Expertos indican como la tecnología aplicada a la medicina está dando más beneficios que desventajas

¿Puede la tecnología dron abrir nuevos campos de aplicación al mundo de la biomedicina? ¿Qué perspectivas nuevas está aportando la nanotecnología en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades?. ¿Ayudará la neurorobótica a mejorar la vida de los pacientes?, y es que estas fueron algunas de las cuestiones que se plantearon ayer en el Foro de Innovación ‘Medicina exponencial, cómo la tecnología está transformando la medicina’, organizado por la Fundación Ramón Areces y la Fundación Pfizer.

El foro, moderado por el Dr. José Luis Puerta López-Cózar, patrono de la Fundación Pfizer, contó con la presencia de José Luis Pons Rovira, director del Grupo de Neuro-Rehabilitación del Departamento de Neurobiología Funcional y de Sistemas del Instituto Cajal – CSIC; Ramón Martínez Máñez, director Científico del CIBER-BBN (Centro de Investigación Biomédica en Red en el área temática de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina); Carlos Bernabéu González, CEO de Arborea Intellbird y José Luis González Quirós, profesor de Filosofía de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid).

Para Rovira Pons, especialista en neurorehabilitación robótica y exoesqueletos, esta tecnología que, “parte de programas militares en Estados Unidos”, en Europa “se aplica al movimiento de personas que han sufrido un ictus y tienen afectadas zonas del cerebro”.

Su definición, o mejor dicho, su función es sencilla, y es que son “robots que hacen de manera intensa movimientos muy repetitivos”, robots que, además, “son capaces de recoger información para valorar el estado en el que se encuentra el paciente”.

En España, la neurorehabilitación robótica no es nueva, ya que lleva 10 años. En el Centro de Parapléjicos de Toledo hay dos estructuras robóticas de rehabilitación, y en el país hay muchos hospitales que utilizan estructura robótica. “Se estima que en los próximos cinco años, se pueda implantar el uso de exoesqueletos para la rehabilitación y asistencia a personas que han sufrido daño neurológico”, afirma.

Por su parte, Martínez Máñez, especialista en nanomedicina y medicina regenerativa, hay tres grandes áreas de aplicación. “Las técnicas analíticas y de diagnóstico, la liberación de fármacos y la medicina regenerativa”, siendo esta última, la que permite “reparar células, tejidos y órganos”.

Los drones, se piensa que en la aplicación en la que más potencial tiene es la militar, pero craso error pensar así, y es que en el ámbito de la biomedicina también tiene un gran potencial. Sin embargo, de nada valdrá utilizarlos sino se respeta las regulaciones de espacio-aéreo y las cuestiones de seguridad aérea. De este modo, Bernabéu González indica que a través de “esta tecnología aérea pilotada remotamente”, permite el traslado de medicamentos o vacunas a zonas en las que la vida del hombre estaría en peligro; la detección de vectores (mosquitos transmisores del dengue o del zika), o el traslado de órganos o intervenir en procesos de emergencia, entre otras aplicaciones.

Ahora bien, ¿Qué espera la gente de la tecnología?, y es que su aplicación pone en juego cuestiones en las que la ética debe calibrar, o al menos encontrar un equilibrio. “Las tecnologías biomédicas, generan controversias, pero me parece que, más allá de casos discutibles y extremos, el desarrollo de este sector está produciendo mucho más beneficio que amenazas”, afirma González Quirós.
..Emilio Ramirez

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