos.

Algo tan sencillo como establecer umbrales específicos para hombres y para mujeres en la medición de la hemoglobina fecal en los test de cribado, podría reducir los falsos negativos que se registran en mujeres. Ellas también presentan mayor toxicidad al recibir tratamientos sistémicos. En cambio, ellos tienden a tener más complicaciones tras la intervención quirúrgica y una mayor tasa de infecciones en el sitio quirúrgico.

Son algunas de las conclusiones de un reciente estudio desarrollado por la Comisión de Mujeres en Oncología de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) que ha analizado estas diferencias y ofrece recomendaciones para mejorar los resultados en los pacientes teniendo en cuenta el sexo y el género.

Establecer umbrales específicos para hombres y para mujeres en la medición de la hemoglobina fecal en los test de cribado, podría reducir los falsos negativos que se registran en mujeres

La medicina que tiene en cuenta las diferencias de sexo y género en las enfermedades aún tiene un largo camino por recorrer. Tradicionalmente no se han considerado las interacciones del sexo y del género en el diagnóstico ni en el abordaje y tratamiento de las patologías. Tampoco se han identificado las desigualdades de género en salud. Poco a poco comienzan a verse estudios que exploran estas diferencias con resultados que dan pautas para hacer cambios en la práctica clínica. Es el caso de los hallazgos del trabajo de la SEOM, publicado en la revista Clinical & Translational Oncology (CTO).

Diferencias para incidencia y riesgo

Las estadísticas son claras en este sentido: la incidencia del cáncer colorrectal en hombres es muy superior, sobre todo entre los 55 y los 84 años. El estudio ofrece datos de 2020 cuando se registraron 25,6 casos por cada 100.000 habitantes en hombres frente a 17,5 en mujeres. El informe que cada año realiza SEOM y la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) estima que este año habrá más de 27.200 nuevos diagnósticos de cáncer de colon y recto en hombres y más de 17.300 en mujeres.

La investigación de SEOM identifica factores biológicos, hormonales y relacionados con el género que influyen en la incidencia del cáncer colorrectal

La investigación de SEOM, que ha revisado los estudios disponibles al respecto, analiza las causas de esta abultada diferencia e identifica factores biológicos, hormonales y también factores relacionados con el género. Algunos de estos últimos son ya viejos conocidos y tienen que ver con el mayor consumo de alcohol, de tabaco y de carnes rojas. Para ellos, mantener una dieta mediterránea es un protector frente al cáncer colorrectal, algo que no está tan comprobado en las mujeres. En ellas, en cambio, la dieta occidental supone un incremento significativo del riesgo de desarrollar estos tumores, pero no ocurre igual en los hombres.

Dra. Encarna González Flores

Los factores hormonales también pueden tener un papel en la incidencia del cáncer colorrectal, aunque los resultados de las investigaciones no son del todo claros. Sin embargo, “es probable que las hormonas sexuales medien el efecto de la adiposidad en el riesgo del cáncer, ya que el tejido adiposo es una fuente clave de producción de estrógenos en hombres y en mujeres”, explica a iSanidad la Dra. Encarna González Flores, primera firmante del estudio y responsable de investigación del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada.

Los estudios sugieren que cuando se da en hombres una pérdida de testosterona y registran un aumento de estrógenos, se incrementa el riesgo de cáncer colorrectal. En las mujeres este riesgo se eleva en la situación contraria

Así, los estudios sugieren que cuando se da en hombres una pérdida de testosterona, que puede ocurrir de manera más acusada a partir de los 50 años, y registran un aumento de estrógenos, se incrementa el riesgo de cáncer colorrectal. En las mujeres este riesgo se eleva en la situación contraria. “Apoyando un posible efecto protector del estrógeno en las mujeres, los datos muestran que el estrógeno exógeno parece proteger contra el desarrollo del cáncer colorrectal, de modo que las mujeres que han utilizado anticonceptivos hormonales a lo largo de su vida o terapia hormonal sustitutiva después de la menopausia tienen un menor riesgo de desarrollarlo”, señala la investigadora, que forma parte de la Comisión SEOM Mujeres en Oncología.

Diferencias detectadas para el diagnóstico

Las mujeres suelen participar más que los hombres en los programas de cribado de cáncer de colon y también presentan una mayor tasa de falsos negativos. Estos programas se basan en test de sangre oculta en heces que muestran una menor sensibilidad en el análisis de las muestras de mujeres. La razón la explican los autores del trabajo. “Los estudios realizados utilizaron el mismo umbral de hemoglobina para ambos sexos en la interpretación de los resultados del test de cribado”, apunta la Dra. González Flores, que señala la necesidad de umbrales específicos por sexo para la hemoglobina fecal” en estos programas de cribado, además de diseñar estudios específicos que diferencien por sexo.

Las mujeres tienen menos probabilidad de presentar adenomas y mayor probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer en el lado derecho, “y esto se asocia con resultados falsos negativos en el test”

No es la única diferencia en el momento de la detección. Los resultados positivos del test de sangre oculta en heces son candidatos a colonoscopia. Y esta prueba tampoco garantiza un diagnóstico correcto en las mujeres, ya que tienen menos probabilidad de presentar adenomas y mayor probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer en el lado derecho, “y esto se asocia con resultados falsos negativos en el test”.

Posibles causas de la
diferencia de efectividad del test fecal para cáncer colorrectal en hombres y mujeres. Figura 2 del estudio de SEOM

La investigadora de SEOM señala que podría llevarse a cabo un cribado más intensivo a las mujeres para dar respuesta a este problema. Aunque advierte que ”la necesidad actual pasa porque exista una mayor adherencia al cribado en CCR que en este momento es muy bajo tanto en hombres como en mujeres”.

