Un equipo de investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad de Louisville ha observado una especie bacteriana responsable de la enfermedad de las encías, Porphyromonas gingivalis, está presente en el 61% de los pacientes con carcinoma de células escamosas de esófago. Los resultados, publicados recientemente en Infectious Agents and Cancer, sólo se detectaron P. gingivalis en un 12% de los tejidos adyacentes a las células cancerosas, mientras que este organismo no fue detectado en el tejido esofágico normal.
“Estos resultados proporcionan la primera evidencia directa de que la infección por P. gingivalis podría ser un nuevo factor de riesgo y también puede servir como un biomarcador pronóstico para este tipo de cáncer“, dijo Huizhi Wang, MD, Ph.D., profesor asistente de inmunología oral y enfermedades infecciosas de la Facultad de Odontología de la Universidad de Louisville. “Estos datos, en caso de confirmarse, indican que la erradicación de un patógeno común oral puede contribuir a una reducción en el número significativo de personas que sufren cáncer de células escamosas de esófago”.
El esófago, el tubo muscular fundamental para el movimiento de los alimentos desde la boca hasta el estómago, está revestido con dos tipos principales de células, por lo tanto, hay dos tipos principales de cáncer de esófago: el adenocarcinoma y el carcinoma de células escamosas. Este último es más común en países en desarrollo.
En colaboración con el Colegio de Medicina Clínica de la Universidad Henan de Ciencia y Tecnología en Luoyang, China, Wang y sus colegas Richard J. Lamont, Ph.D., Jan Potempa, Ph.D., D.Sc., y David A. Scott, Ph.D., analizaron muestras de tejido de 100 pacientes con CEE y 30 controles normales.
El equipo de investigación midió la expresión de la lisina Gingipain, una enzima para detectar la P. gingivalis, así como la presencia del ADN de la célula bacteriana dentro de los tejidos del esófago. Tanto la enzima detectora de la bacteria como su ADN fueron significativamente mayores en el tejido canceroso de pacientes de CEE que en el tejido circundante o en el grupo de control. Los investigadores también encontraron que la presencia de la P. gingivalis estaba correlacionada con otros factores, incluyendo la diferenciación de las células cancerosas, la metástasis y la tasa de supervivencia global.
De acuerdo con Wang, hay dos explicaciones posibles: o bien las células de CEE forman un nicho que permite que la P. gingivalis prospere o que la infección de P. gingivalis facilita el desarrollo del cáncer de esófago.
Si lo anterior es cierto, Wang dice que los antibióticos simples podrían resultar útiles o que los investigadores podrían desarrollar otros enfoques terapéuticos para el cáncer de esófago, empleando tecnología genética que se dirija a la P. gingivalis y, en última instancia, destruya las células cancerosas.
“En el caso de que se pruebe que la P. gingivalis causa CEE, las repercusiones serán enormes“, dijo Wang. “Esto sugiere que la mejora de la higiene bucal puede reducir el riesgo de la CEE; la detección de la P. gingivalis en la placa dental puede identificar a sujetos susceptibles de padecerlo, y el uso de antibióticos u otras estrategias anti-bacterianas puede prevenir la progresión del CEE“.
De acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades, cerca de 15.000 personas en EE.UU son diagnosticadas con cáncer de esófago anualmente. Como con la mayoría de tipos de cáncer, existen una serie de factores de riesgo como la exposición a los productos químicos, la dieta, la herencia y la edad. Detectar este cáncer precozmente resulta algo complicado, y se caracteriza por una rápida progresión y por una alta mortalidad.
..Susana Calvo