Investigadores de la Universidad de Kioto (Japón), han desarrollado un compuesto que podría frenar la evolución del glaucoma, enfermedad ocular que, caracterizada por la pérdida de visión debido al daño progresivo del nervio óptico, constituye la segunda causa de ceguera en el mundo por detrás de las cataratas según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El compuesto aumenta la cantidad de adenosín trifosfato (ATP), una sustancia esencial para las células nerviosas, que se presenta en menores cantidades en las células dañadas que en las sanas.
El equipo de científicos japoneses, liderado por la profesora asociada Hanako Ikeda, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Kioto, realizó pruebas con ratones cuyas presión ocular era alta y estaban afectados por glaucoma. Durante 10 meses se les suministró todos los días dicho compuesto.
La pérdida de células nerviosas en los roedores a los que se les suministró la mezcla se limitó al 20% en dicho período, frente a aquellos a los que no se les proporcionó el compuesto, y que perdieron más del 60%.
El equipo de científicos tiene previsto comenzar los test con humanos a finales del presente año, aunque empezará estudiando los posibles efectos tóxicos y efectividad del compuesto en pacientes con trastornos agudos de visión, y no con glaucoma. El motivo de que se inicie en pacientes que no tienen glaucoma, es porque al ser una afección que se desarrolla muy lentamente, los efectos del tratamiento no podrían determinarse en un estudio clínico a corto plazo, por ello, como explica el equipo, espera iniciar los test en el propio glaucoma en unos cinco años.
En España, el glaucoma afecta a alrededor de un millón de personas (el 2,14% de la población), de las cuales una de cada dos no sabe que la padece. Si bien el glaucoma no se puede prevenir, sí pueden prevenirse sus daños mediante la detección precoz y el control de la presión intraocular.
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