Inmunoterapia antes y después de la cirugía: nueva estrategia en cáncer de cabeza y cuello tras dos décadas sin avances

Los resultados del ensayo clínico de fase 3 Keynote-689 demuestran que añadir pembrolizumab antes y después de la cirugía mejora la supervivencia libre de eventos en pacientes con carcinoma escamoso de cabeza y cuello

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Redacción
El estándar de atención para pacientes con cáncer de cabeza y cuello localmente avanzado «no ha cambiado de forma sustancial desde 2004». En aquel entonces, como explica la Dra. Irene Braña, del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), «se estableció la adición de quimioterapia a la radioterapia postoperatoria como régeimen de tratamiento para la enfermedad de alto riesgo». Ahora, los resultados del ensayo clínico internacional Keynote-689 muestran que aplicar el anticuerpo monoclonal pembrolizumab antes y después de la cirugía se relaciona con «menores tasas de recaída y una mejor supervivencia libre de enfermedad».

Los resultados del ensayo, en el que han participado investigadores del Grupo de Cáncer de Cabeza y Cuello del VHIO, en colaboración con el grupo de oncología radioterápica de VHIO y los equipos de cirugía maxilofacial y anatomía patológica del Hospital Universitario Vall d’Hebron, se han publicado en la revista The New England Journal of Medicine. El ensayo se presentó previamente en el congreso anual de la Asociación Americana de Investigación en Cáncer (AACR, por sus siglas en inglés), que se celebró del 25 al 27 de abril en Chicago.

Pembrolizumab antes y después de la cirugía mejora en 11 puntos la supervivencia libre de eventos en cáncer de cabeza y cuello

El ensayo clínico de fase 3 Keynote-689 investigó la eficacia y la seguridad del pembrolizumab antes y después de la cirugía más el tratamiento de referencia, radioterapia con o sin quimioterapia, frente al tratamiento de referencia sólo, en pacientes con tumores de cabeza y cuello localmente avanzados. En él participaron 714 y, de ellos, 321 recibieron el anticuerpo antes y después de la cirugía, además del tratamiento estándar de radioterapia previa (con o sin quimioterapia).

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Dra. Irene Braña

Asimismo, también se dividió a los pacientes según su Puntuación Positiva Combinada (CPS). Esta mide la expresión del biomarcador PD-L1 en células tumorales e inmunes del microambiente y, normalmente, se utiliza para seleccionar a los pacientes que podrían salir beneficiados de la inmunoterapia.

Los resultados mostraron que la supervivencia libre de eventos a los 36 meses fue del 57,6% en el grupo de pembrolizumab y del 46,4% en el control en todos los participantes. Además, del 59,8% frente a 45,9% en los pacientes con CPS ≥10 más sensibles a la inmunoterapia y del 58,2% frente a 44,9% en pacientes con CPS ≥1. Por tanto, en los tres grupos los beneficios fueron significativos.

Apertura a nuevas líneas terapéuticas

«Por un lado, sabemos que el pembrolizumab, un anticuerpo monoclonal dirigido a la proteína PD-1, es fundamental en el tratamiento de primera línea para el carcinoma escamoso de cabeza y cuello recurrente y metastásico» explica la Dra. Braña, coautora del estudio. «Por otro, contamos con evidencia en ensayos clínicos que demuestran que la adición de este fármaco a los regímenes neoadyuvantes y adyuvantes (antes y después de la cirugía) establecidos se traducía en una mejora de los resultados clínicos en pacientes con diversos tipos de tumor. Además, dos ensayos clínicos de fase 2 de cáncer de cabeza y cuello asocian la adición de pembrolizumab perioperatorio con menores tasas de recaída y una mejor supervivencia libre de enfermedad», señala. De esta manera, la oncóloga explica que los resultados abren la puerta «a poder ofrecer a los pacientes nuevas oportunidades terapéuticas para disminuir su riesgo de recaída».

El carcinoma escamoso de cabeza y cuello localmente avanzado ha contado con pocos avances en lo que a nuevas opciones de tratamiento respecta. La radioterapia tras la cirugía es el tratamiento estándar para estos pacientes o radioterapia más quimioterapia en los pacientes con peor pronóstico. Como recoge el VHIO, aproximadamente un tercio de los pacientes acaban recayendo, y solo la mitad de ellos sobrevive a los cinco años. Por tanto, este trabajo conjunto abre la puerta a una nueva estrategia terapéutica que ofrece una oportunidad real de reducir las recaídas y mejorar la supervivencia en este grupo de pacientes.

«La colaboración estrecha entre cirujanos, oncólogos médicos y oncólogos radioterápicos ha sido fundamental para poder llevar a cabo este estudio. Estamos muy satisfechos de que nuestros pacientes hayan estado entre los primeros que se han beneficiado de esta estrategia que esperamos que se convierta en tratamiento estándar en el futuro», concluye la oncóloga.

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