El número de fallecidos por el bombardeo de un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Shiara, en la provincia de Saada -norte de Yemen-, el pasado 10 de enero, aumentó ayer lunes a seis, después de que uno de los heridos en estado crítico muriera, tras seis días en la unidad de cuidados intensivos, informaba la organización en un comunicado.
El coordinador general de MSF en Yemen, Juan Prieto, expresaba su pésame a los familiares de la víctima y reiteraba la condena de la ONG “por el hecho de que un hospital haya sido una vez más el blanco de un ataque” en el marco del conflicto bélico iniciado en marzo de 2015. Este es el tercer ataque que sufre una estructura de MSF en Yemen en los últimos tres meses, y es que los ataques ocurren “cada vez con más frecuencia”, denuncia MSF.
Un misil, atribuido a la coalición que lidera Arabia Saudí impactó el pasado 10 de enero sobre el hospital, quedando completamente destruido. Además de los cinco muertos -en principio en ese día-, ocho personas resultaron heridas.
Los heridos en estado crítico serían trasladados al hospital de MSF en Saada. Con la muerte del último herido en estado crítico ayer, son seis las víctimas mortales de este ataque contra el Hospital Shiara, en el distrito de Razeh en la provincia de Saada, fronteriza con Arabia Saudí y principal feudo de los rebeldes Huthi, donde MSF opera desde noviembre 2015.
“Nos vemos obligados a repetir una y otra vez que los civiles, el personal médico y las instalaciones sanitarias deben ser protegidas y su seguridad debe ser garantizada”, afirma Prieto, quien lamenta que “una semana después de la explosión en Razeh, los pacientes y el personal tienen aún miedo de volver al hospital”.
MSF recuerda que los ataques contra hospitales, “más allá de las víctimas directas que causan”, hacen que la población tenga que pagar un “precio terrible”, ya que “las víctimas a medio plazo se multiplican”. Prieto insiste en que se trata de un daño “inaceptable”.
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