La investigadora señala factores de género que pueden influir en un diagnóstico más o menos temprano de la enfermedad. En España, las mujeres “siguen estando en desventaja en términos de oportunidades laborales, salarios y resultados educativos en comparación con los hombres”, explica, a lo que se suma que ellas siguen encargándose “de manera desproporcionada” de las tareas del hogar y de los cuidados de menores y mayores dependientes.

La diferencia de género, que sitúa en desventaja socioeconómica y de opciones de estilo de vida en las mujeres «puede influir en el diagnóstico de cáncer colorrectal en estadios tempranos, que sabemos cómo impacta en la supervivencia»

Esta realidad “impacta negativamente en su estatus socioeconómico y sus opciones de estilo de vida. Y esto puede influir en el diagnóstico de cáncer colorrectal en estadios tempranos, que sabemos cómo impacta en la supervivencia”. En este punto, la experta advierte de que habría que hacer más estudios para poder confirmarlo. 

¿Qué ocurre con los tratamientos y su seguridad?

La investigación señala que también se observan diferencias en los patrones de tratamiento entre hombres y mujeres, y que estas diferencias responden a que las mujeres presentan más tumores en el lado derecho del colon, más avanzados, con más metástasis en ganglios linfáticos y suelen ser pacientes de mayor edad.

Una vez se decide el tratamiento, se han observado diferencias, por ejemplo, en las tasas de hospitalización asociadas al tratamiento y en el coste de las terapias, que son mayores en los hombres. Los investigadores creen que estos datos podrían reflejar sesgos de género en la selección de pacientes para la hospitalización o para tratamientos específicos. También han encontrado diferencias moleculares en los tumores de ambos sexos, tanto en el microambiente tumoral como en la expresión de genes involucrados.

Las mujeres tienen menos complicaciones tras la cirugía para el cáncer rectal que los hombres. Y estos últimos presentan una tasa de infecciones en el sitio quirúrgico que es claramente mayor que en ellas

Aunque señalan que los datos son limitados, sí que apuntan a estudios que sugieren que las mujeres tienen menos complicaciones tras la cirugía para el cáncer rectal que los hombres. Y estos últimos presentan una tasa de infecciones en el sitio quirúrgico que es claramente mayor que en ellas. También se ven diferencias en la calidad de vida relacionada con la salud tras la cirugía. Los hombres muestran más problemas sociales, sexuales y de micción y las mujeres presentan más pérdida de apetito.

Cuando ellas reciben tratamientos sistémicos experimentan una mayor incidencia de eventos adversos. Los investigadores lo atribuyen a factores farmacocinéticos: el organismo tiene una mayor exposición a estos medicamentos debido a que las mujeres los eliminan de forma más lenta. Se ha visto que ellas presentan más riesgo de suspender el tratamiento a causa de esos efectos. Pero también ha estudios que apuntan a un mayor riesgo de eventos tromboembólicos durante el tratamiento en los hombres.

Cuando ellas reciben tratamientos sistémicos experimentan una mayor incidencia de eventos adversos. Serían necesarios estudios que analicen de forma independiente resultados de dosis, eficacia y toxicidad en hombres y mujeres

Tradicionalmente ha habido una mayor representación masculina en los ensayos clínicos de nuevos medicamentos. Por tanto, suelen estar menos probados en mujeres. La Dra. González Flores señala que actualmente ocurre en el caso de los ensayos relacionados con el cáncer colorrectal, ya que en su diseño se tiene en cuenta la mayor incidencia de esta patología en hombres. “Lo que si sería necesario es realizar diseños de estudios preespecificados que analicen los resultados tanto de dosis como de eficacia de tratamientos y de toxicidad de forma independiente en hombre y mujeres. Ya tenemos datos al respecto en CCR y en otros tumores de que el metabolismo del fármaco difiere en hombre y en mujeres y consecuentemente su eficacia y su toxicidad, explica.

¿Qué se puede hacer para mejorar los resultados en hombres y en mujeres?

El trabajo termina con una serie de recomendaciones que deberían aplicarse a la investigación clínica y a la práctica médica para conseguir los mejores resultados posibles en los varones y en las mujeres con cáncer colorrectal. Empezando por establecer registros médicos en los que se incluyan de manera clara los términos relacionados con sexo y género, un aspecto que la primera firmante del trabajo considera “fundamental”, y que debe extenderse también en la investigación clínica.

Dra. González Flores: “Solo cuando los médicos comprendan realmente cómo el cáncer colorrectal afecta de manera diferente a hombres y mujeres, podrán personalizar las decisiones de tratamiento para cada paciente”

En segundo lugar, hacen falta más estudios longitudinales que estudien el impacto del sexo y del género en los resultados clínicos. En esta línea, sería una “prioridad en la investigación identificar qué paramentos de composición corporal son los más adecuados para guiar la dosificación de la quimioterapia, por ejemplo, peso corporal, superficie corporal o masa libre de grasa”, sugiere la investigadora de SEOM.

La concienciación es la tercera pata para el cambio. Y esto tiene que ver con los propios médicos y la necesidad de que sean conscientes de los posibles sesgos de sexo y de género en las decisiones de tratamiento y de dosificación. Y para lograrlo, los autores proponen iniciativas educativas a nivel nacional, regional y local. “Solo cuando los médicos comprendan realmente cómo el CCR afecta de manera diferente a hombres y mujeres, podrán personalizar las decisiones de tratamiento para cada paciente”, concluye la Dra. González Flores.

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