Es necesario conocer y reconocer los distintos dominios de la artritis psoriásica para optimizar el manejo individualizado de los pacientes

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La artritis psoriásica es una enfermedad inflamatoria crónica del sistema musculoesquelética y de la piel. Puede afectar a las articulaciones periféricas, la columna vertebral y tendones (entesitis y dactilitis), además de piel y uñas. Suele progresar hacia la destrucción articular con la consiguiente pérdida de función y calidad de vida de los pacientes. Los últimos avances en la identificación de los factores genéticos, así como etiopatógenicos de la artritis psoriásica, hacen imprescindible una mayor actualización y profundización en el manejo de las herramientas diagnósticas y en el abordaje de su tratamiento.

Por este motivo, Janssen ha reforzado su compromiso con la formación del profesional sanitario, en el marco del Proyecto Innovara, que cuenta con una amplia trayectoria de más de 7 años, organizando la I edición del curso de Artritis Psoriásica para Residentes de Reumatología, centrado monográficamente en la enfermedad y dirigido a residentes de Reumatología de toda España.

“El objetivo de este curso es proporcionar a los residentes de Reumatología una formación teórico-práctica actualizada sobre la artritis psoriásica que no han tenido durante su formación”, explica el Dr. Juan D. Cañete, reumatólogo de la Unidad de Artritis del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador del Comité Científico del curso.

Establecer una asociación entre artritis psoriásica y heterogeneidad clínica es, en opinión del Dr. Cañete, fundamental para optimizar el manejo individualizado de estos pacientes: “Los distintos dominios son los que definen la enfermedad. Es importante reconocer las distintas formas de inflamación muscoloesquelética que la caracterizan (entesitis, artritis, dactilitis, espondilitis), centrarse en un diagnóstico temprano y en un tratamiento adecuado para cada paciente”.

Además, “este curso permite tratar con profundidad las distintas opciones terapéuticas en fármacos biológicos, su mecanismo de acción, eficacia, seguridad, potenciales diferencias entre ellos y sus indicaciones en cada dominio clínico”, añade el Dr. Cañete.

El curso se ha estructurado como seminario presencial e intensivo de día y medio de duración, con ponencias teóricas que se intercalan con talleres prácticos y que han contado con la participación de tutores para propiciar la participación activa y el intercambio de buenas prácticas clínicas.

Colaboración Atención Primaria-Dermatología-Reumatología
El coordinador del Comité Científico del curso constata también la necesidad de un adecuado manejo multidisciplinar, en el que es fundamental la colaboración Atención Primaria-Dermatología-Reumatología: “La clave principal es la alianza con los dermatólogos, puesto que ellos controlan los pacientes con psoriasis (la población con el mayor riesgo de desarrollar artritis psoriásica). Trabajar conjuntamente con ellos ayudará a un diagnóstico y tratamiento más temprano y con mejores resultados”.

También es importante la colaboración de Atención primaria. En este sentido, el Dr. Cañete señala dos aspectos: “Primero, muchos pacientes tienen una psoriasis leve, que afecta sólo a pequeñas áreas, pero que pueden tener un mayor riesgo de desarrollar artritis psoriásica; segundo, el médico de familia debe conocer que si un paciente tiene un dolor musculoesquelético de ritmo inflamatorio y tiene psoriasis, es muy probable que tenga artritis psoriásica y debe remitirlo al reumatólogo”.

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