G.M.C./J.P.R.
Ni él mismo podía creer en lo que se convertirían las naves de Ifema cuando fue a visitarlas tras recibir la llamada del Gobierno madrileño para ponerse al frente de la dirección médica del mayor hospital de campaña creado en este país. «¿Cómo pretenden hacer aquí un hospital de más de mil camas?», pensó el Dr. Antonio Zapatero aquel 20 de marzo de 2020.
En tres días, cientos de trabajadores instalaron 35 kilómetros de conductos que garantizaron durante siete semanas el suministro de oxigenoterapia a todos los pacientes que lo requerían. En ese tiempo, ingresaron casi 4.000 personas, la mayoría con neumonía por Covid 19.
Tras su paso por la política como viceconsejero de Sanidad en la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero volvió a su puesto como jefe del Servicio de Medicina Interna en el Hospital de Fuenlabrada, desde donde recuerda cómo fueron aquellas semanas que, reconoce, le marcaron para siempre.
En diciembre de 2019 cuando empiezan a llegar las primeras informaciones sobre el SARS-CoV-2, la mayoría de los especialistas pensaban que pasaría algo similar al SARS-1 o al MERS, ¿cómo se dio cuenta que estábamos ante una amenaza diferente?
Yo estaba en el Hospital de Fuenlabrada, donde soy jefe de servicio. Siempre que surge información sobre alguna enfermedad nueva hay preocupación, además ya habíamos tenido antecedentes de un «primo hermano» de este coronavirus tanto en 2002 como en 2010, que era preocupante.
Viendo la información de lo que estaba pasando en China, aunque esa información no era muy buena, ya era preocupante. Pero la situación cambió mucho cuando en febrero vimos lo que estaba pasando en Italia, que está al lado y con cientos de vuelos cada día. Veíamos que este virus conllevaba el consumo de muchas camas de cuidados intensivos y con una mortalidad muy alta.
«El día que me llamaron para ofrecerme la dirección médica de Ifema teníamos entre 2.000 y 2.500 pacientes en las urgencias de hospitales públicos pendientes de ingresar»
Ahí creo que ya era tarde y que el virus, por lo que hemos podido ver, debió entrar en España en el mes de enero, que ya hubo algún caso, pero no podíamos diagnosticarlo porque no teníamos todavía el procedimiento para el diagnóstico.
Se cumplen también cinco años de la puesta en marcha del Hospital de Ifema, ¿de dónde nace la idea?, ¿cómo se convierte en realidad?, ¿a quién tuvieron que convencer?
La idea parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid, especialmente de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y entiendo que del consejero de Sanidad, el Dr. Ruiz Escudero, con el apoyo del resto del Gobierno. El día que me llamaron para ofrecerme la dirección médica de Ifema junto con el Dr. Javier Marco, el 20 de marzo, en Madrid teníamos entre 2.000 y 2.500 pacientes en las urgencias de hospitales públicos pendientes de ingresar.
Madrid ya había llegado a un acuerdo con la sanidad privada, que tuvo un comportamiento fundamental, y fue capaz de duplicar las camas de 12.000 que tenemos instaladas en hospitales públicos, a casi 24.000 en la Comunidad de Madrid. Pero, aun así, se quedaban esos 2.500 pacientes diarios con coronavirus pendientes de ingresar en hospitales. Entonces se pensó que montar un hospital de campaña que tuviese lo básico para atender a estos pacientes en Ifema podía ser una buena idea.
«En siete semanas pasaron por Ifema casi 4.000 pacientes y llegaron a estar ingresados a la vez 1.300. Había días que recibíamos en torno a 200 o 250 pacientes»
Alivió bastante la situación de los hospitales de Madrid. En siete semanas pasaron por Ifema casi 4.000 pacientes y llegaron a estar ingresados a la vez 1.300. Había días que recibíamos en torno a 200 o 250 pacientes de hospitales de Madrid. Yo creo que eso supuso un alivio para los hospitales de Madrid. Como dijo el representante de la OMS (Bruce Aylward) cuando vio lo que estábamos haciendo en Ifema, fue un trabajo hecho por personas normales pero que, realmente, estaba por encima de lo normal, un trabajo excelente.
