Los fisioterapeutas alertan del peligro que tiene crujirse los dedos

Cuántas veces nos habremos crujido los dedos de la mano sin saber realmente por qué lo hacemos, pero siempre con la sensación de quedarnos a gusto tras haber realizado ese “ritual”. Pues bien, según alertan los fisioterapeutas, hacerse crujir los dedos u otras articulaciones es perjudicial, ya que en un futuro, esta acción, tan universalmente repetida, provoca que tanto la propia articulación, como otras estructuras que las rodean como ligamentos o tendones, se desgasten innecesariamente.

Y es que así lo aseguran el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (Cpfcm), el Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra, y el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia, a través de su videoconsejo del mes de febrero de la campaña 12 meses, 12 consejos de salud.

José Santos, el secretario general del Cpfcm, explica que las articulaciones están rodeadas por una cápsula sinovial con líquido y una cierta cantidad de gases, como oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbón, cuya principal función es la de lubricar las articulaciones para que los huesos no se desgasten.

Para provocar el chasquido, afirma Santos, “se coloca la articulación en una posición determinada que hace que el espacio entre los huesos aumente y también el volumen de la cápsula sinovial. Se crea así una zona de baja presión que provoca que los gases salgan del líquido sinovial en forma de burbujas que estallan y son las que producen ese sonido de crujido tan característico”.

Ahora bien, no es lo mismo el chasquido provocado por nosotros, que el que nos provoca un profesional cualificado. “Si este chasquido lo provocamos nosotros mismos, es que estamos movilizando la articulación más de lo que deberíamos generando desequilibrio. Al fomentar ese desequilibrio, cada vez nos parecerá que necesitamos crujirnos más y, aunque a corto plazo podamos notar una cierta liberación, a la larga este comportamiento generará una serie de problemas en la articulación”.

Por el contrario, si el chasquido lo provoca un profesional cualificado durante un tratamiento, con él está aumentando el movimiento de una zona rígida para equilibrar las zonas con mayor y menor movimiento, por lo que sí resultaría beneficioso para tal efecto.

Además, Santos explicó como se pueden dar casos en los que la propia constitución corporal del paciente favorezca la aparición de los crujidos articulares; en esta circunstancia sí es recomendable que se visite un profesional sanitario para valorar el caso por si se tratara de una cuestión de desequilibrio articular o muscular.

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