Las organizaciones sanitarias deben tomar medidas más eficientes para garantizar y mejorar la calidad de la atención a los pacientes crónicos

El patrón epidemiológico mundial ha cambiado considerablemente en las últimas décadas debido al incremento de la población mayor de 65 años y de las enfermedades crónicas. En el caso concreto de España, el 80% de las consultas de atención primaria y el 60% de los ingresos hospitalarios se deben a estas patologías, lo que genera un gasto sanitario estimado cercano al 75% del total. “Desgraciadamente, esto no ha traído consigo la necesaria adaptación de la organización y gestión de los servicios de salud”, explica el doctor Luis Inglada, presidente del Comité Científico del recién clausurado VII Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico, impulsado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), en colaboración con la Junta de Castilla y León.

En este encuentro se han analizado las estrategias de intervención que se están poniendo en marcha en muchos países de nuestro entorno con el objetivo de optimizar la atención al paciente crónico. En líneas generales, todas ellas “van encaminadas a la promoción de hábitos y estilos de vida saludables; la prevención y detección precoz de factores de riesgo; la integración asistencial de la atención primaria con el ámbito hospitalario; la coordinación con los servicios sociales; y la información y apoyo a los pacientes para favorecer su autocuidado”, señala el experto. En este contexto, países como Canadá, Australia, Holanda o Reino Unido han concluido que “las estrategias de gestión integrada no pueden lograrse si no existe una atención primaria potente, lo que les ha llevado a desarrollar actuaciones orientadas al fortalecimiento del primer nivel asistencial, como la disminución del ratio de población por médico de familia”, afirma.

Desde el punto de vista organizativo, el doctor Daniel Araúzo, presidente del Comité Organizador, ha puesto en valor las distintas experiencias de integración que se están dando en el ámbito internacional. Así, por ejemplo, modelos como el Kaiser Permanente o el Chronic Care Modelponen la atención y organización de los servicios de salud a cargo de entidades asociativas de médicos con una cultura de colaboración y un liderazgo efectivo, que desarrollan su trabajo mediante guías y tecnología de la información”, explica. Por otro lado, la experiencia de Torbay, en Reino Unido, “se basa en la atención de las personas ancianas mediante la coordinación sociosanitaria y sus resultados muestran una reducción de las estancias hospitalarias”. Otro grupo de experiencias “se basa en el diseño de un plan de cuidados que identifica las necesidades del paciente y en la coordinación entre organizaciones para dar la atención requerida en dicho plan”.

La principal conclusión de la II Conferencia Nacional del Paciente Activo es que “la participación activa de los pacientes es un elemento clave del cambio asistencial en alianza con el resto de profesionales”, según Siro Lleras, presidente de esta segunda Conferencia.

Según este experto, las organizaciones sanitarias “deben tomar medidas más eficientes para garantizar, e incluso mejorar, la calidad asistencial”. Es por ello que la atención a los pacientes crónicos “constituye una prioridad en las políticas sanitarias”. En esta línea, las administraciones “vienen poniendo en marcha estrategias específicas que no solo deben tener en cuenta un punto de vista clínico, sino que también han de fijarse en la organización y gestión de los servicios sanitarios, con acciones orientadas a la población, implementadas siempre en coordinación con los profesionales de Salud Pública (promoción de la salud, prevención de factores de riesgo, detección precoz de patologías, etc.), y a la propia atención del paciente crónico (calidad asistencial, alianzas con los servicios sociales e implicación de los cuidadores y familias y asociaciones de pacientes)”, afirma.

Aplicaciones móviles y TIC para una mejor comunicación y seguimiento
Para el doctor Domingo Orozco, coordinador científico de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el Sistema Nacional de Salud (SNS) y presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina de Familia, “es muy alta la satisfacción con la atención al paciente crónico en España, donde el médico de familia suele encargarse del seguimiento”. Con respecto al futuro, este experto está convencido de que “la proliferación de aplicaciones móviles y tecnologías de la comunicación e información (TIC) mejorará la comunicación entre profesionales y pacientes, así como el seguimiento de las biomedidas que se precisen en este ámbito”, señala. En este punto, “es importante facilitar la utilización de estas herramientas en personas mayores”. Los servicios de salud “deben integrar estos sistemas cuanto antes”. Tal es el caso de la historia clínica electrónica única, que “nos permitiría disponer de una plataforma de registro muy útil para el abordaje de la cronicidad”.

Las TIC “nos permiten compartir más información con el paciente y, por tanto, saber mejor su estado evolutivo, lo que también facilita que éste sea más autónomo”, señala el experto. Así, por ejemplo, “un paciente hipertenso o diabético puede ir registrando sus valores de tensión o de glucosa y esa información se integrará directamente en su historia clínica sin necesidad de llamadas o visitas presenciales”. Asimismo, se establecen unas alertas que avisan a los profesionales cuando los valores no entran dentro del rango de normalidad y permite una mayor pro actividad por parte del equipo de salud.

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