Además, se convirtió en hospital de campaña en tiempo récord.
Cuando fui a Ifema el 20 de marzo, estaban las camas. Inicialmente, la oxigenoterapia, que era la terapia más útil, la hacíamos con bombonas de oxígeno. El problema es que en Madrid no había bombonas de oxígeno, los hospitales estaban consumiendo grandísimas cantidades. Aun así, se dispuso de ellas y llegaron los primeros 28 pacientes a Ifema.
«Ese mismo sábado se puso un aviso por redes sociales. En tres días se cablearon 35 kilómetros de cobre conectados a dos depósitos de 50 toneladas de oxígeno que aseguraron la oxigenoterapia a todos los pacientes de Ifema»
Lo que fue espectacular es que ese mismo sábado (21 de marzo) se puso un aviso por redes sociales y pasaron unos 300 trabajadores junto con el fantástico personal de Ifema, y en tres días se cablearon 35 kilómetros de cobre que se conectaron a dos grandes depósitos de 50 toneladas de oxígeno que aseguraron que a partir de ese momento todos los pacientes de Ifema tenían oxigenoterapia en cantidad suficiente.
Fueron tiempos de mucha tensión política entre el Gobierno y la Comunidad de Madrid, ¿cómo se vio afectado el hospital por esta situación?
La situación de Madrid era tan tremenda, con la presión asistencial que había, que nosotros estábamos fundamentalmente dedicados a recibir pacientes y ayudar al resto de hospitales de Madrid. No podíamos comprender que no se entendiese aquello como que era: una labor de apoyo a los hospitales y, directamente, a la ciudadanía de Madrid con un único fin: ayudar a curar, que es exactamente lo que dijo el delegado de la OMS cuando lo vio que había que hacer. Es decir, lo que tiene previsto la OMS para emergencias sanitarias es montar hospitales de campaña. Y es lo que se hizo.
«Puso de manifiesto lo que llamamos algunos el espíritu de Ifema: cuando decidimos trabajar todos juntos con la misma idea, se consiguen cosas muy buenas en este país»
La verdad es que hubo poca polémica con Ifema porque allí se hizo un trabajo extraordinario en siete semanas, quizá después hubo más con el Zendal. El hospital de campaña puso de manifiesto lo que llamamos algunos el espíritu de Ifema: ante la cantidad de problemas que podían existir todos los días, que eran muchos, cuando decidimos trabajar todos juntos con la misma idea, se consiguen cosas muy buenas en este país.
Andalucía, Valencia, Cataluña… también empezaron a hacer centros parecidos de una escala menor, ¿le consultaron o participó en algún comité para desarrollarlos?
Llamaron de varios sitios, de Cataluña y del extranjero. Recuerdo haber hablado con responsables sanitarios de Cataluña para explicarles cómo era el procedimiento que habíamos hecho. De Londres también nos llamaron para un proyecto de hospital de campaña con 4.000 camas, pero solamente pasaron 40 pacientes.
«Hablé con responsables sanitarios de Cataluña y de Londres para proyectos de hospital de campaña. Hubo varios intentos, pero creo que no hubo ninguno a nivel mundial con el volumen de actividad que tuvo Ifema»
Hubo varios intentos de hospitales de campaña, pero realmente con el volumen de actividad que tuvo el de Ifema, creo que no hubo ninguno a nivel mundial. En China se dijo que habían abierto un hospital de estas características, pero el propio delegado de la OMS que nos visitó y que presidió la delegación que fue a China nos dijo que aquello realmente encajaba más con los hoteles sanitarios, que también se hizo en Madrid. Allí iban personas que estaban en aislamiento o que estaban recuperándose de la enfermedad. En Ifema la inmensa mayoría de pacientes tenían neumonía por Covid-19.
