Anuario iSanidadental 2024
Dr. Pedro Caballero Guerrero, presidente del Colegio de Dentistas de la Región de Murcia (COEMU)
Estamos viviendo tiempos trepidantes donde acontecen cosas que jamás hubiéramos imaginado. Un mundo con cambios y desafíos geopolíticos que, al mismo tiempo, pone al alcance de una sola mano el conocimiento desarrollado a nivel planetario. La odontología, como cualquiera de las ciencias aplicadas, no es ajena a la vertiginosa evolución de la forma de ver, aprender y poner en práctica las cosas.
Por desgracia, es común que a España estas revoluciones o encrucijadas históricas le hayan pillado “con el pie cambiado”, en ámbitos como el industrial o el investigador. Sin embargo, en el campo de la odontología, la coyuntura actual ha encontrado en nuestro país una situación de plena forma.
Los odontólogos españoles son apreciados y demandados en países de nuestro entorno y los referentes nacionales lo son también a nivel internacional. No hay una intervención que se haga en Nueva York o Berlín y no se pueda realizar en Jaén o Valladolid.
La odontología española se enganchó a la digitalización hace años y continúa evolucionan do en ese sentido para mejores diagnósticos y tratamientos. Y es que es una rara avis ya la clínica dental que no haya ido dando pasos en ese sentido, mejorando en formación y equipamientos que es, al fin y al cabo, mejorar la seguridad y la experiencia del paciente, elevando el nivel de nuestra calidad asistencial.
Es una rara avis ya la clínica dental que no haya ido mejorando en formación y equipamientos para elevar el nivel de la calidad asistencial
Además, se siguen abriendo áreas de praxis dentro de las fronteras legales que delimitan la práctica odontológica. Así, después de los cambios de paradigma que supusieron la implantología dental y la ortodoncia computarizada, se amplían los conocimientos en preventiva y sus nuevos materiales, o se va abriendo camino la armonización orofacial, integrando herramientas como el ácido hialurónico o la toxina botulínica con el conocimiento anatómico y, sobre todo funcional, que tiene el odontólogo para corregir anomalías de forma y tamaño.
Por todo ello, la odontología española encara esta nueva era en condiciones de competir, aunque no exenta de las amenazas que ya la acompañan desde tiempo atrás, especialmente la plétora profesional y la falta de una regulación de la publicidad sanitaria que evite un deterioro en la asistencia y, por tanto, en la salud de la población.











