Investigadores descubren que el crecimiento del cáncer de mama depende de la disponibilidad de lípidos

El Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), en colaboración con hospitales españoles y la URV, ha llevado a cabo una investigación que ha descubierto una dependencia del cáncer de mama que podría abrir nuevas opciones terapéuticas para combatirlo.

En un artículo publicado en Nature Communications, el grupo de investigadores informan de que las células del cáncer de mama necesitan coger grasas del entorno extracelular para poder seguir proliferando. La proteína principal implicada en este proceso es la LIPG, una enzima que se encuentra en la membrana celular (la capa que rodea a una célula) y sin la cual el crecimiento de células tumorales se detiene. Los análisis de más de 500 muestras clínicas de pacientes con diversos tipos de tumor de mama revelaron que el 85% tenían altos niveles de LIPG.

En España, el cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres y el cuarto más común en ambos sexos (datos de la SEOM, 2012), registrándose más de 25.000 nuevos diagnósticos cada año. De acuerdo a las cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año se diagnostican 1,38 millones de nuevos casos de cáncer de mama y causa 458.000 muertes al año(IARC Globocan, 2008).

Ya se sabía que las células cancerosas requieren de glucosa extracelular para crecer y que reprograman sus dispositivos internos para producir mayores cantidades de lípidos (grasas). La relevancia de este estudio es que revela por primera vez que las células tumorales tienen que importar los lípidos extracelulares para crecer.

Este nuevo hallazgo relacionado con el metabolismo podría ser el talón de Aquiles del cáncer de mama“, explica el investigador de ICREA y líder del grupo del IRB Barcelona, Roger Gomis, co-director del estudio, junto con Joan J. Guinovart, director del IRB Barcelona y profesor de la Universidad de Barcelona. Con el uso de modelos animales y cultivos de células cancerosas, los científicos han demostrado que el bloqueo de la actividad de LIPG detiene el crecimiento tumoral.

Lo que es prometedor acerca de esta nueva diana terapéutica es que la función de la proteína LIPG no parece ser indispensable para la vida, por lo que su inhibición puede tener menos efectos secundarios que otros tratamientos“, explica el primer autor del estudio, Felipe Slebe, que ha disfrutado de una beca del programa internacional de doctorado en biomedicina de “la Caixa”. Guinovart comenta que, “al ser una proteína de membrana es potencialmente más fácil conseguir una molécula farmacológica para bloquear su actividad“.

LIPG tiene “muchas virtudes” como diana. “Si se encontrara un medicamento para bloquear su actividad, podría ser utilizado para desarrollar tratamientos de quimioterapia más eficientes y son menos tóxicos que los actualmente disponibles“, explica Gomis.

Los científicos están buscando ahora sinergias internacionales con el fin de desarrollar inhibidores para LIPG.

El estudio ha contado con la participación de los equipos encabezados por Joan Albanell, en el Hospital del Mar, Ana Lluch en el Hospital Clínico de Valencia, Federico Rojo en el IIS-Fundación Jiménez Díaz y Óscar Yanes en el Centro de OMIC Ciencias de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.
..Susana Calvo

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