Este hospital fue el germen para la construcción del Hospital Isabel Zendal, ¿qué papel jugó este hospital durante la pandemia?, con el paso de los años, ¿está justificada su construcción?
Fue el germen de Zendal seguro y creo que fue tremendamente útil en la pandemia. Hay que recordar que por el Zendal han pasado más de mil pacientes con Covid-19. Eso supuso que hospitales de Madrid pudiesen empezar a recuperar actividades tanto médicas como quirúrgicas que no se podían hacer porque todo estaba parado por el Covid 19. Por eso jugó un papel importante en ese momento.
Después, ha demostrado ser un hospital muy funcional que permite que se adapte a cualquier requerimiento. Allí se pusieron dos millones y medio de vacunas Covid y ha servido para la llegada de refugiados de Ucrania. Ahora se está montando un centro de referencia para pacientes con ELA y para pacientes con daño neurológico severo. Con lo cual fue una muy buena idea que ayudó mucho durante el Covid y ahora juega su papel en aspectos importantes de la asistencia sanitaria madrileña.
«Por el Zendal han pasado más de mil pacientes con Covid-19. Eso supuso que hospitales de Madrid pudiesen empezar a recuperar actividades tanto médicas como quirúrgicas»
¿Qué supuso la vacuna frente al Covid 19? ¿Hasta qué punto lo cambió todo?
La vacuna fue la solución. Está publicado que las vacunas han supuesto 20 millones de vidas salvadas. Nos llamó la atención en mayor de 2021, cuando ya se habían vacunado los ancianos, nos avisaron de un brote de coronavirus con 27 pacientes en una residencia que habían ingresado en un hospital. Aquello nos generó preocupación, porque se habían vacunado y se habían infectado. Ahí nos dimos cuenta de algo fundamental: la vacuna no evitaba que te pudieras infectar, pero sí evitaba que te pudieras morir. Y eso es lo que cambió la evolución de la pandemia. Y lo vimos con esos 27 pacientes: ninguno de ellos falleció.
¿Qué hemos aprendido de aquellos años? ¿Estamos preparados para una nueva pandemia a nivel clínico y social?
Deberíamos haber aprendido de lo que pasó. La parte positiva fue el comportamiento de la ciudadanía en general, de las personas de la profesión sanitaria y de todos los que ayudaron: ejército, policía, bomberos, etc. Todo lo bueno de aquellas personas debería ser un ejemplo que debía pervivir para el futuro.
«A pesar de que lo pasamos muy mal, cuando pasa el tiempo, le doy más mérito a lo que se hizo en Ifema, en hospitales y en atención primaria en Madrid»
Desde el punto de vista puramente sanitario, el propio Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades sacó un documento hace unos meses que señalaba que no hemos mejorado mucho en sistemas de información de enfermedades potencialmente peligrosas y en otros aspectos de información. Incluso, en la reserva estratégica de material, me gustaría saber cómo estamos. Hay que recordar que en la primera época de la pandemia no teníamos prácticamente con qué protegernos.
Creo que es fundamental invertir mucho en investigación en nuevas vacunas ante amenazas de gripe aviar como la que tenemos en Estados Unidos e investigar en nuevos fármacos antivirales. Hay fomentar todo eso para poder decir que estamos preparados.
¿Cómo le ha marcado a nivel personal dirigir el hospital de Ifema?
A los que estuvimos allí nos marco porque realmente. Cuando llegué allí el día 20 de marzo y estaba vacío, pensé: ‘cómo pretenden hacer aquí un hospital de más de mil camas’. Pues se hizo. Darte cuenta de que en una situación tan trágica como aquella podías hacer algo más para ayudar a las personas te marca. Y, a pesar de que lo pasamos muy mal, cuando pasa el tiempo, le doy más mérito no solo a lo que se hizo en Ifema, también a lo que se hizo en los hospitales públicos y privados de Madrid, en atención primaria y en muchísimos otros sitios. El comportamiento de la gente fue esencial en aquella pandemia brutal de Covid.