Bélgica registró el año pasado más de 2.000 casos de eutanasia

Hubo 2.021 casos declarados de eutanasia en Bélgica en 2015”, y es que así lo afirmó a la AFP una portavoz de la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia, que controla que la legislación sea aplicada correctamante.

Es triste aplicar la palabra récord para esta cifra, pero la realidad es que estos más de 2.000 casos declarados de eutanasia en Bélgica, es una cifra que marca un hito desde que fuese autorizada la eutanasia en 2002.

La evolución de casos de eutanasia desde 2002 hasta el año pasado, ha ido en constante progresión, y es que sí en 2002 se registraron 24, en 2007 casi 500, ya en 2011 se sobrepasó con crece el millar de casos -1.133-, y en 2014 se contabilizaron 1.924.

Podemos hablar de un alza, pero ésta está también relacionada con la disponibilidad de los médicos para registrar los actos. No se sabe sin embargo la cantidad de eutanasias que no fueron declaradas, lo que nos impide tener una visión de conjunto”, indica el profesor Wim Distelmans, presidente de la comisión.

Distelmans, además precisó que desde que se amplió en 2014 la eutanasia a los menores de edad con enfermedades incurables y “en capacidad de discernir” para escoger una eutanasia, la comisión no ha registrado hasta ahora ninguna eutanasia de esta categoría. Hay que destacar que la eutanasia en Europa, está solamente permitida en Holanda, Bélgica y Luxemburgo, siendo Bélgica el único país que autoriza esta práctica sin límites de edad.

Francia aprueba la sedación terminal
En Bélgica aumentan los casos de eutanasia, y en uno de sus países vecinos, Francia, sigue prohibida, aunque el pasado miércoles 27 de enero se aprobó una ley que permite la sedación terminal.

Esta ley, puede llevar a una cierta ambigüedad, y es que denominada ‘ley de final de la vida’, permite la sedación profunda para evitar que los enfermos terminales sufran, pero prohíbe la ayuda activa para morir a través de la eutanasia o del suicidio asistido.

En concreto, esta ley obligará a los médicos a aplicar la “sedación profunda y continua” a un paciente que en fase terminal lo solicite, definido como aquel con una “afección grave e incurable” con “pronóstico vital comprometido a corto plazo” y con un cuadro médico de “sufrimiento que resiste a los tratamientos”.

Los facultativos le retirarán así los medicamentos que le mantienen vivo artificialmente, así como la nutrición y la hidratación, mientras que seguirán administrándole analgésicos para evitar que sienta dolor hasta la muerte.

Ese derecho que, existe ya existe en los centros médicos franceses, a partir de ahora se aplicará de manera “general y homogénea” y se le otorgará al paciente la última palabra.

El texto, acordado por el gobernante Partido Socialista y por la oposición conservadora de Los Republicanos, ha sido adoptado a mano alzada por los diputados de la Asamblea Nacional.

Posteriormente ha pasado al Senado, donde se espera que también sea acogido con un apoyo contundente, el mismo que la proposición de ley recibió en primera lectura en ambas cámaras y que respaldan el 96 % de los franceses, según un sondeo de BVA Orange que fue publicado en marzo de 2015 por la cadena iTélé.
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