Un proyecto europeo investiga implantes con materiales 2D para el ámbito de la biomedicina

La iniciativa europea Graphene Flagship, ha anunciado esta semana en Barcelona la creación de un grupo de trabajo específico que investigará sobre la aplicación de implantes biomédicos hechos a partir de materiales de dos dimensiones como el grafeno, que interactúan con el sistema nervioso para abordar enfermedades como el Parkinson, la ceguera y la epilepsia.

La iniciativa, pionera en el mundo, está liderada por el investigador de la Universidad de Manchester (Reino Unido) Kostas Kostarelos y por el profesor Icrea del Instituto Catalán de Neurociencia y Nanotecnología (ICN2) José Antonio Garrido, que presentaron el proyecto en rueda de prensa, y donde se dieron cita expertos en este ámbito.

Graphene Flagship, fundada en 2013, está coordinada por la Chalmers University of Technology (Suecia). Financiada por 1.000 millones de euros para un periodo de 10 años, cuenta con 150 miembros de 20 países europeos y desarrolla 15 paquetes de trabajo sobre investigación básica, materiales, salud y medio ambiente, energía, sensores, electrónica flexible y espintrónica (ciencia que estudia el flujo de los electrones)

Este grupo de trabajo específico se centrará en tres líneas de investigación: implantes de retina para pacientes ciegos con el nervio óptico intacto; implantes corticales para monitorizar la epilepsia, e implantes en el cerebro para el Parkinson y la depresión profunda, además de otras aplicaciones en el sistema nervioso periférico.

Implantes biomédicos hechos a partir de materiales de 2D como el grafeno
El grafeno es un material bidimensional “delgado hasta el límite estable que existe” porque está formado por partículas de un átomo de espesor que cubren áreas muy extensas, hecho que permite obtener más información, además de hacer que sea más flexible que otros materiales conductores.

Tiene más estabilidad química, por lo que es menos reactivo, además es más sensible, mejor conductor y, más “biocompatible” que otros materiales, de tal manera que, todas estas prestaciones, hace que el implante sea más duradero que si fuera de otro material, según la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic)-Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB-CNM), Rosa Villa, quien considera que el grafeno supone “un cambio en las interfaces neuronales del futuro”.

En el campo de la neurología, este implante, en el caso del Parkinson, permitiría reducir el temblor de los pacientes mediante la combinación con fármacos; en epilepsia, se monitorizaría la actividad cerebral, hecho que permitiría predecir un ataque mediante la transmisión de información a un dispositivo móvil.

En el caso de la depresión profunda, la estimulación, ayudaría a reducir el estado depresivo del paciente, y el implante en la retina estimularía el nervio óptico que, con una cámara, facilitaría al paciente recuperar “cierto nivel de visión”, explica Garrido.

Otra aplicación de este material radica en la movilidad, puesto que los implantes corticales con grafeno pueden trasladar la información del cerebro a un dispositivo electrónico que dé la orden de moverse a la silla de ruedas, según ha ejemplificado el investigador.
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