Cada día mueren en el mundo 8.500 niños a causa de malnutrición severa y 160 millones de niños sufren raquitismo

Acción contra el Hambre y ‘Save the Children’ denunciaron ayer que cada día mueren en el mundo 8.500 niños a causa de malnutrición severa y que 160 millones de niños sufren raquitismo, datos que indican una carencia de alimentos para estos menores; y por otro lado, el exceso de alimentarse hace que 42 millones de niños tengan sobrepeso. Tanto a unos como a otros, les “acompaña” un denominador común, y es que no están creciendo de manera sana.

Al respecto, Antonio Vargas, responsable de Salud y Nutrición de Acción contra el Hambre, afirmó que “en 2013, cerca de seis millones de niños fallecieron por causas prevenibles relacionadas con la salud, de las cuales, 3,1 millones fallecieron por causas asociadas con la malnutrición”.

Estos datos se desprenden del segundo Informe Mundial de Nutrición que fue presentado ayer, y está coordinado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IPFRI), impulsado por ambas organizaciones y en el marco de la celebración mañana viernes 18 de octubre, del Día Mundial de la Alimentación.

Por el contrario, en los países desarrollados el problema es de signo opuesto, y es la malnutrición por exceso. “Los problemas de obesidad son uno de los retos que no solo tienen los países desarrollados, también los países en vía de crecimiento importante”, afirma el director de Cooperación Internacional de ‘Save the Children’, David del Campo, que indica que “cuando hablamos de obesidad infantil, estamos hablando de anticipar diabetes, anticipar problemas cardiovasculares y una serie de problemas que convierten a un niño de siete años en uno de 25”.

A pesar de que las cifras que recoge el informe son alarmantes, Vargas considera que “hay noticias para el optimismo”, y es que “hoy hay 96 millones de niños menos con desnutrición crónica que hace 25 años y en solo un año, 15 países más podrían cumplir los objetivos de reducción de la desnutrición marcados para 2025 por la Asamblea Mundial de la Salud”, aunque agrega que “los avances podrían ser mucho más rápidos”.

Respecto a España, Vargas indica que en nuestro país “no hay ningún menor que muera por desnutrición crónica”, aunque si se ha registrado “un aumento de sobrepeso y de obesidad, y un incremento evidente sobre enfermedades relacionadas con el sobrepeso infantil”. Por ello, advierte que “hay que seguir con especial atención el aumento de la obesidad, una nueva amenaza para la salud nutricional de la que no se salva ningún país en el mundo”.

La pregunta del millón: ¿Qué medidas adoptar?
El Informe pone de manifiesto la necesidad de que los gobiernos de los países en desarrollo multipliquen por dos su financiación de intervenciones específicas en nutrición y al mismo tiempo pide a los países de la OCDE que multipliquen por cuatro esta inversión, financiando concretamente el paquete básico nutricional, que contiene hasta 10 intervenciones clave como la promoción de la lactancia exclusiva hasta los seis meses, la suplementación con vitamina A o zinc a niños o el tratamiento comunitario de la desnutrición aguda severa.

Al respecto, Vargas explica que el documento “presenta también nuevos datos reveladores sobre la rentabilidad de la inversión en nutrición: un euro invertido en programas específicos de nutrición tiene un retorno de 16”.
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