En España se realizan más pruebas médicas a mujeres que no lo necesitan que a las que más lo necesitan

En España se están realizando más pruebas médicas a mujeres que realmente no lo necesitan, como las de clase media o alta o profesionales sanitarias, que a las que sí lo requieren, como por ejemplo las prostitutas, vagabundas o algunas mujeres de etnia gitana.

Y es que así lo denuncia el doctor Juan Gervás que, califica este problema como la ‘Ley de Cuidados Inversos’ en el libro que, junto a su mujer y también doctora, Mercedes Pérez-Fernández, acaba de publicar con el título ‘En encarnizamiento médico con las mujeres’.

El libro que, tiene como objetivo poner de manifiesto los “excesos” a los que, a su juicio, son sometidas las mujeres en las consultas médicas, como explica a Europa Press, “pretendemos con 50 casos revisar los excesos de la Medicina, porque en su cantidad apropiada es muy beneficiosa e, incluso, puede llegar a ser milagrosa, pero que también puede ser peligrosa si se emplea en exceso”. En la mujer, prosigue, “ese peligro es mayor porque a través de sus circunstancias personales cae más fácilmente en el exceso”.

“Abuso” de pruebas, como las citologías a mujeres con más poder adquisitivo
Como ejemplo de ese exceso, hace referencia al “abuso de pruebas, como las citologías, a las que someten a las mujeres con mayor poder adquisitivo y menor riesgo de contraer alguna enfermedad, en detrimento, a su juicio, de las que realmente están más expuestas a sufrir complicaciones, como las mujeres que abusan de las drogas, las prostitutas o las vagabundas.

Para Gervás, se produce una “discriminación” que, lamenta y que también ocurre entre las mujeres “homosexuales, transexuales e, incluso, con algún tipo de minusvalía o discapacidad mental”.

Además, avisa de que se están realizando “muchas” operaciones de apendicitis a mujeres que no lo necesitan. En este sentido indica como “muchas mujeres son operadas sin ninguna necesidad porque lo único que tienen es un vientre que es más complicado que el del varón y, como el modelo es el del hombre, pues se le opera si tiene molestias y luego se demuestra que había una rotura de un ovario o de un folículo”.

La solución, comenta, para evitar que se practiquen estas cirugías que no se necesitan, es realizar un TAC. Prueba que, según comenta, si bien permite realizar un mejor diagnóstico, “aumenta el cáncer, especialmente de ovario en la mujer”, ya que “si hiciéramos TAC a 2.000 sospechas de apendicitis evitaríamos 12 intervenciones innecesarias, pero produciríamos a largo plazo una muerte por cáncer” recalca.

Las revisiones ginecológicas anuales no suponen ningún beneficio
Otro de los errores que tanto Gervás como su esposa han plasmado en el libro, y que se realizan en la actividad clínica en España, especialmente en la privada, es recomendar a las mujeres la revisión ginecológica anual. A su juicio, “no supone ningún beneficio” y por el contrario sí “muchos prejuicios”, ya que puede dar lugar a la realización de pruebas que son “totalmente innecesarias” e, incluso a una intervención quirúrgica.

Gervás detalla como “en el resto del mundo no se pide a las mujeres que tengan una revisión ginecológica anual”. De hecho, añade que “la Organización Mundial de la Salud lo recomienda cada cinco años y, como mucho, cada tres y las sociedades médicas del mundo entero recomiendan como mucho una revisión cada tres años”. Además, no tiene reparos en admitir que “la revisión ginecológica anual es un mito, una falacia, es un buen símbolo de lo que es un encarnizamiento médico con la mujer de prestación de servicios por encima de lo necesario, que no aportan beneficios y que sí provocan daños”.

Otra de las situaciones, también analizadas en el libro, ha sido el embarazo que, a juicio de los autores, las gestantes, suelen sufrir un “exceso de intervenciones” que no están basadas en “ningún fundamento científico”. Intervenciones, algunas de ellas como son la “multitud” de ecografías de rutina que, “sin ningún sentido” se llegan a hacer en España, mientras que en otros países, como Noruega, se ofrece ”una o ninguna”, o los complementos de yodo, que “no tienen ningún sentido” administrárselo a las mujeres gestantes en España.
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